Vuelta a casa

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-Ya te dije que no era buena idea lo de la fiesta-le dije a Edward, mientras abría el armario violentamente. Cogí mis chaquetas, que estaban colgadas allí desde el primer día que llegamos; y las arrojé con furia dentro de mi bolsa de viaje sin doblarlas. No había tiempo para deternerse soblando perfectamente mi ropa. Nada más descubrir la fiesta que habíamos organizado, el señor Hilton suspendió la excursión, como era de esperar. Sus gritos no se hicieron esperar cuando vio lo ocurrido...

FLASHBACK:

-¡¡¡¿Qué está pasando aquí?!!!-volvió a repetir mi profesor enfadado, cuando observó que nadie había respondido a su anterior pregunta. Yo no sabía que hacer o que decir. Permanecí quieta, con el rostro paralizado en una mueca de horror y miedo mezclados, con el protector brazo de Edward alrededor de mi cintura. Todos los alumnos, excepto Alice y Rosalie que permanecían en la cabaña, se acercaron, hasta formar un semi círculo alrededor del señor Hilton. Todos nos mirábamos, sabiendo que estábamos metidos en un buen lío.

-No es lo que parece-contestó Emmet. Pero en ese momento Jessica vomitó violentamente encima del señor Hilton. Oculté mi rostro en el pecho de Edward para ocultar mis risas y también para escapar de la visión de algo tan repugnante. Todos mis compañeros estallaron en carcajadas, lo que cabreó aún más a mi profesor, que permanecía observando atónito su pijama azul que ya no estaba tan impecable como cuando se lo había puesto.

-Perdón-fue lo único que dijo la estúpida de Jessica, mientras levantaba la cabeza avergonzada.

-¿¡Qué no es lo que parece!? Usted ha bebido, señorita Stanley, no me lo puede negar. Y por tanto supongo que habían bebidas alcohólicas en esta reunión, fiesta o como prefieran llamarlo. Ya dije que estaba totalmente prohibido cambiarse de cabaña y realizar cualquier tipo de congregación de gente en una de ellas. Pero esto ha llegado demasiado lejos, ¿en qué estaban pensando? ¿Creían que nunca les pillaría? Con el volumen al que estaba la música no ha sido nada difícil descubrirlo-nos regañó el señor Hilton.

-No creo que pueda aguantar más tiempo, necesito tumbarme-le dijo Jesica, mareada y tambaleándose a Angela, quien la sujetó para que pudiera mantener el equilibrio.

-Por Dios, ¿no son conscientes del estado en el que se encuentran? Señorita Stanley, es más que obvio que debe retirarse, llamaré a un médico para que la vea. ¿Se puede saber que a tomado?-le gritó, cogiéndola brucamente por el hombro y zarandeándola. Ella comenzó a llorar.

-Solo dos botellas de Vodka-bromeó por lo bajini Jasper.

-Le juro que no lo volveré a hacer, señor Hilton. No era mi intención acabar así. Cástigeme, suspéndame, haga lo que quiera pero le suplico que no llame a mis padres, por favor-a Jessica casi no se le entendió de lo que lloraba. Era una cobarde, debía hacerse cargo de sus actos y no ir llorando y suplicando perdón.

-Haré lo que crea conveniente y no hay más que discutir. Señorita Weber, ayúdela a ir a su tienda, pueden marcharse ya las dos-finalizó.

-Sí, señor Hilton-le contestó con voz temerosa Ángela, mientras se llevaba a Jessica literalmente a rastras camino de las tiendas.

-Señor Lutz, es el siguiente. Veo que lleva la boca manchada de un fuerte borrón rojo, se ha estado besando con alguien cuando dije que quedaba terminantemente prohibido las parejas en la excursión. Además es más que evidente que está bajo los efectos de alcohol, junto con su amigo el señor Hale. Tomaré las medidas necesarias para que pagen por lo que han hecho y les advierto que un suspenso en la nota del trimestre es lo mínimo a lo que deben de temer-se acercó a ellos, mientras les apuntaba con su dedo índice, tembloroso por la rabia.

-Sí, señor Hilton-respondieron mis dos amigos al unísono.

-Señor Black, señor Newton y Ben, como prefiere que le llame, aunque pongan esa cara de no haber roto nunca un plato, los conozco demasiado bien. Son tres diablos. Les digo lo mismo que a sus compañeros, no duden que van a recibir un fuerte castigo-añadió.

Bloody BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora