Bueno, en esta anécdota os contaré el día que todo fue mal. Seguimos en 2015.
Se me habían pinchado las ruedas de la bici hace unos días y después de un rato de estrésconseguí arreglarlo, por aquel entonces me aficioné a salir a patinar con mi amigo Domingo, yquería que le acompañase a comprar los patines, yo como soy un tacaño le dije que en vez de iren bus y gastar 5 euros, que vayamos en bici hasta la estación de tren, que estaba bastantelejos del pueblo.
Cogí mi nueva bici arreglada y empece a darle a los pedales, y de repente freno sola en plenacarretera, yo rayado me preguntaba que cojones pasaba, de repente vi que los cables del frenoestaban frenando la rueda, cogí y quite los cables y de repente sonó en mi cara ¡BOM!
Si, exploto la rueda en mi cara, Domingo se empezó a reír de mi yo estaba cabreadísimo,encima ese día había discutido con mi novia y no paraba de molestarme por Whatsapp, llevé labicicleta andando durante hora y media hasta que por fin llegamos a la estación.
La gracia de la estación de tren de nuestro pueblo es, que no tiene cabinas para pagar entonces,es totalmente gratis y nunca hay controladores, bueno, hoy si. Si señores encima hoy hubocontroladores, yo le aseguré a Domingo que no habría y se enfado conmigo, tuvimos que pagaruna multa que le costó un riñón a Domingo. Hasta que por fin llegamos al centro comercialdonde comprariamos los patines.
Entramos en un Decathlon y mientras Domingo compraba los patines yo fui a preguntar al quearreglaba bicis si me la podía arreglar y dijo que me lo haría gratis, parece que por fin la vida mesonreía. Me dijo que me diese una vuelta, Domingo decía que por fin teníamos hoy algo desuerte, compramos los patines y cuando fui por mi bici, emmmm. No estaba ni el dependiente nila bici. Vi otro y le pregunté y por la bici y me dijo que no sabía nada. Y que nunca hacíanservicios gratis, estaba super rayado y no sabía que hacer en ese momento.
Resulta que era un hijo de puta que se dedicaba a ir a sitios así y engañar a pringados como yoy robaba bicis. Si señores, el cabrón me robó la bici. Llegué a casa y al contárselo a mi madrepues, claramente me llevé otra bronca.
Ojalá viese algún a ese desgraciado para partirle los dientes, esta vez como consejo os digoque, tener cuidado a con lo que hacéis, pero mucho cuidado.
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Anécdotas de un inútil
MizahArmando es un chico que ha vivido miles de experiencias de todo tipo. Y lo que hará en este libro será contaros a todos vosotros todas aquellas anécdotas. ¿A qué esperas? ¡VENGA!¡ ABRE EL LIBRO Y PONTE A LEER PARA REIRTE DE ARMANDO.