XI

783 43 8
                                    



Cinco años después.

Cinco largos años Jane había esperado para este momento. Mientras estudiaba comenzó a trabajar en un bar aunque sus padres aún seguían apoyándola económicamente.

La vida de Justin y Jane cambio drásticamente. El chico siguió trabajando en la empresa de su padre y durante este tiempo fue el arquitecto de uno de los edificios más altos de Australia ganando un gran reconocimiento por su arduo trabajo.

Cuando el amor es verdadero, cuando es ese amor que te hace doler hasta los huesos, el amor nunca se olvida porque puedes amar de nuevo, pero nunca con la misma intensidad de la primera vez.

Edward también estudio en Melbourne con Jane y fue su única compañía por mucho tiempo, ellos comenzaron a salir un año después, al principio todo iba tan bien, Edward era perfecto para ella en más de un sentido. Tres años fue lo que le costó al rizado darse cuenta que por más que Jane lo intentara nunca lo podría amarlo aunque el amor de él rizado por aquella mujer bastaba y sobraba para ambos. Si hubieran oportunidades él hubiera luchado, pero no puedes luchar contra lo ya escrito, o al menos eso pensó.

Es inevitable separar el amor de Jane y Justin o eso creíamos todos.

Tengo exámenes. Mamá, estoy enferma. Es mi aniversario con Edward. Leah vendrá con Josh. Estas fueron unas de las tantas excusas que Jane inventaba para no volver a casa. No quería ver a Justin aun, ella debía esperar cinco años, lo prometió ahora era tiempo de cumplirlo aunque le costó. Mes tras mes fue lo mismo, sus padres cansados de los peros notaron que algo andaba mal, no era normal que los evadiera, lo que ellos no sabían era que evadía el destino. Era raro para todos que la pequeña Thompson no quisiera volver a casa así que tomaron la decisión después de unos meses de suplicas viajar para estar con ella para su cumpleaños, navidad y año nuevo. Mike viajaba cada fin de mes con Rebecca y se reunían para almorzar o simplemente hablar. Leah y Josh solo podían visitarla para su cumpleaños, todo se había complicado desde que Josh fue transferido a Alemania por su trabajo, siendo así casi imposible visitarse seguido. Además que la rubia había pedido ser estudiante de intercambio para seguir con su novio. En este caso el amor lo pudo todo.

Ahora Jane tenía 23 años, ya no era una adolescente que creía tan fácil en las palabras bonitas de un chico. Había madurado y era hora de enfrentarse con su pasado. Las cosas cambiaron, pero a fin de cuentas ella siempre seria la pequeña princesa de papi. Aunque entre sus planes no estaba la inasistencia de Justin, ella lo entendería y por más dolor lo dejaría ir finalmente. Porque no todos podemos tener nuestro "Felices para siempre" y ella después de su relación con Edward lo sabía.

Con un boleto de avión en su bolso Jane salió del apartamento que tenía rentado gracias a sus ganancias en el bar. Su carrera ya había terminado, ya era una contadora certificada de Melbourne. Este día aparte de definir su relación con Justin también definía su futuro, ella le dijo que si el no llevaba se iría del país y se olvidaría de él. Lo cumpliría. Con sus maletas en el baúl de su auto acelero y comenzó el viaje, en unas horas estaría en su ciudad.

─Jane, esperaste cinco años por esto. No te acobardes ahora. Él llegara porque te ama, te sigue amando ─Pensó en voz alta.

Conecto su móvil a los parlantes y una lista de canciones aleatoria comenzó a reproducirse. Siguió conduciendo con paciencia por el tráfico. En sus años universitarios había sentido presión y adrenalina, pero ni siquiera eso podía describirse la sensación en ese momento. Lo vería y eso la hacía feliz.

Una de las canciones, la cual desde su primer año se convirtió en una de sus favoritas; Impossible, de James Arthur sonó en todo el auto y ella canto al mismo tiempo sin importar su voz desafinada.

Daddy's Princess » j. bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora