Capitulo 11

23 2 0
                                        

Sentí un escalofrió en mi espalda. Abrí mis ojos, confundida me levante y salí de la cama. El lugar estaba oscuro y una puerta corrediza estaba abierta. Trate de buscar algo para alumbrar y vi una linterna.

La puerta se abrió y entro alguien prendiendo la luz.

Fruncí el ceño al ver a Cristhofer.

−Al fin despertaste −dijo.

− ¿Que haces aquí? −pregunte.

−Es mi departamento −dijo y me paso un vestido rojo− Es tuyo póntelo −asentí.

Mire el lugar, era cómodo y a la vez grande para una sola persona.

−Es lindo −dije.

−Y cómodo −agrego.

Sonreí.

−Creo que no te has dado cuenta que estas desnuda delante de un lindo chico −dijo burlón.

¿Que?

Abrí mis ojos y me mire. Agarre una almohada y me cubrí.

Que horror había estado desnuda delante de un tonto.

−Ponte el vestido. Iré a comprar algo de comer −dijo y salió.

Como pude me coloque el vestido y busque un baño. Cuando lo encontré, arregle mi cabello y agarre un poco de perfume que supuse que era de Cristh.

−Ya llegue −dijo él desde la sala.

−Estoy a... −fui interrumpida.

−Aquí estas −dijo acercándose.

−Sí y perdón por echarme tu colonia −dije.

−No importa igual te darás una ducha. Ten −me dio una toalla.

−No tengo ropa de cambio −dije.

−No te preocupes. Báñate rápido −dijo y cerró la puerta.

Me quite el vestido y solté mi cabello.

Entre a la ducha y deje que el agua caliente relaje mis músculos. Salí y me coloque la toalla alrededor de mi cuerpo.

Abrí la puerta del baño y salí.

−Cristhofer ya termine −dije.

−Ya voy −dijo él.

Llego con ropa de chica en sus manos.

−No sabía que tenías ropa de tu enamorada −dije.

−No es de mi enamorada −rodé los ojos.

−No creo que eso sea mi talla -dije.

−Pruébatelo y me llamas −asentí− Entra en esa puerta −señalo y mire.

−Está bien −agarre la ropa y empezó a caminar hacia la puerta.

Entre, la habitación era azul y tenía premios en un librero.

Coloque la ropa en la cama y saque la toalla.

Envolví la toalla en mi cabello. Me trate de colocar la ropa y no entraba.

Que chica tan delgada tenía esta ropa.

Abrí la puerta de la habitación y asome mi cabeza.

− ¡Cristhofer, la ropa de tu novia no me da! −grite.

− ¡Ya voy! −grito él.

Lo vi caminar y se veía bien cuando estaba relajado.

− ¿Ninguno te da? −pregunto.

De Nerd A ¿POPULAR?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora