A su merced
De todas las fantasías que había tenido, Chico Bestia jamás pensó que esta sería la que se cumpliría. A menudo tenía fantasías que posiblemente fueran capaces de volverse realidad y sin embargo, esta era la fantasía que estaba viviendo ahora. Chico Bestia era incapaz de hablar debido al placer que estaba experimentando, dejándolo a merced de sus dos..."conquistadoras".
En ese momento solo podía sentir como la boca de Lady Legasus se envolvía firmemente alrededor de su miembro erecto, negándose a dejarlo ir, recibiendo solamente gemidos como respuesta, mientras involuntariamente empujaba su miembro contra sus labios, por una parte rezando de que esta tortura terminara y por otra parte rezando de que la tortura durara para siempre. Cerró sus ojos con fuerza y maldijo su nombre, prácticamente estaba ronroneando mientras sus manos recorrían las curvas de su cadera, buscando y toqueteando las partes más sensibles de su cuerpo, lo cual ocasionaba que se retorciera y comenzara a temblar.
-R..R...Rave...-
-No te dirijas a ella con ese nombre- ordeno Starfire la Terrible, cubriendo su cabeza con los brazos mientras presionaba sus pechos contra su rostro, con una sonrisa burlona plasmada en su rostro. Por mucho que ella podría ser la villana, la verdad era que Starfire disfrutaba de estos pequeños momentos que compartían en secreto tanto como él.
Lamiendo sus brazos, Starfire presiono su nariz contra la suya.
-Por el momento estas bajo nuestro control ¿Entendido...Hombre Bestia?-
Él tan solo respondió con un gruñido y sacudió su cabeza en señal de derrota, sabiendo por experiencia que Starfire no lo liberaría hasta que dejara completamente satisfecho a Lady Legasus y a ella. Los dedos de Starfire recorrieron su cuello y podía sentir su respiración a escasos centímetros de sus labios, esos carnosos y bellos labios que Chico Bestia no podía esperar en besar.
Ella asintió lentamente con la cabeza, colocando sus dedos debajo de su barbilla y obligándolo a verla directamente a los ojos.
-Cuando creamos que hemos tenido suficiente, vamos a darte la libertad que tanto deseas, pero por ahora eres nuestro ¿Verdad, Lady Legasus?-
Lady Legasus simplemente inclino su cabeza hacia atrás y sonrió, lamiéndose los labios.
El mutante honestamente no sabía cuánto tiempo esto iba a durar.
Pero esperaba que fuera por un buen tiempo.
