La Esposa De Drácula©

CAP 3: "NEBLINA NEGRA"

                                                                             CAP 3

                                                                   "NEBLINA NEGRA"

¿Drácula? ¿Él de las historias de mi abuelo?, el dueño de mis pensamientos por largos días de niña, pensando en cómo sería él y ahora lo tengo en frente mío.

Cerré mis ojos fuertemente y los volví a abrir y ya no vi a un chico pálido sino a un joven casi adulto mirándome fijamente y observando cada expresión que hacía de mi rostro.

- ¿Debería de estar asustada porque me dices que eres Drácula o porque instantáneamente ahora te ves mayor que ayer? -me expresé con los ojos muy abiertos.

- ¿En realidad estás asustada? Porque no parece ...-dijo levantando una ceja.

-Soy una mujer fuerte para procesar esta información-mentí.

-Eso no lo dudo. -dijo dejando una sonrisa de lado, que hizo que estuviera más preocupada del ¿por qué este hombre dice ser mi esposo? que del que fuera el verdadero Drácula. -Es por eso que seré claro contigo, no quiero ocultar nada, será una eternidad, no quiero disturbios ni complicaciones y sé que, para llegar a eso, se necesita verdad. Mi raza es de vampiros. Soy un vampiro obviamente -dijo sarcásticamente mirándome divertido.

-Eso no es gracioso-dije seria.

- ¿Cómo qué no? - dijo alzando las manos.

-No me refiero a eso, claro que puedo creer que no eres un humano no cualquier loco me hace beber mi propia sangre y la de un extraño. -suspiré cansada y me fijé que estaba oscureciendo. -Se está haciendo tarde...y seguro estarán preocupados, quiero resolver mis dudas, pero será otro día.

- ¿Eso significa que quieres volver a verme? -dijo triunfante.

- ¡Claro que no!, solo son dudas y quiero tener respuestas-dije ofendida, bueno...porque negarlo... no estaría mal, querer verlo de nuevo. -Me voy antes de que sea más tarde. -dije parándome de la banca.

-Desde que naciste nunca has estado en peligro y hoy en adelante mucho menos. Ten mi palabra y anda como siempre-De pronto desapareció y dejó una neblina negra...

- ¿Desde que nací...? -susurré bajo para mí.

Legué a mi casa después de unos minutos y mi abuelo estaba sentado en el sillón mirando la tv. Me acerqué lentamente pensando en ¿cómo iniciaría una conversación? no quería hablarle, pero quería respuestas y no de un loco que vi hace unos minutos que no parece ser tan loco a la vez con todo lo extraño que me ha demostrado.

- ¿Abel? - pregunté por él. -de manera neutral.

Mi abuelo se giró, me miro de pies a cabeza y se detuvo en mi mano, específicamente en el anillo en forma de una rosa negra que obtuve ayer de mi supuesta boda.

Guarde mi mano izquierda detrás de mi espalda.

-Abel salió a comprar algunas semillas, para plantar afuera. ¿Quizás quieras ayudarnos? - dijo cambiando al canal de deportes.

Caminé hacia el sillón y me senté al lado de él.

- No-dije seca -quiero que me respondas con toda la verdad, abre tu mente-dije irónicamente lo último-el seguía mirando hacia la televisión. No me daba la cara. Otra decepción.

- ¿Por qué querías que fuera ayer al rosedal? - susurré, pero en el perfecto tono de voz para que me escuchase.

Estaba por responder cuando lo interrumpí-Me refiero a que fue muy de noche, ¿por qué no esperar al día siguiente? Y lo más importante ¿por qué no fuiste tu?