Capítulo IV
No había tiempo que perder. Los dos tenían que salir de la vista de los guardias tan rápido como les fuera posible. Tino estaba consciente de ello, por lo que se esforzó para no ser una carga para el sueco. Apenas podía creer que ya habían salido del castillo. Miró hacia atrás, una vez más, para asegurarse de que en verdad estaban fuera del mismo. Ahora estaban comenzando, emprendiendo una nueva aventura. Ni él se imaginaba a dónde terminarían por asentarse.
Sin embargo, pese a desconocer el rumbo que tomarían, confiaba plenamente en Berwald. Aunque aún le daba algo de miedo la manera en que se dirigía a él, no le cabía ninguna duda de que irían a un lugar adecuado, perfecto para los dos. Era una especie de fe ciega, que ni él mismo podía explicar. Solamente sabía que debía seguirlo y por nada del mundo, perderlo de vista, o estaba jodido.
Si bien era cierto que varias veces había entrado a aquel bosque, en compañía de los otros cuatro, tenía presente de que si no tenía cuidado, podría extraviarse con mucha facilidad. Por eso, le había agarrado de la mano al sueco. No quería separarse de él, por nada del mundo. Desde que lo conocía, era la primera vez en realidad que sentía que no debía perderlo de su vista. ¿Qué ocurriría si en la oscuridad de la noche lo perdía? No, no, no. No podía pensar en ello.
Cuando finalmente alcanzaron una distancia considerable, el sueco comenzó a desacelerar el paso. No tenía sentido que corrieran todo el recorrido puesto que eso les desgastaría demasiado a ambos. Además de que eso les convertiría en presas fáciles para el danés y sus guardias. Lo más sensato en ese momento era refugiarse entre los árboles, de tal modo, que no pudieran ser detectados fácilmente. Suecia estaba muy seguro de hacía donde iban, la cuestión era que no sucedieran ningún imprevisto y para ello, estaba cuidando de cada minúsculo detalle.
Esa noche evidentemente no podrían avanzar mucho más que unos cuantos metros. Debían decidir en dónde dormirían o al menos, buscar un lugar donde no estarían demasiado expuestos a posibles enemigos.
A esas alturas, Berwald era quien caminaba delante, seguido por Tino. De vez en cuando, el primero miraba hacia atrás solamente para asegurarse que el finés continuaba detrás de él. Le preocupaba bastante que desapareciera de repente, pero no podía defender ambos lados. Simplemente confiaba en que ninguno de los soldados les hubiera seguido hasta ese lugar. Se acomodó mejor los bolsos que llevaba en la espalda, ya que se habían movido algo debido a la carrera que había tenido que emprender.
Tino comenzó a pensar en todo lo que pasó. Se había escapado por la única razón de que el sueco lo había hecho, porque éste ya no soportaba la actitud del danés. Todo eso había ocurrido en menos de doce horas y esperaba haber tomado la decisión acertada. Sacudió la cabeza, no era el momento de tener dudas al respecto.
—¿Estás bien? —le preguntó el sueco luego de un largo rato de silencio. Quizás debió haberle avisado al finés sobre aquella pequeña carrera pero en aquel momento solamente podía pensar en que debían huir tan lejos como podían.
—Sí, por supuesto que sí —comentó el finés con una gran sonrisa tranquilizadora. No estaba seguro en qué Berwald estaría pensando en aquel momento, por lo que quería evitarle cualquier razón o motivo de preocupación —¿Y tú cómo te encuentras?
El otro no dijo nada, manteniendo al muchacho en suspenso. No podía decirle la realidad de lo que pasaba por su mente, ya que realmente podría asustarlo. Aún estaba preocupado por el hecho de que pudieran haberlos seguido hasta ese lugar del bosque y lo que menos quería era que fueran capturados.
Además, estaba buscando y analizando el mejor sitio en donde pasar el resto de la noche. Nunca se era demasiado precavido, pensó. Halló un sitio perfecto donde podrían dejar las bolsas de dormir. Le hizo señal para que se metiera entre los arbustos y le mostró el sitio en donde dormirían. La luna les daría con su preciosa luz por la cara, pero además de ese ligero detalle, no había ningún problema.
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Huida
Fiksi PenggemarSuecia, harto de la situación en la casa de DInamarca, decide escapar de una vez por todas. ¿Cuáles fueron los motivos para ello? ¿Cuál fue la reacción del Rey del Norte? Basado en los capítulos 17 y 18 de The World Series. SuFin/DenNor