Capítulo 6

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–Una fiesta? ¿En serio? 

Recordó entonces a Hoseok, Yoongi y Jimin hablando de ello. Taehyung miró a Jungkook con una sonrisa pícara en sus labios, como si respondiera "si" de manera despreocupada.

Le tomó unos segundos darse cuenta que estaba parado en frente de la casa de Hoseok.

La música llegaba hasta su oídos, flotando en el aire como cenizas, podía escuchar cada nota emitida.

El piso bajo sus pies parecía vibrar al ritmo de la canción. Notó que las habitaciones estaban llenas de personas al estar las ventanas abiertas. También se dio cuenta que los cuartos estaban alumbrados con diferentes colores. El primer piso, constituido por el living y la cocina, estaba iluminado con luces azules, violetas, lilas y celestes, armando formas e imágenes sobre los cuerpos danzantes.

–Estos chicos –suspiró, sintiendo su pecho achicarse, como si le faltara el aire.

No estaba acostumbrado a estar rodeado de tanta gente. No le gustaban las fiestas. En consecuencia, ese tipo de ambiente era el combo perfecto para que Jungkook se diera la vuelta y volviera a su casa.

Respiró hondo, conteniendo el aire por segundos y luego volviendo a largarlo.

–¿Vienes? –preguntó Taehyung gritando, ladeando la cabeza en dirección a la casa. Todavía tenía la capucha sobre su cabeza, tapando la mitad de su rostro y, aunque estuviese oscuro e intentara demostrar que todo estaba bien, Jungkook sabía que Taehyung tampoco se encontraba en su "zona de comfort".

Su rostro parecía estar suplicándole que lo acompañara, que no lo dejara solo. Él era transparente como el agua. Cualquier emoción que estuviera sintiendo era fácil de descifrar. "Solo por Taehyung", pensó.

Sin responder, Jungkook avanzó.


Cuando ambos entraron, las luces de la entrada estaban apagadas haciendo difícil caminar entre las personas. Jungkook se quedó mirando el living de Hoseok que estaba lleno de gente bailando una canción pegadiza, que no pudo reconocer.

Las luces instaladas de diferentes colores hacían distintos patrones en los cuerpos danzantes y sudorosos, dando un aspecto casi psicodélico al ambiente.

Pudo reconocer a Hoseok bailando entre medio de toda la gente, con los ojos cerrados al ritmo de la música. Parecía no importarle nada ni nadie. Solo la música.

Sintió una mano entrelazarse con la suya. Era Taehyung.

–Pareces un cordero perdido –le dijo acercándose al oído– ¿Quieres algo para tomar? –Jungkook asintió con su cabeza, sin escuchar lo que le había preguntado.

Sus rostros estaban tan cerca que se sintió un poco desconcertado como para responder. Taehyung tiró de su mano y ambos se dirigieron a la cocina, donde había menos gente.

–¡Taehyung! ¡Jungkook! –gritó Jimin sentado desde la encimera de la cocina.

Un grupo pequeño de personas estaba reunida cerca de la mesa donde Jungkook recordó haber cenado varias veces, al igual que estudiado e incluso, jugado a las cartas hasta la madrugada.

Recorrió con la mirada los rostros y reconoció a la chica que había susurrado a su amiga ni bien él había llegado al aula de Química. La voz de Taehyung cortó con sus pensamientos.

–Es raro no verte bailando Jimin ¿qué paso? –preguntó en tono burlón.

–Me está acompañando –respondió Yoongi y luego tomó un trago de su cerveza– ¿Alguien quiere? Hay más de una docena en la heladera.

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