Hold me tight » Suga; BTS✔️

d o c e

Estaba tan terriblemente cansada que decidí subir las escaleras para dormir en mi habitación. Me di una bofetada mental por ser tan poco perseverante conmigo misma y con el tema de no volver a mi casa. Pero en fin, no me había quedado otra, y al menos iba a dormir a salvo, en mi cama, después de una larga noche.

Jungkook me seguía de cerca después de encerrar a Yoongi en la habitación de invitados. Parecía ansioso por decirme algo que no se atrevía a soltar, y por eso caminaba detrás de mí despacio. Le ignoré por completo, me metí en mi habitación, me dejé caer en el colchón y cerré los ojos.

Al rato, alguien llamó a la puerta. No contesté porque supe que era el niñato de mi hermano, pero para evitarle, opté por imitar la técnica de hacerse el dormido que Suga había utilizado conmigo para esquivar las preguntas incómodas.

— Hey, Hyesun... ¿Estás dormida ya? —susurró. Le escuché suspirar y noté que se sentaba a los pies de mi cama. Me quitó los zapatos con delicadeza, volvió a suspirar otra vez y se quedó quieto y en silencio por unos segundos. — Lo siento... Por lo del otro día, quiero decir. — Se calló otra vez. Se levantó bufando y me cogió las piernas para meterlas dentro de las sábanas. Me arropó. — Ah, soy estúpido por hablarte mientras estás dormida.

No supe si decirle que no estaba dormida, que estaba escuchándole perfectamente. Jungkook se había portado como un imbécil hace un par de días, y por mucho que me arropara y me pidiera perdón, no iba a indultarle tan fácilmente. Cuando escuché que cerraba la puerta despacio y con cuidado, abrí los ojos.

Estaba cansada, pero de repente, no podía dormir. Era como si tumbarme en mi cama pusiera alerta todos mis sentidos. Habían ocurrido tantas cosas en tan poco tiempo que no era capaz de procesarlas todas, como el beso que me dio Suga.

Supuse que fue un beso porque la simple acción de pegar tus labios con otra persona, o hasta con un objeto, ya era considerada como tal. Me di cuenta de que Suga había conseguido que con sólo recordarlo, sonriera como una adolescente loca, y eso nunca me había pasado con un chico. Sólo con chistes malos.

Era verdad que más de una vez me había sentido atraída por alguien, por Taehyung por ejemplo, pero nunca había sentido las famosas mariposas en el estómago o esa sensación de embriaguez al pensar en alguien. Y ese alguien era un peliverde que por alguna razón u otra me hacía sentir como una niña de diez años enamorada del chico guapo de su clase. Me tapé la cara con la almohada porque no era capaz de dejar de sonreír y de hacer ruiditos de ardilla siendo apretada.

Pasaron los minutos. Alguien llamó a la puerta. Una, dos, tres veces.

— Jungkook, vete. — Dije harta, tapándome la cara con las sábanas.

La puerta se abrió con un golpetazo. Yo asomé la cabeza y encendí la luz de la mesilla de noche algo asustada, principalmente porque mi hermano no pegaba tales portazos. Me sorprendí en un principio al ver a Suga sin chaqueta y mirando cada recoveco de la habitación con los ojos entornados. Dio un par de pasos torpes sin reparar en mí, cerró la puerta y se apoyó en ella. Luego fue cuando me vio.

Su mirada se cruzó con la mía, y era tan fuerte, que noté cómo se me erizaba el vello de la nuca. Tragué saliva al ver que se acercaba despacio a mí. Aún estaba algo borracho, todavía no había llegado hasta mí y ya podía notar el fuerte olor a alcohol. Suga hincó las rodillas en el colchón.

— ¿Qué haces aquí? La habitación de in...

Puso su dedo índice en mis labios. — Shhhh. Cállate.

— Pero...

Tapó mi boca con su mano y volvió a pedirme silencio llevándose un dedo de la mano libre cerca de sus labios rosados. Retiró su mano sin prisa alguna y mientras tanto, yo me quedé hipnotizada viendo cómo sus ojos se cerraban poco a poco, cómo sus pestañas dejaban de estar pegadas a su flequillo verde, cómo sus labios se entreabrían y se juntaban a los míos... Me quedé tiesa, casi catatónica, esperando a que Yoongi me besara. Estaba tan nerviosa de repente que todo lo que logré hacer fue soltar un suspiro antes de que por fin Suga me besara de una vez.