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-¿Qué te parece, Harry? –

Este al oír su nombre en el final de aquella pregunta, levanto su vista del juego Tetris que jugaba en su celular. Aquel juego no era uno de los más divertidos, pero realmente no estaba de ánimos para hacer nada que no fuera jugar en su teléfono y vagar sin rumbo por los pasillos de su suite.

Estaban en Londres, pero con las grabaciones del disco y demás, ni siquiera había podido a su casa. Deseaba ver a su madre, ahora más que nunca necesitaba uno de sus tan reconfortantes abrazos y mimos.

Sus días parecían grises y sin sentido, por más estúpido que esto le resultará. Simplemente no podía evitar pensar en ella y volver a caer en cuenta de su situación.

Quería odiarla y expulsarla de su corazón para siempre, pero al parecer aquel estúpido órgano no atendía a razones. Seguía empeñado en quererla y extrañar estar a su lado, oírla reír y proponerle ideas locas.

Si no detenía aquello, se volvería loco.

-¿Qué? – pregunto, notando como Niall, Louis y Liam lo observaban expectantes. Desde lo sucedido con Caprice, sus amigos habían estado más atentos que nunca. Harry ya se sentía un poco harto de tanta atención. Se recostó en el sofá y esperó a que Niall hablara, ellos estaban sentados en un sofá frente a Harry.

-No escuchaste nada de lo que he dicho ¿no? – murmuró Niall, masajeando su nuca con incomodidad.

Se había pasado, prácticamente, más de veinte minutos hablando y dándoles a conocer su idea... ¿para nada?

Louis bufó a su espalda, mientras Liam suspiraba con resignación. Harry estaba más distraído que nunca.

-No, lo siento – él se apresuró a decir. Sus amigos siempre trataban de animarlo, no quería hacerlos sentir mal. - ¿Qué decías? –

-Los chicos ya saben – Niall apuntó a sus compañeros y luego miró a Harry. – Les estaba proponiendo ir a alguna pub o disco – encogió los hombros. Hace bastante que no salían los cuatro, la última vez Caprice los había acompañado.

-¿Qué dices? – pregunto Liam. Extrañamente hoy quería salir, él quien rara vez se emocionaba ante la perspectiva de salir de fiesta y tener que, probablemente, acarrear a sus borrachos amigos de vuelta a casa.

Sí, ¿porque no?  Ya estaba harto de hacer el papel de imbécil, sufriendo y deprimiéndose por una chica que solo se dedicó a jugar con él.

No, estaba decidido. Aquella noche saldría, se divertiría y bebería hasta no recordar ni siquiera su existencia.

-Si – les sonrió. – me parece perfecto – rápidamente y dejándolos atónitos, se puso de pie y camino hacia su habitación, necesitaba cambiarse.

Aproximadamente quince minutos después, entraban a una exclusiva y más cotizada discoteca de todo Londres.

-¿A la barra? – pregunto Louis, gritando por sobre el sonido de la música. Sus cuatro acompañantes, el guardaespaldas siempre debía acompañarlos, asintieron.

Harry observó todo los el lugar con fingida despreocupación. Este parecía un buen lugar para pasar un buen rato, completamente lleno de personas bailando y bebiendo, mientras luces neón brillaban por todo el lugar. La barra estaba a un costado de la pista de baile y era atendida por cuatro, al parecer, experimentados barman.

-Dame un whisky, por favor – pidió, dirigiéndose a uno de los braman. Sus acompañantes lo miraron extrañados.

-Harry – empezó Liam - ¿no crees que ese trago es muy fuerte para comenzar? – sus ojos destilaban preocupación, mientras detenía al barman.

Paper Hearts [H.S] #EngrandeciendoAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora