Piensa antes de hablar
Chico Bestia frunció los labios y la miro fijamente, entrecerrando su mirada mientras se cruzaba de brazos.
-Uno de estos días, Raven...voy a darte una lección y hacerte gritar hasta que ya no puedas más.
Ella comenzó a parpadera y lo miro fijamente, con los ojos bien abiertos mientras su labio inferior comenzaba a temblar un poco. Chico Bestia observo como sus mejillas ardían de un brillante color rojo y daba un paso hacia atrás, aferrándose a su taza de té como si fuera lo que la mantuviera viva. Parcia bastante agitada por lo que Chico Bestia comenzó a pensar detenidamente en lo que le había dicho a la hechicera.
Y fue entonces cuando se dio cuenta de que eso debió de hacer en un principio antes de abrir su gran bocota.
-Oh no
Ahora fue el turno de Garfield para sonrojarse mientras daba un paso atrás, tratando de mantener el espacio que los separaba lo más distante posible, mientras trataba desesperadamente de mantener la compostura.
-N-no, yo no quería decir eso...yo me refería...ah...me...er...
- ¿Qué demonios había tratado de decirle?-pensó asustado Chico Bestia.
-Tu realmente... ¿Quisiste decir eso?- pregunto Raven tranquilamente, pero Chico Bestia había captado tono embriagador en su voz, como si esta no fuera la primera vez que ella había considerado sus palabras.
-Yo...eh...eh...Rae...
Aun con las mejillas sonrojadas, Raven se dio la vuelta y salió de la habitación sin decir una palabra, pero Chico Bestia con su olfato fue capaz de captar el inconfundible olor de la lujuria.
Tal vez él no era el único que pensaba en esas cosas tampoco.
