20 - Te extraño más a ti.

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- Comenzamos el día... - murmuré en la comodidad de mis sábanas con la cámara apuntándome en mi mano – Tengo un horario determinado por el doctor y no me mola un pelo – me quejé y solté un bostezo. Me quedé mirando a la nada por unos segundos y luego decidí que sería mejor levantarse -¡Arriba! – exclamé y me levanté de un salto.

Bajé las escaleras y enfoqué a Mariel en la cocina – ¡Buen día! – saludé con la mano y abrí la nevera para sacar la leche. Mariel se encargó de sacar los cereales y yo apagué la cámara. No me importaba si era un buen comienzo o lo que sea, solo quiero adaptarme a ello.

Lana me aseguró que sería un éxito. Dijo que los que miraban mis vídeos estarían más que interesados de saber cómo siguió mi vida después del coma. Ella tiene seguidores ingleses, españoles y latinoamericanos así que le sobra el éxito. Igualmente estoy muy segura de que esta fue una buena idea.

El vlog me obliga a mostrar cosas interesantes, por lo tanto tengo que hacerlas y eso me ayudará a salir de casa más seguido. Podré conocer más cosas, tal vez enseñar mi recorrido en la vida aprendiendo cosas obvias o descubriendo cosas que mis suscriptores me muestren. Sea lo que sea, estoy muy entusiasmada con el proyecto.

Lanita está un poco ocupada con la boda ya que será dentro de tres días así que no podrá grabar mucho. Hoy iré a su casa para ayudarla en lo que sea y que Luzu me enseñe más cosas tecnológicas para hacer vídeos.

Terminé de desayunar y subí a mi habitación para cambiarme ¿Qué sería mejor para la parte de arriba? Solo se me mostrará de la cintura para arriba en el vídeo así que... Escogí una camiseta básica blanca con mangas bordó y un jean negro. Arriba nuevamente me arropé con sudaderas y sweaters por el frío y esperé a que Lana pasara a por mí.

- Cariño, no olvides tu móvil– Mariel me recordó entregándomelo. Lo metí en mi pequeña mochila y la bocina de la minivan de mi amiga resonó fuera de la mansión. Saludé a Mariel y salí casi corriendo hacia al auto ya que estaba lloviendo un poco.

Abrí la puerta del copiloto y me metí rápidamente al coche - ¡Hola!- saludé un tanto agitada. Jo,ese es el estado físico profesional. Si fuera como Samuel estaría en perfecto estado. Creo tener excusa luego de haber estado casi un año internada, creo tenerla.

Lana apretó el acelerador y ya nos encontrábamos de camino a su casa. Una bonita canción resonaba en la radio y Lanita la tarareaba. Luego de unos minutos llegamos al edificio y nos bajamos con suma rapidez para no mojarnos. Luzu nos recibió en la puerta con una taza de café en su mano.

- Pasen, hace un frío de pelotas –fue lo primero que dijo antes de hacerse a un lado.

El ambiente dentro del apartamento era cálido. Había una mesa ratonera llena de papeles junto a un sofá. Me invitaron a sentarme allí mientras Luzu preparaba más café. Los dos fueron a buscar cosas apresurados y yo ya estaba pensando que tal vez los estaba molestando y ellos estaban ocupados.

Cojo mi móvil mientras espero y llega una llamada de Samuel. Sorprendida atiendo rápidamente con una sonrisa en los labios. Los extraño muchísimo.

- Hola – saludo.

- Hola – responde Samuel y me parece raro que no diga algún típico apodo como "Cariño, cielo, princesa" pero lo ignoro, tampoco es tan importante - ¿Cómo estás? –

- Bien, en casa de Luzu y Lana. Adivina qué...- empiezo toda entusiasmada.

- ¿Qué? –

- Tienes que adivinar, tonto –tiro una risa.

- Vale pues... Te casarás tú con Luzu y estás por tener una pelea cuerpo a cuerpo con Lana – su respuesta me hizo reír nuevamente. Sinceramente, no sé qué tiene en la cabeza este hombre pero me fascina.

Cambio de Roles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora