Él miraba al muchacho seriamente.
No despertaba todavía, había sufrido de una alta fiebre que habían dejado exhaustos a Mariel y al propio médico, pero por fortuna la hemorragia había sido controlada. Incluso Vicente se vio en la necesidad de estar ahí para servir de ayuda en lo que fuera posible. Él esperaba por el momento en que su hermano abriera los ojos, pero también porque él estaba ahí. Su figura, compareciente, como una extensión de sus sentimientos y pesares, estuvo acariciando la frente de su hermano con la yema de los dedos. Fijaba su mirada en él de vez en cuando. Se encontraba con una sonrisa espeluznante que lo hacía temblar de miedo, pero también de ira.
—Vicente... —escuchó susurrar.
Se levantó presuroso de llegar hacia él, envolverlo y alejarlo de esa cosa. Alonso miró con sorpresa al hombre que recién llegaba a él y le daba la calidez que parecía no haber tenido antes.
—Estoy aquí, estoy aquí —repitió. El muchacho levantó la cabeza buscando una imagen borrosa que creyó ver para luego mirarlo a él—. ¿Alonso?
—Tus manos... estaban frías... —comentó extrañado y cansado al mismo tiempo.
—Fue tu impresión. Has pasado una larga noche con una temperatura muy alta. Debes dar gracias que sigues vivo.
Alonso suspiró lleno tristeza.
—Descansa, hermano.
—La vi... Fui a verla... —farfulló palabras inentendibles para él.
—¿De qué hablas? —preguntó Vicente.
—Mama nos quiere ver.
Vicente se levantó consternado.
—Hermano... dime que iremos... Ella nos quiere ver. —exclamó suplicante.
—Mamá...
Alonso alargó una sonrisa sincera y asintió. No sabía cómo había llegado más allá del árbol donde siempre estaban, no lo recordaba, pero si seguía vivo era por ella o eso era lo que él creía. Lo pensaba con tanto fervor que no temía en decirlo.
Vicente negó con la cabeza, dudoso de lo que escuchaba. De alguna manera el menor de sus hermanos estaba en un punto que no conocía y que no entendía del todo. Lo miraba indispuesto de hablar sobre ella, de tan siquiera mencionarla por el vacío que había dejado cuando se fue y por aquel ser que envolvía al pequeño de Alonso con una sonrisa sardónica que le generaba malestar.
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Spectrum
ParanormalUna carta ha hecho que Vicente Fermín se embarque en una larga travesía a las provincias españolas. Un viaje que odia y que prefiere ver acabado así sea en las profundidades del océano, pero que luego de tanto tiempo ve concretado. Y será ese mismo...