-¿Que como se tu nombre?- se encogió de hombros- tal vez será porque esta bordado en tu suéter.
El compañero del azabache soltó un suspiró y siguió devorando su almuerzo.
-C-claro, lo había olvidado- desvió la mirada hacia sus manos al sentir como su cara ardía.
El menor no pudo evitar sentirse intranquilo, había algo en ese chico que lo hacia sentir escalofríos con sólo mirarlo; ¿por qué le parecía tan familiar? Era algo que ni él podía explicarse, tal vez lo había encontrado en algún lugar por mera coincidencia... No, era algo más que eso.
-¿Vas a comerte eso?- dijo el compañero del mayor, señalado la comida de su "víctima"
-Puedes quedártelo, señor acosador, sólo no me hagas daño.- le entregó la bandeja.
-¡Mi nombre es Phillip, idiota, no soy ningún acosador!
* * *
El azabache soltó un largo suspiro al escuchar sonar el timbre para la salida, al salir del salón un toque en su hombro lo hizo detenerse.
-¿Sabes que por poco lo arruinas?
-Lo tenía bajo control
-Aja- se posicionó a su lado- ¿era de verdad lo del nombre?
-Claro, sus padres siempre hacen eso.
-Vaya que lo conoces, creo que empiezo a tener un poco de celos.
Un silencio incómodo los invadió, puede que no fuera el momento indicado para hacer ese tipo de comentarios.
-Phill, no digas esas cosas.
-Bien, T, hay algo que me tiene bastante confundido sobre toda esta mierda.
-Habla
-¿Cómo es que él no puede reconocerte? Ósea se supone que eran mejores amigos.
-Créeme, Tweek es bastante distraído y además he cambiado un poco desde entonces.
Se detuvo y buscó su móvil dentro de la mochila, al sacarlo miró la galería y entre todas sus fotos le mostró una.
-¿Ese eres tú?- tomó el celular en sus manos y abrió los ojos cual platos- sin ofender pero eras horrible.
-Te lo dije.
-Digo, mira ese corte de cabello y además esos dientes...
-Ya entendí,idiota,gracias.- le arrebató el teléfono- ¿tienes alguna otra pregunta?
-¿De casualidad tenías novia en ese momento?
El azabache rodó los ojos, le dio un ligero golpe en la cabeza y salió corriendo para alcanzar el autobús.El chico de los cabellos rubios suspiró al mirar la hora, por fin podía regresar a casa.
Gotas de agua comenzaron a caer en su cabeza, Tweek tenía pensado ir a casa a pie pero al ver la situación y ver que el bus escolar aún se encontraba en la parada opto por tomarlo.
Caminó por el pasillo; ocupado, ocupado y ocupado,todos los lugares estaban ocupados. Siguió recorriendo hasta que vio un asiento vacío, de lado de la ventana había alguien que miraba hacia afuera, no quiso distraerlo de sus asuntos así que sólo se sentó.
-¿Por qué estas siguiéndome?- preguntó la otra persona sin despegar la mirada de la ventana.
"¿Por qué él de nuevo? ¡¿POR QUÉ?!" Gritó para sus adentros el menor.
-¡Agh! Yo no estoy siguiéndote, esto es una coincidencia.- suspiró al sentir un poco de calor en el área de las mejillas y tomó aire para relajarse- ¿cuál es tu nombre?
-¿Para qué quieres saberlo?
-Se que es tonto pero siento que te conozco de algún lado.
El mayor fijó su atención en él, una sonrisa se dibujó en su rostro... Era en verdad aterradora.
-Tucker.
-¿En serio?¡Agh! Yo tenía una amigo que se apellidaba...-cerró los ojos y posicionó sus manos en la cabeza tratando de concentrarse- Rucker, Craig Rucker.
El azabache suspiró, con esto había perdido completamente su esperanza de que lo recordaría, pero por lo menos podía jugar con él un poco más.
-Bueno, entonces no soy quien buscas.
-Si... Me ilusioné por un momento, llevó buscándolo desde que se mudó sin avisarme si quiera.
-Tal vez ese tal "Rucker" estaba pasando por cosas difíciles y no quiso preocuparte.
-¿Lo crees?
-Claro, pero mejor pregúntale cuando lo encuentres, yo se que lo harás pronto.
El silencio los envolvió, en realidad no era para nada incómodo pero el menor quería saber más del otro. Así que continuó con la plática.
-¿Y siempre has vivido aquí en Denver, Tucker?
-No, me mudé cuando yo tenía más o menos 11 años- volvió su vista a la ventana- ¿y tú?
-Yo también me mudé pero hace una semana, mis padres dijeron que sería una buena idea empezar de nuevo.
-¿No te dolió dejar a todo atrás?
El pequeño rubio suspiró y alborotó su cabello, no sabía como explicar su situación sin quedar como un perdedor antisocial ante su defensor.
-En realidad no perdí mucho, no tuve ningún amigo aparte de Craig Rucker y la mayoría de los chicos me molestaba, además de todo tenía pésimas notas.
-Ya veo, si quieres yo puedo ayudarte con los estudios, no por nada me adelantaron un año.
-Entonces deberías ir conmigo ¿no es así? Que lastima.
-¿Estas diciendo que te gustaría que estuviera contigo en clases?
-Y-yo este, ósea lo que quise decir,¡agh!- se rascó la nuca nerviosamente al sentir nuevamente el ardor en sus mejillas- puede que si.
El mayor sonrió tras escuchar esto, se le hacía imposible cumplir con su palabra de mantener distancia con el pequeño paranoico, sentía la necesidad de estar a su lado para protegerle. El antes mencionado se tensó al ver la expresión facial del otro, su sonrisa era demasiado perturbadora gracias a su seriedad pero en ella había cierta calidez que lo reconfortaba.
-Nos vemos mañana, Tweek, cuidate.
-¡Agh! Igual, nos vemos mañana.
Al darse cuenta el autobús estaba inmóvil y el azabache se encontraba ya bajando de éste. Tweek se recorrió hacia la ventana y miró al exterior, el mayor miró hacia el autobús y sus mirados se cruzaron. Los dos se despidieron por última vez sacudiendo las manos de un lado a otro.
"¿Quien demonios es este sujeto?" Se cuestionó el pequeño rubio al suspirar por milésima vez en el día.
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Nuestra Promesa [Creek]
Fanfiction¿Cuanto importancia le das tú a una promesa? Seguramente para ti sean unas simples palabras que terminan olvidadas por el tiempo, pero para Tweek y Craig no lo es.