Limpieza
Verla caminar a través del enorme desorden de ropa y basura era algo vergonzoso. Montones y montones de ropa sucia organizadas por el color de la ropa se elevaban sobre el suelo en pequeñas montañas de colores rojo, purpura y negro.
—Muy bien— murmuro Raven— me alegra ver que por lo menos has intentado iniciar este pequeño proyecto tuyo.
Raven no pudo evitar suspirar mientras lanzaba un calcetín sucio a la enorme pila de ropa interior sucia.
—Realmente me sorprende que estés dispuesto a seguir con esto.
Chico Bestia arrastro los pies y trato de esconder la caja llena de revistas para adultos bajo su cama, esperando que la hechicera no se diera cuenta de que Miss Noviembre los estaba observando fijamente.
—Solo quiero acabar con todo este desorden, Rae— dijo el mutante mirando su habitación un poco más limpia que antes—Estoy cansado de vivir como un vagabundo y un niño. Ya tengo dieciocho años y tener este lugar tan desordenado solo demuestra lo inmaduro que sigo siendo.
—Tienes razón— respondió Raven limpiando la cama y sentándose sobre ella, mientras lo miraba fijamente— Vives como un vagabundo y eso es asqueroso, pero no trates de forzarte a ti mismo y crecer antes de tiempo, Gar.
— ¿Qué?— pregunto Chico Bestia algo confundido.
—No soy ingenua, Gar— contesto ella lanzando otro calcetín a la pila de ropa sucia— Me he dado cuenta de cómo has actuado últimamente. Has tratado de pasar menos tiempo jugando tus videojuegos, tratando de mejorar tu higiene personal y el otro día te vi tratando de leer un libro que no era de ficción...sé que estas tratando de volverte un adulto y aunque me alegro de que estés tomando tus responsabilidades más en serio, no trates y te obligues a convertirte en algo para lo que sientas que aún no estés preparado.
Chico Bestia no sabía que decir ante eso. El titán verde miro aquellos ojos violetas, brillantes y sintió algo en su corazón que hacía que latiera más rápido. Si ella supiera que él estaba tratando de cambiar por ella. Él solo quería que ella lo viera como algo más que un niño, pero parecía que eso no importaba para ella. Él sonrió y se sentó a su lado.
—Muchas gracias, Rae. Pero todavía creo que sería buena idea limpiar este desastre—
Ella suspiro en clara señal de derrota, pero aun así sonrió.
—Bien, pero me debes una.
—Lo sé— respondió el mutante riéndose en voz baja.
Raven se agacho y saco la caja debajo de la cama con una sonrisa perversa.
—Y realmente deberías buscar un mejor escondite para estas cosas.
Pronto el rostro de Chico Bestia pasó de verde a rojo, mientras veía con horror como Raven sonreía burlonamente y Miss Noviembre parecía verlo de igual forma.
Fin
