-¿Qué acaba de pasar? –dijo Dinah - Pensaba que se reiría de ti como casi todos estábamos haciendo.
-No todo el mundo es como tú, Dinah –le contesté de una manera que parecía haber suavizado lo duro que sonaba lo que acababa de decir.
-Bueno, sea lo que sea, si no se ha reído es un punto a favor para ti.
-Eso parece, aunque no me voy a hacer muchas ilusiones, es la segunda vez que se fija en mi y todo ha sido por culpa de mi mala pata.
-No te preocupes Mila, como mínimo sabe que sigues en el insituto. –intentó hacerse la graciosa pero yo la miraba con mala cara.
Finalmente llegó la hora de salir de clases, madre mía, se me hacía eterno que llegara ese momento. Siempre salgo de una manera veloz para encontrarme a la menor gente posible. Ya en la puerta principal giré a la derecha para salir y vi a Dave contra la pared, mirándome fijamente.
-Creía que no te encontraría. ¿Dónde vas tan de prisa?
-A casa, tengo mucha hambre, no he desayunado nada esta mañana y me duele el estómago a cantidades insospechadas.
-¿Quieres que te acompañe? Sabes que me pilla de camino.
-Claro, ¿por qué no? –la verdad es que me encantaba que me acompañara, siempre nos contábamos chistes muy malos por el camino o nos explicábamos nuestras típicas tonterías. Lo normal entre dos amigos de toda la vida.
Llegamos a la entrada de mi casa y tocaba despedirnos. No se me han dado nunca bien las despedidas así que lo que siempre hacíamos era decirnos adiós con la mano. Pero en esta ocasión me dio un beso en la mejilla que para mi gusto se acercó demasiado a la comisura de mis labios.
-Adiós Camila –y, dicho y hecho, se fue, dejándome perpleja en frente de la puerta de mi casa.
Los dos días siguientes pasaron lentos, lentos de narices. Se volvía a repetir mi rutina de siempre, nada nuevo, mi cara de amargada, yo y mis detenidas observaciones hacia Lauren. Maldita sea, esa chica me volvía completamente loca.
Por fin llegó el querido viernes tan esperado, último día de la semana en el instituto y no tenía ningún examen. ¿Qué más podía pedir?
Estaba caminando por el pasillo que daba a mi clase cuando de repente tropecé con un pie que no tenía ni idea de quien podía ser.
Cuando quise darme cuenta unos brazos me estaban sujetando antes de que pudiera llegar a darme la mayor hostia jamás dada y protagonizada por Camila Cabello. Para mi sorpresa fue darme cuenta que aquellos brazos que me estaban recogiendo formaban parte de la persona más bonita que hay en la faz de la Tierra, ella, Lauren Jauregui.
-Parece que estoy destinada a recogerte cuando te caes –me dijo con un tono pícaro y una sonrisa de la cual todo el que tuviera ojos podría llegar a enamorarse.
-Pues eso parece –acompañé las tres míseras palabras que me salieron en aquel instante con una risita que más que de enamorada parecía de idiota. Dicho eso me dejó de pie delante suyo, estaba tan nerviosa...
-¿Cuál es tu nombre? -¿De verdad me estaba preguntando eso? Me pellizqué por detrás de la espalda para comprobar si estaba soñando. Esta vez parece que es real, allá vamos.
-M...me llamo Ca...Camila -¿Por qué parecía una idiota hablando? Reacciona Cabello, reacciona.
-Encantada Camila, yo soy Lauren. Mmm me encantaría seguir hablando, pero tengo que ir a clase, llego tarde, ya nos volveremos a ver, adiós.
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Fallen (camren) - Español
Fanfiction"Una sonrisa suya es mi gloria, y por alcanzar su cariño le tributaría el homenaje a todo mi ser". Camila Cabello estaba dispuesta a caer por Lauren Jauregui. ¿La recogería en sus brazos?