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Harry, una vez más, dirigió su vista a la pantalla de su celular. Mirando una y otra vez el nombre que en este se mostraba.

'Price'

Maldición. Aún no se decidía si enviarle un mensaje o no.

Habían pasado tres días desde la noche en que fueron a Ice Pub y también desde que conoció a Caprice.

Harry no podía negar que ella lo había dejado completamente embelesado. Prácticamente pasó toda aquella noche en su compañía.

Y que grata compañía.

Primero, y tartamudeando como un idiota, la invitó a tomar un trago. A lo que ella había aceptado sonriendo, al parecer enternecida por su evidente nerviosismo.

Harry encogió los hombros, al principio la chica era intimidante.

Después, a petición de ella, habían bailado...y Dios, él casi se desmayó.

Bueno, quizás estaba exagerando, pero realmente bailar con ella había sido lo mejor de toda la noche.

La chica sabía moverse.

Era extraño lo sucedido con ella, no podía decir que no conoció chicas en el pasado, pero Harry nunca antes se había visto babeando el piso por alguien.

Los chicos lo habían molestado durante todo el camino de vuelta al hotel, pero en definitiva había valido la pena.

Lo que más le había agradado de ella era que, aun después de saber que él era un cantante famoso, lo trataba como alguien normal.

-¡Envíale el puto mensaje de una vez! - se sobresaltó cuando oyó la exclamación de Louis. -Pareces imbécil mirando su contacto en el celular, ¡decídete ya, hombre! -

Harry levantó la vista y noto que sus tres compañeros de banda lo observaban expectantes, al parecer lo habían estado observando hace bastante.

Suspiro, ahora tendría que soportar que sus amigos molestaran durante todo lo que quedaba de la tarde.

-¿Y? - Louis volvió a mirarlo con el ceño fruncido. Estaba parado frente a él con ambas manos apoyadas en sus caderas...casi parecía una madre molesta.

-¿qué? - pregunto Harry, dejando su celular sobre la pequeña mesita frente a él. Si seguía sosteniéndolo lo dejaría igual de mojado que si se hubiese caído al agua. Le sudaban las manos...siempre le sucedía cuando estaba nervioso, además de la manía de morder y manosear su labio inferior.

-Harry no seas cobarde, envíale ya un mensaje - esta vez fue Liam quien hablo. Él sentado en uno de los sillones que había frente a él, jugando Candy Crush en su teléfono.

-No creo que sea...- se detuvo cuando su celular vibró sobre la mesa, avisando la entrada de un nuevo mensaje. Tanto él como los demás presentes pudieron ver el remitente.

Price.

Ambos, Louis y Harry, se lanzaron hacia el teléfono.

-Maldita sea Louis, ese mensaje es para mí - gruño Harry, aun tratando de obtener el teléfono y quitar las manos de Louis de su cara.

-Me importa una mierda, quiero ver que pone - el mencionado gruño cuando Harry logró arrebatarle el teléfono, no sin antes darle un buen codazo en el estómago.

Leyó el mensaje antes que sus compañeros lograran leerlo por encima de su hombro.

Price: Hola, guapo.

Solo el temor a la humillación pública y lo que era peor, frente a sus amigos, le impidieron saltar por la habitación gritando como un loco.

Solo era un mensaje, se dijo y respirando hondo escribió la única respuesta que, a su parecer, no lo dejaría como un baboso.

Paper Hearts [H.S] #EngrandeciendoAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora