Capítulo 2. No me arrepiento

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Narra Alex:

Mis padres y los de Mel eran muy amigos, tanto, que llegaron al punto de comprarse una casa en la playa de Miami una frente a la otra. Pero eso no era solo lo que nos unía a Mel y a mí. Éramos compañeros de escuela. Nos hicimos muy amigos y terminé siendo el mejor amigo de Mel.

Era verano. Y como todos los años los padres de Melanie y los míos acordaron en viajar juntos a la playa y así pasar las vacaciones.

La última semana, del mes que nos fuimos de vacaciones fue sin duda la más destacada.

Mel y yo caminamos por la playa. Sin dudas ella había cambiado. La notaba diferente. Y eso algo me atrajo.
Ella estaba caminando a unos pasos de mi. Y lo único en que pensaba era en ella todo el tiempo.
Sus cabello ondulado y castaño, sus ojos marrones. Su sonrisa que deleitaba a cualquiera a quién le sonriera.

Yo la veía. Veía como el viento hacía volar su cabello. Y se veía tan hermosa.

Lucía un rodete despeinado su short negro y una remera con una campera. Le quedaba muy bien.

-Deberíamos tener vacaciones más seguido-. Dije.

Mel soltó una risa. -Lo sé, ojalá pasara-.

Ese diálogo fue muy corto. Era difícil pensar a su lado. Y sin entrar en coherencia le dije:

-Mel, ¿nunca pensaste en que seríamos una hermosa pareja?-.

La observé y tenía una expresión de desconcierto y confusión.

La abracé.

Sentía igual que había cagado todo con esa pregunta. Lo sabía.

-¿Me estas cargando? No, jamás lo seremos y jamás pasará-. Dijo Mel media enfurecida.

-Okey, pero era solo una broma, no te digo en serio, tampoco para que te pongas así-. Dije.

-Jaja, lo siento, es que este tema me viene molestando bastante-.

-Bueno, no volveremos a hablar de eso, te lo prometo. Ahora tené cuidado-.

-¿Porqué?-. Preguntó.

Tomé en mis brazos a Mel y la llevé corriendo al mar. Ahí la tiré en el agua mientras nos reíamos.

-Sos un imbécil-. Dijo entre risas.

Adoraba hacerla reír, apreciar su sonrisa era espléndido.
Y luego me tiré a su lado y así nos quedanos un rato.

Observamos juntos el atardecer y Mel tenía razón. Se había hecho tarde para la fiesta de Cumpleaños de Addy.

Me dijo que estaba exausta así que por instinto supuse que debía cargarla a mis espaldas.

Cuando llegamos a nuestras casas y cada uno estaba es su entrada, ella me gritó alto, pero no supe que me dijo:

-No tardes demasiado, te espero-. Le respondí para disimular.
Mis padres se habían ido a hacer unas compras entonces yo estaba solo. Ellos sabían lo de la fiesta asi que no tenía de qué preocuparme.

Subí a mi cuarto. Me duché. Me puse una camiseta roja opaca, una bermuda de jean, una campera ligera y mis tennis negros.
Bajé y me puse a ver televisión mientras esperaba a Mel.

Sonó la puerta. Era ella. Estaba tan bella vestida. Adoraba que su cabello se seque al natural.

Y emprendimos viaje a la "mansión" de Addy. Creo que ni recordaba su cumpleaños. Así que no sé como llegué a ser un invitado.

Llegamos a la fiesta. Mel le dió dinero como regalo a Addy y yo no le había llevado nada. Así que cuando Melanie se dirigía al patio, le dije a Addy que el dinero era de parte de los dos.
Si Melanie si entera me mata.

Me di cuenta que Mel no dudaba más en ponerse el traje de baño que traía en su bolso. Ella se fue al baño a ponérselo. Mientras yo la esperaba afuera, me encontré con Ashton un amigo mío y novio de Addy.

-Hey Alex-. Escuché.

Me dí vuelta y era Ashton. Que se acercaba a mí junto a Addy.

-Hola Ash- Saludé.

-¿Cómo va todo? ¿La están pasando bien en la fiesta?-.

-Si si, todo bien. Muy bueno todo-.

-¿Y Mel?- Preguntó Addy.

-Está aquí en el baño-.

-Dejame adivinar, vió la piscina ¿verdad?-. Comentó Addy.

Y los tres nos reímos

-Sí, es verdad-. Respondí.

En eso Mel salió del baño. Seguía hermosa.
Al parecer Ashton y Addy se dieron cuenta de la forma especial con la que miraba a Mel.

-Okay, los dejamos solos-. Dijo Ash.

-¿De qué estaban hablando?-. Pregunta Mel.

-Nada, nada. ¿Vamos a la piscina?-.

Yo no tenía traje de baño pero eso no me impidió meterme al agua igual.
Le dije a Mel que el agua no estaba tan fría. Y ella sumergió sus pies nada más.

Decidí tomar su mano. La jalé y calló al agua. -Alex voy a matarte por esto-. Me dijo. Ella se estaba riendo pero la miré y ella me devolvió la mirada. En ese momento nos miramos fijamente y yo estaba perdido en esos ojos brillantes.

La tomé de la sintura y ella me abrazó del cuello. Cada vez nos estábamos acercando más. Hasta que nuestros labios se rozaron. Y ahí fue. La besé. Y no me arrepiento.

Duro como unos siete segundos.
Ella me miró confundida. Nos reímos para romper el hielo.
Ella amó ese beso, yo lo sé.

La ayudé a salir del agua y luego salí yo. Se sentó en una reposera y parecía tener frío. Busqué en su bolso y la tapé con un toallón.
Me senté a su lado y la abracé.

Cuando ella pareció tomar conciencia de lo que hizo no me gustó nada.

-¿Alex te das cuenta de lo que acabamos de hacer?-. Dijo en un tono de sermón pero calmada.

-¿Y no te gustó?-. Dije sonriendo.

-Sssi...digo ¡No!-. Habló dudosa. Se cagó todo. Lo arruinamos. Me temía que esto pasara. Lo sabía. No debimos habernos besado-.

-¿Que tiene? Hace de cuenta que ni paso nada y listo-.

-Cómo si fuera tan fácil. . .
Y corrió mis brazos que la abrazaban. Haceme un favor y traé algo para beber, yo mientras me iré a cambiar-.

Ella se dirigió a vestirse. Yo mientras iba pensando si besarla fue lo correcto. No me arrepentía. Y me lo repetía mil veces dentro de mí. -No me arrepiento de besarla- Resonaba en mi mente.

Querida MelanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora