Y vuelvo a esperarte una noche más, orando por que vengas a curar mi corazón, a sacarme de este infierno...
Corro desesperadamente por aquel pasillo oscuro, mi padre viene detras mio y no esta muy contento.
Las yemas de mis dedos hacen contacto con las paredes casi juntas y rasposas. Mis pies descalzos y frios, tiritan pidiendo ayuda. Mis ojos estan llenos de lagrimas y mi boca esta seca.—¡Ayu...ayuda! —grito con desesperación y miedo.
—¡Camila!¡Camila!
Levantó mi cabeza, y pestañeo dos veces, un hombre delante mio, y lo veo, ese hombre, es él.
—¿Quien eres?
—El que te salvará de este infierno —musita dulcemente —Soy tu héroe.
|…|
Mis ojos se abren de golpe y un zumbido se hace presenté.
Ladeo mi cabeza hacía mi derecha, para encontartme con él...—¡Doctor, doctor! —grita y corre hacia la puerta.
Confundida giró mi cuerpo hacia un lado, pero no tengo fuerza.
Se escuchan murmullos y mi vista se dirige a la puerta. Un doctor, una enfermera y nuevamente él.—A despertado —susurra la enfermera con una pisca de alegría.
Las tres personas desconocidas se acercan a mí, los miró con dolor y preocupación.
—Que bueno que haya despertado señorita Blanco —dice el doctor y toma mi mano.
Trago saliva y entreabro mi boca para hablar —¿E-en donde estoy?
—En un hospital —responde el.
Su voz suave y ronca, su mirada se conecta con la mía y apenas sonrio.
—¿Q-Que me... paso? —mi voz suena débil y entre cortada.
Observó como el doctor mirá al hombre de mi sueño y le hace un gesto con la cabeza.
El doctor suelta mi mano y se retira junto con a enfermera sin decir una sola palabra.—¿Camila, cierto?
—Si... ¿y vos sos? —preguntó cansada.
—Sebastián, Sebastián Blanco —sisea y asiento.
—¿Que hago acá? —interrogó.
—¿No te acordás de nada? —cuestiona y se acerca a la camilla.
Y recuerdo mi sueño.
—Yo te ví en mi sueño... —susurro sin razón.
—No, yo te salve —dice y apenas puedo verlo, porque las lagrimas estan acomuladas en mis ojos.
—¿Qué?
—Te salve —repite seguro.
—No, no puede ser —digo y niego —Yo te ví en mi sueño, vos me salv...
—¿Yo te salvaba? Porque fue exactamente lo que hice —su voz suena muy segura y orgullosa.
Miro fijamente sus ojos, marrones y hermosos. Las lágrimas acomuladas en mis ojos, salen cayendo por mis mejillas.
Tiró de laa sábanas blancas, he intento no sollozar.—Estas a salvo —dice y sus manos se posan en mi cara —Nadie va a hacerte daño, mientras estes conmigo.
Nuestras caras estan a centímetros, nuestras narices se rozan y siento su aliento junto al mio.
Cierro los ojos lentamente, dejándome llevar.Es él. Él es mi héroe.
.....
Horrible este capítulo, lo siento, prometo escribirles otro en recompensa.
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