Mi nombre es Loki

9. Loki.

Mi rostro cambio en un santiamén, de seguro mi palidez asustó a Maggy, ella me vio preocupada, la señorita frunció el ceño y luego me desplomé al suelo. Tuve imágenes, era yo asesinando a inocentes en una gran ciudad, habían seres extraños, Prue, era la niña del arco. No olvidaría esos ojos gris tormenta. Padre la había traído siendo una bebé indefensa, había prometido protegerla siempre. Luego estaba en un trono, el trono que había sido mío. Yo fui un rey. Yo fui el rey de Asgard.

-¡Chris, despierta!
-Loki, hermano.

Desperté y era de noche, estaba en mi habitación. Maggy estaba en el sofá de lectura, se había quedado dormida. No podía recordar nada de lo que había sucedido. Excepto una cosa. Prue era mi hermana, mi pequeña, mi protegida.

Salí de la cama y llevé a Maggy en mis brazos hasta su habitación, saqué sus zapatos y la cobijé. Lucía tan tranquila cuando dormía, me gustaba demasiado, pensé en que si llegara a recordar todo no me importaría llevarla conmigo, así tuviese que secuestrarla pero ¿llevarla a dónde? Por alguna razón sabía que no pertenecía a este mundo. Me quedé admirando el sueño de Maggy mientras juntaba piezas en mi cabeza. Tenía una hermana y ella me había encontrado ¿dónde estaba ella ahora?

Fui a la cocina, tenía algo de sed, tomé un jugo de uva del refrigerador y sentí una presencia detrás mío, no era Maggy, ni tampoco ninguno de sus padres. Di media vuelta y me dispuse a beber el jugo. Luego de unos segundos la encontré, estaba afuera escondida.

-¿A que has venido? -Le pregunté sin verla.
-Yo sólo quería saber que estás bien. -ella respondió.
-¿Le dirás a la policía dónde estoy?
-No...
-No recuerdo nada pero sé que eres mi hermana.
-Adoptiva pero lo soy.

Asentí y ella caminó hacia mí.

-No voy a dejar que me separen de Maggy, decidí esconderme con ella y si tengo que huir para ser feliz a su lado, lo haré. No recuerdo más que estúpidas imágenes pero sé que fui un asesino, un hombre malo y no tengo perdón alguno.
-Hermano, te vi morir dos veces. Sólo deseo que seas feliz...
-Lo soy, ahora vete, no quiero saber nada de mi pasado.

La chica derramó un par de lágrimas, yo pasé junto a ella, mi cuerpo se heló cuando dijo mi nombre.

-Loki.

Me detuve, mi corazón quemaba mi pecho, como pude subí las escaleras y llegué a mi habitación, esa madrugada no pude dormir. Quería recordar algo pero sólo venía a mí la voz de esa chica, hacía eco en mi cabeza diciendo ese nombre: Loki-Loki-Loki. Me estaba volviendo loco. Fui a la caballeriza al amanecer, monté a Cali, era el caballo de la señora Collins. Cabalgué hasta el lago, me quedé junto a un bello arce mirando agua esmeralda por largo tiempo.

-Cuando era pequeña tu me enseñaste cómo dominar mis poderes, aunque no sabías mucho de eso, supe tener el control de ellos porque tu sabías controlar los tuyos. Eras inigualable con las ilusiones, habías superado a Madre. Tenías un corazón dulce y eras feliz.
-Te dije que te fueras. -Le dije con dureza.
-No me iba a ir sin antes despedirme. -dijo ella.
-Adiós, entonces. -Le dije fríamente.
-Loki...
-No soy Loki.
-Si quieres puedo hablar con Thor. Le diré a Heimdall que habrá el Bifrost.
-No iré a ninguna parte. Mi lugar está junto a Maggy.
-Loki, no te cierres. Debe haber una explicación del porqué estás aquí y has perdido la memoria.
-Señorita, le pido por favor que se vaya. -le dije duramente.
-Loki... vienen por ti. Debes venir conmigo. -ella insistía.
-Vete, no quiero verte más.
-Confía en mí.
-¿Por qué debo confiar en ti? -me volví con enojo.
-Porque soy tu hermana. -ella gritó.

De repente un mareo vino a mí, el dolor de cabeza volvió y Prue me salvó de caer al suelo. La miré a los ojos y pude recordar algo. Ella no era mi hermana de sangre, ambos éramos hijos adoptivos sus ojos me llevaron a un momento de dolor.