Paseaba por mi cuarto dando vueltas como una loca sin saber qué hacer. No sabía muy bien cómo abordar el tema así que sólo les había dicho a mis padres que teníamos que hablar sobre un asunto importante en la cena y después me había encerrado en mi habitación. Definitivamente iba a ser demasiado. Yo que siempre había sido una chica tímida y responsable, tenía ahora que decirle a mis padres que estaba enamorada de una mujer, que ella era una escritora famosa con problemas para relacionarse con los demás y que me iba a vivir con ella. Así, todo seguido. Ojalá pudiese encontrar un hoyo lo suficientemente grande como para esconderme dentro un par de años.
Estaba terriblemente preocupada por la impresión que podría causarles Kira, recordaba la vez que vino a buscarme a mi casa para el viaje a la playa y la mirada de terror de mi madre al ver sus tatuajes. Mis padres, aunque eran amables y siempre nos habíamos llevado bien, eran bastante serios y formales,estaba bastante segura de que se alarmarían en cuanto viesen el aspecto de Kira. No tenía ni un solo punto a mi favor.
Conforme llegaba la hora en la que había quedado con ella me iba poniendo más nerviosa. Había decidido, que pasase lo que pasase esta noche, mañana haría la maleta y me iría con Kira. Ya era mayor de edad y mis padres no podían prohibírmelo, aunque esperaba poder hacerlo sin tener que terminar en malos términos con ellos.
Cuando llegaron las nueve y el timbre sonó estaba tan angustiada que me costaba respirar.
-¿Estás esperando a alguien?- me preguntó mi padre extrañado alzando la vista por encima del periódico.
-Sí, viene una amiga a cenar- respondí de corrido.
Fui corriendo a abrir y me encontré a Kira con cara de estar aún más preocupada que yo.
-Igual no es una buena idea...-comenzó poniéndose blanca por momentos.
- ¡Sólo sonríe y sígueme la corriente!
Ella asintió enseguida sin decir ni media palabra. Definitivamente debíamos de haber quedado antes para ensayar lo que les diríamos a mis padres. Si yo fuera la Érica de siempre habría hecho un esquema detallado para guiar la conversación, pero como siempre Kira me acaba descolocando. Caminé con ella hasta el salón donde mis padres ya nos observaban con curiosidad.
-Eh... ella es Kira... es mi...
Intenté terminar la frase pero mis padres se habían quedado de piedra. Había olvidado un punto importante. Todo el mundo conocía ya a Kira Baker. Mis padres se abalanzaron sobre ella y tuve que agarrarla para que no echase acorrer por instinto. Me quedé allí parada sin saber qué decir mientras mis padres la acosaban alabándole su trabajo y preguntándole que hacía en nuestra casa. Ella me miraba como un cachorrito asustado esperado a que la salvase mientras les sonreía como le había dicho que hiciese.
Sin darme tiempo a darles más explicaciones, mis padres la llevaron a la cocina y comenzaron a servir la cena. Kira parecía estar a punto de desmayarse o vomitar,o las cosas a la vez, así que tuve que hacerme cargo de la situación.
-Mamá, la verdad es que todo este tiempo era para Kira para quien estaba trabajando.
Gracias a sus clausulas de confidencialidad, había tenido que decir en casa que trabajaba para otro escritor que me había inventado, por miedo a que realmente me demandase. Mi madre volvió a ponerse como una loca preguntándome por qué le había mentido todo este tiempo. No tenía ganas de hablarle a mis padres sobre las obsesiones de mi novia así que abordé el tema de una vez por todas.
-Mamá ¿No viste la entrevista de Kira en la televisión? ¿Cuando presentó su último libro?
Mis padres se miraron y se quedaron en silencio de pronto. Debían de estar atando cabos por fin. Mi madre recogió el libro de Kira que había dejado junto a la mesa del comedor y leyó a dedicatoria de la primera página. "Para Érica". Después me miró fijamente.
-¿Te lo escribió a ti?- me preguntó con un hilo de voz.
Asentí tragando saliva y mirando a Kira de reojo que parecía realmente tensa.
-Voy a irme a vivir con ella- concluí.
Llegados a este punto de la conversación, lo mejor era soltarlo todo de una vez. Mis padres se quedaron blancos sin saber que decir. El silencio se hizo más pesado y yo sentía como si me estuviese dando un infarto. Necesitaba que dijesen algo, lo que fuese. Entonces, para mi sorpresa, Kira habló por fin.
-Yo...no se me da muy bien hablar-dijo señalando el libro que mi madre tenía entre las manos- por eso escribo. Yo quiero a Érica, de verdad, no voy a dejar que le falte nada.
La miré un tanto emocionada, aún no podía acostumbrarme a escuchar esas palabras. Mi madre la miró completamente en shock y mi padre no parecía ser capaz de articular palabra, pero de pronto, caí en la cuenta de dónde estaba nuestra carta de triunfo.
-Leedlo-les dije cogiendo el libro de las manos de mi madre y poniéndolo sobre la mesa- Es nuestra historia. Es tan romántica o tan normal como la vuestra o la de cualquiera. Yo quiero a Kira y ella me quiere a mí y me lo dice de mil formas distintas en este libro.
-Érica entiende que para nosotros...-comenzó mi madre recuperando el habla por fin.
-¡Leedlo por favor!
Debí de parecer muy desesperada por que ella asintió en silencio. Desde luego no estaba siendo la mejor reacción que podía imaginar, aunque supongo que también podía haber sido peor. Terminamos la cena en silencio, creo que en toda mi vida nunca me había sentido más incómoda que esos momentos. Al menos mis padres fueron cordiales con Kira cuando se despidió, yo no quería quedarme allí por si acaso a ellos les apetecía volver a hablar de tema, así que les dije que me iba a dormir a casa de Sara. Mi madre me pidió que la llamase cuando estuviese allí, supongo que para asegurarse de que era realmente encasa de mi amiga donde pretendía dormir.
Tenía que darles su tiempo. Tiempo para asimilarlo. Para asimilar todo, lo de Kira por su puesto, pero también que yo ya me había hecho mayor y tenía derecho a decidir por mí misma. Caminamos hasta el coche de Kira en silencio y una vez dentro las dos suspiramos a la vez.
-Pues no ha ido tan mal ¿No? Aunque deberías haberme dejado que les trajese un regalo- comentó ella despreocupada.
Yo solté una risotada por primera vez en toda la noche. Me había comentado esta mañana que pensaba llevarles algo para caerles bien pero se lo había prohibido. Posiblemente hubiese llegado a mi casa con un montón de gatos callejeros o en su defecto, con algo demasiado caro. A ella aún le quedaba bastante por aprender en cuanto a relacionarse con los demás.
-Bueno a ver que me dicen mañana cuando lo hablen y demás- contesté- Aunque yo me voy a ir contigo de todas formas.
Ella me sonrió y me besó sin previo aviso.
-¿Seguro que quieres ir a dormir a casa de tu amiga?
-Eh...
Me quedé como ida unos segundos. Ya he dicho que no puedo pensar bien cuando está cerca. Evidentemente quería irme con ella, pero también quería que mis padres aceptasen lo nuestro así que tenía que hacerlo correcto.
-No quiero-dije mientras le devolvía el beso- pero tengo que hacerlo.Vamos a tener un montón de tiempo para estar juntas en seguida y quiero hacer las cosas bien.
Ella suspiró de nuevo y paró en frente de la casa de Sara. Ni si quiera me había dado cuenta de que habíamos llegado ya, cuando estaba con Kira el tiempo pasaba volando.
-Mañana iré a casa recogeré mis cosas y me iré contigo- le dije antes de bajarme.
Ella me besó de nuevo y me sonrió mientras me bajaba del coche.
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El misterio de Valquiria (YURI)
RomanceÉrica es una aplicada estudiante de literatura. Gracias a su profesor, comenzará a trabajar para Valquiria, una famosa y excéntrica escritora. Sin embargo, Valquiria no resulta ser la persona que ella esperaba y conforme más se acerque a ella más di...