10. Fénix

64 3 0
                                        

Maldigo el día en el cual casi te pierdo, ese día tan gris, tan triste, tan domingo.

Ése día estábamos tan cerca, cuestión de centímetros. Miedo una vez más se cruza en mí vida, hace que cada centímetro parezca un infinito. Ahí estaba él, él se hacía llamar miedo, acompañado de un apellido, no puedo.

No podía besarte, él me lo impedía, él me decía ''No sentirá nada, volverás a fracasar.''

Él me decía cosas horribles, él me decía que te perdería para siempre él me aseguraba otra tormenta en mi vida.

Por un momento apareció confianza, ella me decía; ''Hazlo idiota'' ¿Acaso no ves que lo está deseando? -Decía.

Me atreví gracias a ella, te abracé, un abrazo cálido, dulce, que decía; ''¿Lo notas?, ¿Sientes que sin ti no puedo vivir? ''.

Fue un abrazo triste, como si de una despedida se tratase. Fue un abrazo fuerte, un abrazo de película. Te apretaba más fuerte, como si de alguna manera de esa forma conseguiría transmitirte todo, tus queridas mariposas.

Las canciones de fondo no ayudaban mucho, decían frases, frases que al alma me llegaban. Frases que me mataban. No de cualquier forma, ésta vez no fue una muerte de película, fue una muerte interior.

No pude evitar no llorar a mí manera, mirarte a los ojos se me hacia imposible, se veían muy tristes, miedo estaba contigo.

Tú sin duda eras más fuerte que yo, eres más fuerte que miedo, como si de nuestro primer beso se tratase te lanzaste, necesitabas saberlo, necesitaba saberlo.

Sentía tus labios agrietados rozar los míos, aún recuerdo mí extraña forma de transmitirte mí interior, apretando tus pequeñas manos, calientes, tristes de limpiar lágrimas el día anterior.

Ahí me di cuenta, mi mundo de fuerza por un momento me abandonó, se acabó el apretar más fuerte, se acabó el reanimar la llama casi apagaba a base de miedo y no puedo.

Pensé, '' debo creer en ello'' , ''debo creer que ella me ama'' , debo hacerle sentir lo que yo siento, sólo fue cuestión de pensar en ti, en nosotros una vez más, la definitiva. Cada caricia en tú mejilla derecha, cada beso lleno de sentimiento por alguna razón te llego al corazón, pude notar como se reanimaba lo perdido, pude ver el brillo de tus preciosos ojos verdes, un tanto marrones.

Miedo ya no se veía reflejado en tus ojos, mis ojos, miedo había muerto, como si de un fénix se tratase murió quemado, y renació de entre sus cenizas, su nueva forma se hacía llamar amor, pasión.

Todo lo perdido una vez volvía, todo que lo tú querías aparecía, luchamos juntos, como debe ser.

Merece la pena luchar por ella, pensé.

-Quizá deba hacerlo siempre.

Promitto PerdereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora