- Diana, despierta! Diana! - me dijo Ainoa.
- Que pasa Ainoa? - le dije casi dormida.
- Te había quedado dormida - me dijo Ainoa intentando espabilarme.
- Dormida! Ya entiendo - dije reflexionando, me toqué el cuello, y... el collar! Estaba ahí!
- Diana, que bonito ese collar, cuándo te lo has puesto? - me preguntó Ainoa
- Pues, cuando salimos de cada! Cuando va a ser - mentí.
- Pues yo no te lo he visto hantes, te lo acabo de ver ahora - dijo Ainoa.
- Pues me lo puse al salir - le dije.
- Bueno, vale, tienes que venir, Eduar tiene una forma de sacarnos de aquí - me dijo Ainoa cogiéndome de la mano levantándome.
Le seguí hasta la puerta, donde, qué? Y el bar?
- Ainoa, y el bar? - le dije a mi hermana preocupada.
- No se, estaba aquí hace un momento - me dijo mirando a todos lados.
- Pues aquí no está - le dije.
- Diana, tu también ves a aquellos hombre? - me dijo señalando al frente.
- Sí, corre, corre! - le dije cogiéndola de la mano.
- Diana, creo que ya los hemos perdido de vista - me dijo parándose y mirando para atrás.
- Sí, creo que sí - dije mirando para atrás.
Sentía que alguien estaba detrás mía, pero mis sentidos eran pésimos, y no creí que nadie estuviera detrás mia.
- Diana, cuidado! - me dijo Ainoa dándose la vuelta.
- Qué pasa? - dije mirando para atrás
- Diana, socorro! - dijo gritando, pero cuando miré para atrás no había nadie - Ainoa, Ainoa, no me gastes este tipo de bromas! Ainoa, responde! - dije desesperada.
- Diana, que pasa? - escuché que me decía mi hermano Manuel.
- Nada, vamos a dentro, y Eduar? No te ha acompañado hasta aquí? - dije dándole la mano.
- Dijo que viniera, que ahora venía él - me dijo Manuel siguiendo mis pasos.
Entramos en el bar, y no había nadie.
- Manuel, quédate aquí, ahora vengó, y ni se te ocurra moverte.
Miró por todo el bar ¡era gigante! Veo a alguien que de mueve, me acerco despacio, procurando no hacer ruido. Cuando estoy casi, me paro y me asomo, era....
- ¡Eduar! ¿Qué haces aquí? - le dije sorprendida - por cierto, por casualidad, ¿no habrás visto a mi hermana?
- Yo... ¿Cómo voy a saber dónde está tu hermana? - dijo tartamudeando.
- Es que, estaba dando un paseo cuando no encontraba el bar y mi hermana vino y después.... - empecé a hablar sin control, hasta que Eduar me interrumpió.
- Para, para, no se ni me importa dónde está tu hermana, ¡búscala tu! - me dijo borde.
- Perdón Eduar, no hace falta que te pongas así, sólo te he preguntado por si la habías visto - dije intentando arreglar la situación.
- Espera, no me estarás diciendo que yo he secuestrado a tu hermana, ¿no?... - discutió sin terminar de hablar.
- ¡No! Perdona, yo no estoy diciendo que tengas que ver con la pérdida de mi hermana, sólo te estaba preguntando. Pero me estás haciendo pensar lo contrario - le interrunpí enfadada.
- ¡Socorro! - escuché a alguien.
- ¿Has oído eso? - le pregunté a Eduar.
- Yo no he escuchado nada... - dijo serio.
- ¡Socorro! - volví a escuchar.
- ¿Ni eso? - repetí.
- No... - dijo Eduar tartamudeando.
- ¡Socorro! ¡Qué alguien me ayude! - creó que era Diana, pero....
- ¡Socorro! Diana, ¿estás ahí? - se escuchaba repetidamente.
Decidí seguir el sonido, pero...
- ¿Qué haces niñata? - me dijo Eduar.
- Pues... ¡salvar a mi hermana!
Eduar me impedía el paso, pero yo le quitaba de mi camino y así sucesivamente, hasta que una vez, le pegué un empujón y lo dejé en el suelo, salí corriendo, y gritaba:
- ¡Ainoa, háblame, no pares de gritar!
Pero ya no respondía.
- ¡Ainoa! ¡Responde!
ESTÁS LEYENDO
Finales infinitos
Mystery / ThrillerHola, me llamo Diana, he de confesar que mi vida no es perfecta, pero si está llena de misterios y de divertidas historias. Vivo con mis padres (Isabel y Hugo) en una casa alejada de la ciudad junto con mi hermana pequeña de 5 años (Ainoa) y mi herm...