Mi celular sonó dos veces, sabía que era Fede."¿Estás Segura?" "¿Voy ahora?"
Leí y reí. Conteste a mi novio un "veni ya".
Lo había conocido hace un año en un fiesta acá en Uruguay, pero el estaba viviendo en España y ese era un problema, al igual que mi papá.
-¿Qué tanto estás con esa cosa?
-Pa, ya te dije, son cosas importantes -respondí, y el bufo.
-No se que le ven de bueno a esos celulares -se quejó.
De inmediato el timbre de oyo en la casa, me pare rápido.
-¿Esperas a alguien?
No conteste, sólo fui a abrir la puerta. Hice una seña de que entrará, y lo hizo.
Papá se acercó a la puerta, confuso y cruzó sus brazos.-¿Federico Ricca?
Ladee mi cabeza, sin mirar a ambos hombres.
-El mismo, señor. Es un gusto conocerlo.
Papá no le respondió y me miró directamente.
-¿Qué hace este señor acá? -pregunto.
-Papi -mis ojos se conectaron con los de mi padre -Federico es mi novio.
El dueño de la casa soltó una carcajada.
-¿Me estás cargando, cierto? -negué -Tamara, por favor.
Federico, que estaba a mi lado, pasó su brazo por mi cintura.
-Este chico no es normal, bebe -rode los ojos -No es cualquiera. Es un futbolista.
Mi novio aclaró su garganta.
-¿Sabías que es menor, no? -esta vez le pregunto a Fede -¡Diecisiete años tiene!
-Si lo sabía, señor -respondió el futbolista -¿Sabe? Para el amor no hay edad.
-Pero hay un padre que prohíbe que su hija esté con un futbolista y de veintidós años. Tamara decí algo.
-¡Conociste a mamá a sus catorce y vos tenías dieciocho!
-Con tu mamá fue distinto -se excusó.
-No, fue igual.
-Disculpa nene, pero voy a pedirte que te vayas de mi casa.
Al escuchar eso, quedé sorprendida. No podia hacerme esto.
-Deja, me voy -susurro en mi oído, el morocho.
Las lágrimas se acumulaban en mis ojos pidiendo salir.
-Si el se va yo también -mi voz apena salió.
El señor que llevaba mi misma sangre no respondió.
-¡Papá, lo amo! -grite, ya llorando -Por favor, entendelo.
-Sos mi chiquita Tamara, mi bebé. Cuando perdimos a tu mamá, quedé destrozado y vos fuiste lo único que me hizo salir adelante -llevo una de sus manos a su cara y refrego está -No quiero que me dejes.
-Papá, no voy a dejarte -me acerqué a él y tome sus manos -Vos me enseñaste todo, me diste amor, compresión, todo lo que una niña querría. Pero no voy a dejarte. Nunca.
Lo abracé, mientras que lágrimas salían por nuestros ojos. Bese su cien y su frente.
-Siempre vas a ser el hombre de mi vida.
Papá asintió y beso ambas manos mías.
-Que bueno que se haya arreglado todo -suspiro el jugador del Málaga.
Yo y mi papá giramos a mirarlo.
-Con vos nada está arreglado. Voy a tener un conversación con usted, señor Ricca.
El señor Ricca elevó sus hombros y sonrio. Fui a abrazarlo y besar sus labios.
-Pensé que iba a encerrarte acá toda la vida y dejar que nunca te vea.
-No seas exagerado Fedep -uní nuestras manos.
-Odio que me digas Fedep -ladro.
-¡Fedep! -grito mi papá de la cocina.
Federico bufo molesto y yo reí.
-No te rías, enana fea.
-¿Fea? Si te encanto.
...
Visualice a mi novio y a mi papá hablando muy de cerca y despacio.
-¿Que hacen?
Ambos se asustaron por mi grito y se empujaron uno al otro.
-Nada amor, hablábamos cosas de hombres.
-Aunque muy hombre no sos vos -bromeó papá hacia Fede.
-Son más raros -conteste no convencida.
Federico no dejaba de mover su pierna, y comía sus uñas.
-¿Estás bien, amor? -le pregunté y me miró sorprendido.
-S-si...
Mi papá soltó una carcajada y Fede lo miró mal. Se hicieron unas señas y movieron sus cabezas de arriba a abajo.
-Uhhhh, ¡me olvidé de darle de comer al gato! Ahora voy -papá hablo con exageración.
-Pero si no tenemos gato -susurre, viendo como papá salía para el patio -Me decis ya que está pasando, Federico.
El hombre que había quedado en la sala aclaró su garganta y relamio sus labios.
Se levantó del sillón, se puso delante de mi y se arrodilló.-Hace más de dos años que te conozco, y hace un año que estoy con vos. Fueron los mejores años de mi vida, llenaste parte de mi con alegrías, risas, diversión y otra parte de amor. Me haces feliz.
En dos meses cumplía los dieciocho, quiero que vengas a vivir a España junto a mi, para poder estar estar a tu lado y necesito saber si realmente me amas y que querés estar conmigo por siempre.
Sé mi esposa.Mis manos temblaban, al igual que mis labios. Estaba tan sorprendida y feliz, que ni sabría que responder.
-Y-Yo...
Salte a los brazos del futbolista, bese cada parte de su cara y lo abracé.
-Si, si, si. Quiero ser tu esposa.
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Capítulo dedicado a TamaraMorales257 💘 Espero que te haya gustado belleza.
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