Cap. 4: Marcos Riff

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PDV de Marcos

Estaba sentado mientras ordenaba algunos papales, relacionados a las actividades de Aiden, necesitaba con urgencia una asistente para él.

A la mente se me vino la imagen de Jessy Hostherer.

Se parecía tanto a mi hermana que cuando la vi por primera vez, sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo.

Oh mi pobre Dayana.

El cáncer la había consumido en menos de un año.

Tenía tan solo 23 cuando falleció. Había fallecido hace seis años, pero aún me dolía su ausencia.

Jessy y Dayana realmente se parecían.

Realmente pensé que estaba loco cuando vi a Jessy, realmente pensé que era mi hermana.

Había pasado una semana desde que Dylan se perdió y por suerte la prensa se había mantenido totalmente ignorante con el incidente.

Nadie se había enterado, lo cual era un gran alivio.

La línea uno del teléfono, empezó a sonar, por lo cual atendí.

-Diga...—respondí y no oí nada del otro lado de la línea—

Pasaron unos segundos en los que pensé colgar, pero hablaron.

-¿Con el señor Riff? —Escuche una voz débil—
-Él habla—dije y volvió el silencio de parte de la otra línea—
-Soy Jessy Hostherer. —Yo asentí con una sonrisa— llamaba para...
-Sí el trabajo—la interrumpí— te espero a las cuatro.

Le di la dirección y ella me agradeció como cuatro veces antes de despedirse, lo cual me pareció muy tierno.

Me recordaba tanto a Dayana.

(...)

Jessy tomó asiento y me sonrió tímidamente.

Ella coloco una carpeta de color azul zafiro sobre mi escritorio y empecé a revisarla.

Bueno tenía muy buenas notas, ese ya era un punto a su favor, era buena en cálculo y estadística, era joven y llena de entusiasmo.

No tenía experiencia, pero aquí la tendría.

-Bueno Jessy, bienvenida. —Agregue con una sonrisa—
-¿Enserio? ¿Así de fácil? ¿No hará preguntas? — Dijo sorprendida—
-Tus notas me lo dicen todo. —Aseguré—
-¿Y en que me desempeñaré? —preguntó curiosa—

La idea de que fuera asistente de Aiden se me pasó por la cabeza, y me reí de aquello, tendría que mantenerla lo más lejos posible de Aiden.

Lo más seguro es que la terminaría acosando al momento en que los dejase solos.

No, ella no podía ser la asistente de Aiden.

Ella estaría a cargo del presupuesto de las ganancias de Aiden y las de mi empresa.

Ya vería yo, quién sería la asistente de Aiden.

Les expliqué todo lo que tendría que hacer, ella emocionada tomaba nota y asentía con una sonrisa.

Comprendió todo fácilmente y se despidió de mí.

Mañana empezaría su primer día de trabajo.

(...)

Entre a la gran mansión de Aiden y lo encontré jugando videojuegos.

-¿Te unes? —Preguntó sin quitar la vista de la pantalla—

Me uní a él y pasé más de dos horas jugando a exterminar zombis y algunos soldados en una guerra.

Le platiqué quien sería la nueva encargada de administrar sus cuentas bancarias, y él solo asentía sin prestarme atención.

A veces era increíble lo descuidado y despistado que podía llegar a ser con su dinero.

Fácilmente podían robarle y él no lo notaría.

Suerte que me tenía a mí, y suerte que ahora yo tenía a Jessy, para que me ayudase.

-Debo irme...—agregue y él colocó pause al juego—
-¿Vendrás conmigo y con Matthew, cierto? —Dijo mirándome—
-Hoy saldré con Tamara—le informé—
-No puedo creer que aún no le hayas propuesto matrimonio—aseguró divertido—
-¿De qué hablas? —pregunté confundido—

Aiden se paró y se dirigió a la cocina y yo lo seguí.

-¿A qué te refieres con matrimonio? —volví a interrogar—
-Tamara está a punto de pedirte matrimonio a ti. —Me hizo saber— eres demasiado lento.

Fruncí el ceño.

¿Ella quería que le pidiera matrimonio?

-Pensé que te gustaba. —Aclaro Aiden— 
-Me gusta mucho, estoy con ella hace tres años, ¡Claro que me gusta Aiden!
-¿Qué hay de amor? ¿La amas? —me cuestionó—

¡Sí!

¡SIN TOTAL DUDA!

-Con mi vida. —Le respondí—
-Oh voy a llorar...—dijo divertido mientras se limpiaba lagrimas imaginarias—

Rodé lo ojos y él rió.

-Creo que deberías pedirle matrimonio. —Me aseguró— están locos el uno por el otro, así que... ¿Por qué no dar ese paso?

No podía creerlo, pero Aiden tenía razón, tenía 31 y no me estaba haciendo más joven.

-Me sorprenden tus momentos de madurez. —Aseguré y él se llevó la mano al pecho—
-Rompes mi corazón...—dijo su típica frase sarcástica—
-Bueno, duran poco—agregue— pero gracias
-Cuando gustes, siempre puedes acudir al buen Aiden y contarle tus problemas.

Volví a poner los ojos en blanco haciendo que él riera.

-Exijo ser el padrino de la boda. —Me gritó— ¡Hablo enserio!

Yo sólo asentí y me despedí de él.

Debía buscar el anillo más precioso de Los Ángeles.

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Aiden y sus momentos de madurez :3

En multimedia Marcos Riff 

ESPERO LO DISFRUTEN


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