CASTILLO TEMPLE

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Levantarse desesperanzada y melancólica es horrible, sentirse sin amparo, ni cobijo es desolador.

Hoy me he levantado más tarde de lo normal, suelo ser muy madrugadora, será porque como salí anoche, dormí tarde. Y me he despertado con la idea de hacer una pequeña excursión al castillo que vigila toda la villa, desde los cinco años que no me acercó a ese lugar tan singular.

La última vez que fui me llevó mi abuelo muy temprano esa mañana, cojimos una mochila con un buen almuerzo y dos botellas de agua. Disfrutemos del cálido sol durante el camino y cuando llegamos almorcemos en una piedra saboreando la brisa fresca.
Es un buen recuerdo que quiero repetir aunque tenga que ser sola.

Se pone a buscar las deportivas, hasta que las encuentran en el fondo del armario, unas deportivas negras y rosa fosforito. Baja a la cocina y coje algo de comer y beber y lo guarda rápido en la mochila rosa a juego.
Lo malo del camino que tengo que recorrer desde mi casa hasta al castillo, es que tengo que pasar por la casa de Pablo y esperó que no me vea o mejor aún que no este, no quiero ningún tipo de encontronazo, no me siento con fuerzas para enfrentarme a la situación que el me quiera brindar esta vez.

Todo el camino esta tranquilo, no se ve a casi nadie, porfin la cuesta que me lleva al castillo, la subo y lo primero que encuentro o que se ve es  la fachada principal, donde se observa en primer plano lo que queda del muro delimitador del primer recinto amurallado de un total de tres, según lo que estudie en su momento elemento característico de la construcciones de los templarios. Así que sigo subiendo hasta la fachada principal y empiezo a observar los restos del blasón del obispo Honorato Juan el último que reparó el castillo.

Entró por un hueco roto en el muro y me encuentro que entre los matacanes se hallan dos gárgolas: en una se pueden ver dos figuras humanas, una de las cuales parece susurrarle a la otra en el oído. La segunda es un águila, emblema de San Juan el Evangelista, que tiene una persona debajo que parece portar un libro.
Y si giras tu mirada hacia la derecha, ves que sobre las arcadas de las ventanas de la torre, pueden verse dos bafométicas cabezas.

Avanzó un poco más hacia el interior , de donde han desaparecido las distintas estancias con las que contaba la torre, dejando a la vista una bóveda gótica con un medallón centralque destacan dos elementos: la leyenda que lo adorna y la escena simbólica. Se puede observar aunque deteriorado por el paso del tiempo varias letras que conformarían parte de varias palabras, estas a su vez separadas por tres puntos.

Las letras y palabras que se pueden leer son:

MISE_ERE (tres puntos en vertical)
MEI (tres puntos en vertical)
QVI (tres puntos en vertical)
CRI_ _ _ _ _ _S (tres puntos en vertical) + LONG (dos o tres puntos en vertical)
UEL (dos o tres puntos en vertical)

En la escena interior del medallon si te fijas bien se pueden ver dos figuras. Una de ellas es el Agnus Dei (Cordero de Dios).
La segunda de las figuras corresponde inequívocamente a algún tipo de cánido, a un lobo más exactamente. No se lo que puede significar pero debió de ser importante.

En cada una de las esquinas de donde parten las nervaduras de la bóveda, no dejan de ser menos enigmáticas. Una de ellas es el busto de un hombre barbado con corona y orejas descubiertas que abraza a pequeños  hombrecillos a sus lados que tienen sus palmas hacia arriba. Es curioso que el hombrecillo de la derecha, en su mano izquierda tiene seis dedos.
La siguiente ménsula, situada a la derecha de la anterior, representa también a un hombre barbado coronado con sendas figuras humanas a sus lados, pero están con los brazos caídos y no son abrazados por el hombre del centro. Estas dos figuras más pequeñas parecen ser mujeres.
La siguiente se haya deteriorada, pero se ve que era un busto humano, que también enseña las manos.
La ultima ménsula también es una figura humana que enseña las manos y que también tiene las orejas al descubierto.

Después del Gurullo de ver y poder observar toda la importancia que tuvo en su momento, es gratificante poder observar lo que queda de su gran esplendor.
Me siento en la roca que me senté con mi abuelo que sigue en el mismo lugar y almuerzo un poco de pan y queso, después de terminar tomó un gran trago de agua y bajo del castillo en dirección a mi casa, no le dije a mi abuela donde estaria, aunque cuando me marche no se hallaba en casa, que tonta podría haberle dejado una nota por lo menos.

Abro la puerta y me doy cuenta que mi abuela no ha vuelto y yo hace tres horas que me marche, no es propio de ella. Esperaré que seguro que se ha entretenido en casa de alguna amiga, ya volverá ya es mayor cita se dice riéndose sola.

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⏰ Última actualización: Jan 28, 2016 ⏰

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