Cap. 8

3.1K 276 105
                                    

El castaño se encontraba sentado sobre la banqueta fuera de la escuela, prendió un cigarrillo y lo puso entre sus labios. Tosió un poco al dar la primera calada, pues había pasado bastante tiempo desde la última vez que había fumado.
Miró al cielo al darse cuenta que los alumnos comenzaban a llegar, eso significaba que Tucker no tardaría en aparecer.
Se puso a pensar en el día que se conocieron.

~Flashback~
Las luces del gimnasio parpadeaban constantemente, obvia señal de que en algún momento se apagarían definitivamente. El castaño esperaba a que eso pasará.
Se sentía cómodo en la oscuridad, sabía que podía resguardarse en ella siempre que él lo necesitara.
El sonido característico de la puerta al abrirse lo hizo mirar en esa dirección, un chico alto asomó su cabeza. Decidió no preguntarle el motivo de su visita y siguió con lo suyo.
-¿No es raro que la alarma de incendios no haya sonado todavía? -preguntó serio el azabache al entrar.
-Sólo son de adorno -se rascó el cuello-. ¿en serio crees puede haber un maldito incendio en un gimnasio?
El otro se encogió de hombros y caminó directamente hacia el cesto de balones para tomar uno de estos.
-Desde cuándo lo haces? -botó el balón suavemente.
-¿El qué?
-Fumar.
-Ah, claro- soltó un risilla por su torpeza-. Un poco antes de salir de secundaria.
-Tus padres lo permiten?
-No los conozco siquiera.
Le dio una calada más para luego tirarlo al piso y apagarlo con la suela de su zapato.
-Lo siento.
-No es tan malo como parece -suspiró cansado, quería que este sujeto se fuera ya-. ¿no tienes cosas que hacer o algo así?
-Tengo hora libre, a diferencia de ti que estás saltándote tus clases.
-Se nota que eres inteligente.
-No por nada me han adelantado un año -lo miró arrogante al parar de botar el balón-. Tus amigos deben estar preocupados.
-No tengo amigos.
-Pues yo seré el primero entonces, pero tengo condiciones.
El castaño comenzó a reírse, ¿quién se creía este sujeto?.
-¿Y cuáles son esas condiciones, su alteza?
-Primero, no debes fumar, odio la gente que fuma; segundo, si vamos a saltarnos clase que sean las menos importantes y tercero, debes confiar en mi.
El de menor estatura se quedó pensando, "confianza", es algo que nunca había sentido por una persona antes. No sabía por que pero había algo en este chico que le agradaba.
-De acuerdo, mañana te veré aquí mismo, platicaremos y veremos en que resulta esto.
-Me agrada la idea.
-Pero en serio, si no llegas mañana te romperé la cara, ¿entiendes?
-Te lo dije, tienes que confiar en mi.
El azabache se dio la vuelta antes de que el otro pudiera responderle, se despidió sacudiendo la mano ligeramente de un lado a otro y salió por la puerta.
~Fin del flashback~
Sonrió melancólicamente, esos días habían sido aburridos al principio, todo era preguntar cosas uno al otro. No fue hasta dos meses después que hubo confianza entre ellos, parecía que se conocían de años atrás.
Al volver la vista hacia el camino por donde Craig siempre llegaba, pudo ver al mismo a unos cuantos metros de distancia.
-¡T! -se levantó rápidamente y corrió hacia él.
Craig se detuvo al escuchar su nombre, saludó con un movimiento de la cabeza y bostezó.
-Viejo, te debo una disculpa -suspiró y se rascó la nuca.
-¿Por lo de ayer? No te preocupes, Craig, ya me lo repondrás luego.
Phill sonrió y golpeó el hombro del contrario ligeramente.
-No, claro que me preocupo, idiota.
-Ya, ¿que te parece si hoy vamos a...? -el de menor estatura fue interrumpido por una voz chillona.
-¡Agh! Hola, Craig; hola, Phill.
El azabache se volvió, encontrándose con un Tweek nervioso que se tironeaba el cabello.
Craig arqueó la ceja.
-¿Qué es lo que te pasa ahora?
-¡Oh, no es nada! -el menor exclamó temblando- es sólo que parece que mis padres se han enterado que estás aquí en Denver y quieren hablar contigo.
-N-no puedo, Tweek, ya tengo planes -dijo susurrando mientras miraba de reojo a su amigo-. Además, ¿por que querrían verme tus padres después de lo que pasó aquella vez?
-¡Agh! No se de que hablas pero por favor, ellos se enfadarán...
El azabache asintió ligeramente y suspiró, algo que Phill notó y al instante se aclaró la garganta para recordarles que seguía ahí.
-Entonces, como iba diciéndote,Craig -comenzó el castaño-. ¿Te parece si vamos un rato al boliche?
Tweek le dirigió una ligera mirada de desagrado, pero volvió su atención al mayor tomándolo por el brazo y sacudiéndolo.
-¡Ok, basta! Iré a comer tus padres, sólo para aclarar lo que tengan que decir.
-Pero, T, ¿qué pasará con lo nuestro? Dijiste que saldríamos sin falta.
-Oye, sólo será unas 3 horas a lo máximo, terminando prometo que iré contigo -respondió el otro suspirando exasperado-. Puedo invitarte algo de la cafetería en el almuerzo, prometo estar ahí contigo.
Phill asintió frustrado, se despidió sin ganas y fue hacia el salón. Tucker nunca apareció.
* * *
La campana dio lugar al descanso, el castaño se estiró en su asiento dando un largo bostezo.
Salió del salón caminando lentamente por si se topaba con su amigo, cosa que no pasó, y así llegó a la cafetería.
-¿Dónde estás, estúpido? -susurró para sí mismo poniéndose de puntitas buscando a Tucker.
Se dirigió a la mesa donde siempre tomaban su almuerzo-más bien, el Phill robaba a los de primer grado-, entonces lo vio ahí sentado, tomando un largo trago de jugo de naranja.
-Por fin llegas -le dijo el azabache aplastando el cartón de la bebida-. ¿Dónde estabas?
-La pregunta es dónde estabas tú, parece que te dio por saltarte las clases sin mi.
-No me sentía bien, es sólo eso.
-Ah, entiendo -suspiró y volvió la mirada hacia él-. ¿Has comida algo ya? Yo muero de hambre.
-Sí, está vez me he formado yo, pero escuché que Millstone tenía un buen almuerzo hoy... Algún guisado de papas, eso creo.
Los ojos de Phill brillaron, sintió como su estómago se retorcía pidiéndole comida.
-Sí eso es cierto, tendré algo muy bueno que comer, ¿me acompañas?
-Iré al baño, espérame e iremos por ese tipo -dijo al mismo tiempo que se levantaba y comenzaba a caminar.
No habían pasado ni 5 minutos cuando alguien se sentó a su lado.
-Wow, no se como hiciste pero fuiste rápido -dijo sin voltearse para mirar a la otra persona-. Has logrado un nuevo récord.
-¡Agh! ¿D-de que hablas?
El castaño se volvió, encontrándose a la persona que menos quería ver en ese momento. Tweek.
-Craig no está, fue a mear.
-Lo se, ¡agh!, lo he visto salir de aquí, de seguro está esperando a que el timbre suene para volver a saltarse las clases.
-Él me dijo que se sentía mal y fue a la enfermería -dijo frunciendo el entrecejo.
-¿De verdad te ha dicho eso? Él y yo estábamos juntos, le pedí que no tomáramos ninguna clase hoy y aceptó sin pensarlo.
-Con que así fue... -dijo se manera sarcástica- ¿y ahora que, vienes a quitármelo cómo siempre haces?
-¿Eh? ¡N-no, claro que no! -respondió haciendo cara de ofendido-. Sólo he venido a perder un poco el tiempo antes de reunirme con Craig en los baños y así saltarnos las clases de nuevo.
-¿Eso quiere decir que él no volverá aquí en lo que resta del almuerzo? -el otro asintió-. No, eso no es cierto, me prometio que le robaríamos a uno de primero y se que él cumplirá, no se irá contigo sólo porque tú dices.
El rubio rió, pero esta vez había algo extraño en su risa, era cínica y no duró mucho.
-¿En serio crees eso? Parece que no te ha quedado claro a quién de los dos prefiere -suspira y levanta la voz-. Claro que es a mi, ¿cuantas veces te ha dejado plantado por estar conmigo? ¿De quién se la pasa hablando todo el tiempo? ¿Quién es el que lo tiene tonto cuando se pone histérico y se hace la víctima?
El otro se quedó callado, estaba claro que esas palabras lo habían dañado. Pero lo que menos entendía era por que el menor se comportaba de esa forma. Sin decir nada, Tweek se levantó temblando y se dirigió hacia la salida de la cafetería.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 06, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Nuestra Promesa [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora