Capitulo 10

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Camino a la frontera, me quede dormido y poco a poco fui perdiendo la conciencia y entrando en un profundo sueño. Me sentí cansado, por todo, por lo que ocurrió, por las peleas que pasaron, lo doloroso que fue el transcurso hacia aquí.

***

Christina y yo estábamos desayunando, de pronto sentíamos estruendos, explosiones, estábamos tomando el desayuno apresurados, unas tostadas con queso crema, y chocolatada, ella me miraba de lo asustada que estaba, pues la casa no paraba de temblar por tanta masacre allá fuera.

Papá entro en la habitación y nos miró, luego a mamá, quien sabe lo que habrá pensado, pero tal vez era que se le había ocurrido la idea de huir, pero luego nos abrazó a todos y ahí entendí de que el al fin y al cabo no nos iba a dejar solos, yo tenía unos 6 años y Christina unos 4, nuestra madre era cabello castaño claro casi rubio y rizado, ojos celestes, piel clara, cuerpo delgado, pero no tanto, porque ella era más que nada gruesa de cuerpo, estaba con una remera musculosa negra, un jean ajustado celeste y zapatos con tacos que la hacían verse más alta. Papá estaba vestido con una camisa rosa claro, más bien camisa color piel clara, pantalón blanco, cinturón marrón y zapatos clásicos formales negros, su contextura corporal era gruesa y musculosa, tal vez por eso él era tan fuerte, y por eso yo soy igual, sus ojos eran marrones, su cabello negro con final en punta hacia arriba, piel clara un poco broceada por su trabajo desgastante de Arquitecto, el vigilaba todos los días como iban las obras, se tomaba el tiempo, incluso ayudaba a los albañiles.

Luego de esas imágenes, vino otra aún más horrible, no sabría si era cierto, pero me enojo demasiado que me despertara, fue tanto el enojo que me vino por lo que vi, que no sabría decir si era real o solo producto de mi imaginación.

***

-¡Christina!- grite fuerte cuando abrí mis ojos violentamente, pensando en el horror que vi en mi sueño, me llego un ligero dolor de cabeza cuando mi cuerpo se sacudió brutamente.

-¿Estas bien?- me dijo Emma mientras me acariciaba el cuello, como sabía ella que me calma que me acaricien el cuello o mi cabello.

-Sí, si eso creo, solo me siento mal, por favor detente- y al finalizar lo que dije, ella freno y los demás pasajeros se despertaron al parecer.

Salí del vehículo, y corrí, lo más lejos que pude tratando de aguantar, pero mi cuerpo al parecer ya no lo soportaba así que lo solté, vomite, no me detenía, me arrodille para acomodarme, me dolía el interior de mi cuerpo al hacerlo, mi garganta se raspaba, mi estómago parecía explotar, mi boca me quedo adolorida de soltar tanto por arriba, no me detuve por más o menos 2 minutos, cuando me detuve, sentí un doloroso vacío en mi interior, no era un vacío de alma, sino un vacío de interior, sentí sed, hambre, trataría de hacer cualquier cosa para detener ese mal gusto en mi boca.

Cuando me di la vuelta y comencé a caminar hacia la camioneta de vuelta, mi cuerpo no resistía mucho, sentí como que me desgastaba, me dolía moverme, por suerte Natalie fue corriendo con Jazmín hacia mí para poder cargarme, me apoye sobre los hombros de Natalie y los delgados hombros de Jazmín, por suerte hizo su cabello castaño casi rubio hacia un lado, y me miro con un rostro preocupado, esos ojos marrones, esa boca fina, su rostro no voy a mentir era lindo, en mi adolescencia me enamore de ella, luego me dijo que tenía novio y en ese momento mi corazón se rompió; pero un año después cuando yo tenía 15 años, salimos un tiempo, más o manos 7 meses, después terminamos porque ella me engaño pero lo cual fue raro porque yo también la había engañado con Jessica su amiga, lo cual me hizo salir un tiempo con Jessica, porque a ella no le interesaba su amiga, ella solo quería un novio y listo por eso salí con Jessica unos 5 meses y después ella me engaño con Milton. Y Jazmín y yo no nos volvimos hablar por casi un año, luego arreglamos todo y nos perdonamos y fuimos amigos, pero claro Jazmín no le perdonó a Jessica así que jamás volvieron a ser amigas y Jessica y yo menos todavía. Digamos que yo tenía una reputación. En fin en que estaba...

Natalie me abrió la puerta de la camioneta mientras Jazmín me sujetaba, luego Natalie me acomodo para poder sentarme bien y subieron los demás, luego Emma volvió a manejar...

Llevábamos varias horas de camino hacia la frontera, sentí sueño, cansancio, dolor de estómago, hambre me vino todo lo que no me vino cuando vomite, el calor era sofocante, agobiante, horrible, parecía que me derretía, me generaba dolor de cabeza, mi cerebro tocaba tambores del dolor, mi estómago tocaba la guitarra de hambre, el calor en mi cuerpo parecía ser la vocalista, juntos formaban una banda como dije.

Puta madre, mi cerebro habría explotado si no hubiéramos llegado a la frontera.

Había un portón enorme, nos abrieron las puertas para entrar, era como una cárcel, el portón estaba armado por barrotes de acero, aun así rechinaban los engranes al abrirnos. Al entrar, estaba lleno de Soldados Azules, vestidos con trajes especiales como los de los militares solo que azules, armas azules, tanques azules, todos apuntándonos.

Los soldados tenían un traje azul francés, con unos toques de turquesa, con M4 sosteniendo con las dos manos con guantes negros. Sus trajes eran del color que ya dije, y su estilo era ajustado al tamaño y forma del cuerpo, cosa que el mismo traje hacía, también se adaptaba al clima, en las máscaras no se les podía ver la cara, les cubrían el rostro entero con un vidrio polarizado negro por fuera pero vidrio sin polarizar por dentro, con una capucha azul que se unía con la máscara.


Emma avanzo lentamente con la camioneta porque si no los soldados lo tomaban como una amenaza.

-Despacio...-le decía a Emma que avanzara.

-¡Alto!- dijo uno de los soldados con la mano en alto haciendo el gesto de STOP  -no pueden avanzar un solo milímetro más, si mueven de nuevo su vehículo más adelante, estarán en territorio Johansson y llenaremos sus cuerpos y camioneta de balazos y explosiones.

-Emma, cambio de plan, yo tratare de huir solo, quedo claro, ustedes lárguense, bajare solamente yo y nadie más, pero con el escudo en la espalda. ¿Está bien?- coloque el escudo bajo mi remera tratando de ordenarlo lo mas escondido que se pudiera, puesto que si me encontraban con material hurtado del Gobierno, no se que carajo me podrían hacer en el cuerpo, pensando que Anthony es cruel, maldito, bruto, y desgraciado, no le interesa asesinar personas o torturarlas, mientras sea por una causa la cual le favoreciera, el lo haría.

-Claro- afirmaron todos al mismo tiempo.

Lenta y tranquilamente abrí la puerta asomando mis brazos arriba del vidrio de la puerta de la camioneta, luego di unos pasos hacia adelante, y Natalie me cerró la puerta cuando estaba levemente alejado un poco. Una ola de temor me lleno el cuerpo  y el alma, no sabria que demonios hacer, ni que pasaría, que harían ellos. 

Dos soldados bajaron apuntándome con láseres rojos directo hacia mi cabeza, luego bajaron sus armas y me esposaron, tuve miedo, pero trate de no moverme, entonces me agarraron y rápidamente me llevaron hacia adentro, desde afuera pude ver las lágrimas de Emma caer por sus mejillas, y arrancar con el vehículo hacia atrás y retirarse.

Ley y Justicia (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora