Suecia y Finlandia se quedaron mirando fijamente al polaco sentado sobre su enorme trono. No era precisamente lo que ellos esperaban encontrar. Ni uno de los dos se animó a decir algo al respecto. El silencio se apoderó del enorme salón real.
El rubio estaba con las piernas cruzadas y apoyando su mentón sobre una de sus manos, como si estuviera estudiándolos, al igual que ellos lo hacían. A su lado, se encontraba el lituano, quien no se atrevía a hablar antes de que Polonia lo hiciera.
No obstante, antes de que Suecia finalmente comenzara a caminar en dirección a sus anfitriones, el polaco atrajo hacía sí a su amigo e intentó esconder su expresión de terror de sus invitados.
-Tipo que como que es más terrorífico de lo que pensé -murmuró. Se estaba arrepintiendo de haberles pedido a que fueran a darle una visita. Apenas podía esconder el hecho de que el sueco le resultaba aterrador.
Quería salir corriendo de allí. En su mirada se podía ver el pánico que estaba experimentando en ese instante y buscó de inmediato el consuelo en Lituania, quien era el único que podía ayudarle cuando estaba así de nervioso.
-¡Compórtate! -exclamó por lo bajo el otro, aunque no le quitaba razón a lo que había dicho:-Esto será rápido, ya verás -Aunque no estaba muy seguro de sus propias palabras. Todo dependía de la propuesta de Suecia.
Ambos recuperaron la compostura antes de que alguno de los nórdicos pudieran escuchar de lo que habían estado hablado.
Finlandia pronto se apresuró a seguir a su compañero de aventuras. No dejaba de contemplar las lujosas cortinas ni las hermosas estatuas que adornaban los pilares. Los detalles en oro evidenciaban que estaban pasando por un buen momento económicamente.
Sin embargo, pronto recordó la razón por la cual se encontraban allí y repentinamente comenzó a preocuparse de lo que podría suceder a continuación. No conocía a Polonia ni a Lituania más allá de las escasas noticias que recibían en el norte, así que estaba seguro de que cualquier cosa podría llegar a suceder.
-Soy el Reino de Suecia y él es mi... -Miró de reojo al finés. Por un momento había pensado en decir que era su esposa. Sin embargo, pronto cambió de parecer al recordar que el catolicismo era bastante fuerte por esos lares y probablemente una afirmación como esa les traería más problemas de los necesarios:-Mi compañero de viajes, Finlandia. Escapó conmigo -explicó.
-Entonces ¿qué te trae por mis tierras? -indagó Polonia tras unos largos minutos de silencio. Le estaba costando cada ápice de valentía que tenía para mantener la mirada con el sueco. Se estaba aferrando con fuerza de su trono, casi hundiendo sus uñas en el tapiz del asiento. Estaba demasiado incómodo.
-Necesito a Estonia y a Letonia para pelear contra Dinamarca -Fue directo al grano. No tenía nada que esconder. Lo peor que podía suceder era una guerra pero estaba listo para asumir el riesgo. Al fin y al cabo, desde que había salido de la casa del danés, el mundo estaba contra ellos dos. Un par de enemigos más no era precisamente algo de qué preocuparse. Estaba listo para enfrentarse al resto del planeta si era necesario.
Finlandia tragó saliva en el instante que el sueco había terminado de hablar. Obviamente se fijó en la expresión del polaco. Habían viajado cientos de kilómetros solamente para eso y en unos cuantos minutos obtendrían la tan ansiada respuesta. Aunque el muchacho ya estaba previendo cuál sería la misma.
Tanto Polonia como Lituania intercambiaron miradas. El primero no pensó demasiado en la contestación.
-No quiero. Es imposible. No, no, no -Negó con la cabeza varias veces. ¿Cómo se atrevía ese terrorífico hombre a presentarse ante él para hacerle una solicitud tan ridícula como esa? ¿De verdad pensaba que le diría que sí? ¿Acaso estaba loco?
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Huida
Fiksi PenggemarSuecia, harto de la situación en la casa de DInamarca, decide escapar de una vez por todas. ¿Cuáles fueron los motivos para ello? ¿Cuál fue la reacción del Rey del Norte? Basado en los capítulos 17 y 18 de The World Series. SuFin/DenNor