Novillos

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Hola chicas! Me alegré mucho de ver vuestros comentarios y sobretodo de que os gustara el primer capítulo de esta nueva historia :) Como siempre, si quereis que añada algún personaje de la saga o que ocurra algo solo teneis que decirlo y lo adaptaré a la historia. Bueno, quería deciros que narrar la historia en tiempo presente no me acabó de convencer así que a partir de ahora los capítulos estarán en pasado, no penseis que me he vuelto loca de repente jaja. Agradecer a Miley Isabella Swan su apoyo y simpatía, más que una seguidora la considero una amiga. Gracias por todo, te quiero. Y ahora, disfrutar del capítulo, besos desde la gran manzana.♥♥♥♥

Tutor personal. Tutor personal. Tutor personal. Mi mente no se hacía a la idea de mezclar las palabras Edward, tutor personal y a mí en la misma habitación. Era demasiado perfecto.

-¡¿Disculpe?!-contestó un Edward que trataba de disimular su gran enfado.

-Así es Edward, a partir de ahora será el responsable de la señorita Swan. ¿Hay algún problema?-le preguntó el señor Banner con la superioridad dibujada en sus envejecidos ojos marrones.

-¿Qué sucede con mi compañera de mesa? ¿La voy a dejar tirada?-le respondió el chico de cabello cobrizo. Esas palabras produjeron una punzada de celos en mi estómago. Prefería estar con ella antes que conmigo. Prefería estar con cualquier ser humano antes que conmigo. Y seguía sin enterder el por qué.

-Oh, siempre tan caballeroso, señor Cullen. Pero no se preocupe por Ángela, después de usted es mi segunda mejor alumna. Se las arreglará de maravilla sola, no lo dude. Y ahora si me disculpan, mi jornada ya ha acabado. Nos vemos mañana-concluyó mi profesor de biología mientras cogía su gastada cartera, su oscuro abrigo del perchero y se marchaba por la puerta. Y allí nos dejó, solos en aquella clase desierta y apagada debido a las nubes que cubrían el cielo. Lo miré, sin saber que decir. Tenía el semblante serio y sostenía el puente de su nariz entre los dedos, intentando calmarse. Abrí la boca varias veces para decir algo pero como no sabia el que, la cerré, pareciendo un pez fuera del agua. Después de unos minutos que se me hicieron eternos ante aquel silencio sepulcral, Edward se marchó de la clase. Se me hacía rarísimo comparar nuestras reacciones ante la noticia. Yo estaba eufórica y entusiasmada interiormente porque aquel dios griego fuera mi tutor personal, pero él se mostraba enfadado, cabizbajo e incluso dolido. Recordé que llegaba tarde a mi siguiente clase y rápidamente salí del aula enfrentándome a aquellos pasillos repletos de gente en los que yo me sentía invisible tan característicos del instituto de Forks.

-¿Te vas a comer eso?-los ojos de Emmet se posaban en mi magdalena de chocolate con glaseado rosa por encima que se anunciaba como postre del día.

-Toda tuya, Em-le respondí mientras pegaba un sorbo de mi Coca-Cola.

-¿Te he dicho alguna vez que eres la mejor?-respondió mientras la cogía de mi bandeja amarilla y se llevaba media de un bocado. Reí. Se había manchado los labios de glaseado y estaba muy gracioso.

-Mmm, una o dos veces, pero no está mal volver a escucharlo-bromeé. Rosalie le limpió los labios con una servilleta como si fuera un niño pequeño.

-Bueno chicas, hemos quedado con Edward para ir a por una cervezas, ¿os apuntaís?-preguntó Jasper.

-¿Otra vez novillos?-le recriminó Alice.

-Hacer novillos es saludable, duende. Deberías hacerlo más a menudo-dijo Emmet en defensa de su amigo.

-Yo hoy no puedo, tengo clase de costura y como falte una sola hora mi vestido va a ser el más retrasado de la clase-respondió Rosalie, repasando sus labios de rojo frente a su pequeño espejo de mano.

-Yo tampoco, chicos, tengo el examen de evalución de física. Quizás en otra ocasión-dijo Alice.

-Ok, está bien. ¿Y tú, Bells? ¿Te animas?-me preguntó Emmet levantando las cejas.

Bloody BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora