Luci @foolsangster

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LIVELY

-¡Lively, no encuentro...!

Mía se calló de golpe en cuanto me vio. Debía de tener mala pinta, seguramente tendría todo el rímel corrido, el pelo como si me hubiera atacado una paloma y los ojos rojos e hinchados.

-¿El qué no encuentras? -pregunté sorbiéndome los mocos.

Mía se sentó a mi lado en la cama y me observó con precaución antes de hablar.

-El cargador del iPad, pero es igual, ya lo buscaré más tarde. Ahora dime, ¿qué vídeo has visto que te ha hecho llorar?

Abrí la boca sorprendida.

-¿Cómo sabes que ha sido un vídeo? -le pregunté asombrada.

-Tienes tres caras de llorar. Créeme que conocerte de hace tanto tiempo tiene sus beneficios. Están la cara de llorar de risa, la de llorar porque echas de menos Estados Unidos y la de llorar por vídeos -Mía hizo una leve pausa y frunció el ceño-. En realidad son cuatro caras.

-¿Sí? ¿Cuál es la cuarta?

-No te la voy a decir, que te vas a poner a llorar.

-Exagerada -le bufé-. Añade otra más: la cara de llorar por ver tu cara, que es tan fea que me da lástima.

-Perra -Mía me sacó la lengua-. En serio, ¿qué has visto?

-Te lo diré cuando me digas mi cuarta cara de llorar -me mantuve en mis trece.

-Está bien -Mía suspiró-. Es la cara de llorar por Jack Gilinsky.

Mantuve la cara todo lo neutra que pude, pero Mía tenía razón. Habían pasado cuatro meses y pico y todavía no lo superaba. Hablábamos por Skype y por imessage, pero no era lo mismo.

-Eh, venga, que ya sólo te queda mes y medio -Mía me abrazó.

-Tienes razón. Debería dejar de ver vídeos bonitos en este tiempo. Estoy más sensible de lo normal.

-¿No te dejó Jack embarazada, verdad? -se escandalizó Mía.

-¡Claro que no, idiota! Controlábamos... bueno, eso -dije sonrojada.

Mía se echó a reír.

-Venga, enséñame ese vídeo tan bonito.

-En realidad es una cover de "The Girl Who Cried Wolf" hecha por una galletita -le informé poniendo el vídeo en mi móvil.

-Eso no parece una galletita -observó Mía mirando la pantalla.

Rodé los ojos.

-Así es como llamo a mis fans -expliqué.

-Ah. Ahora todo tiene sentido.

Dejé de mirar el vídeo porque si no me pondría a llorar de nuevo. Es increíble lo mucho que han hecho las fans por alegrarme los días. Ponían hashtags en Twitter, me enviaban enlaces de vídeos graciosos y me hacían vídeos ellas mismas para mí. Esto último fue gracias a lo que les dije una vez que deberían confiar en ellas mismas y en lo que son capaces de hacer, así que ahora cada día me llegaban vídeos suyos con diferentes talentos.

-Lively, ¿me estás escuchando?

-¿Eh? -me sobresalté.

-Ya veo que no -Mía rió-. Digo, que tienes una llamada en Skype que me da que te va a gustar.

Concurso 9+1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora