Ella Y Yo (Parte I)

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Desde el primer timbre, salto sobre mi teléfono puesto sobre la mesa baja. Llevo una hora esperando esta llamada - de hecho, ya ni la estaba esperando creí que me había olvidado -.

- ¿Brittany?
- Buenos días, papá.
- Más bien buenas noches. Ya es media noche en Dubái.

Le echo un vistazo a mi reloj kitsch: Mickey indica que son las 4 de la tarde con sus manos con guantes. Mi corazón se estruja mientras que imagino a mi padre al otro lado del mundo, en la cima de una torre de cristal en los Emiratos Árabes. Me faltan las palabras. Me encantaría decirle cuanto lo extraño, contarle mil cosas, hablarle de mi vida... pero no puedo. Mi boca se queda desesperadamente seca, mi pulso se enloquece. Estoy tan nerviosa como antes de un examen.

- ¿Éstas bien? - pregunta mi padre.

Su tono es neutro, aún cuando intenta ser gentil. Me obligo a sonreír, a seguir el juego - desafortunadamente, nunca hemos logrado ser muy cercanos. Tal vez porque el fantasma de mamá flota entre nosotros. Mi madre dejo su último aliento algunos minutos después de mi nacimiento. Según los doctores, fueron complicaciones respiratorias. Desde ese día, llevo sobre los hombros el peso de su fallecimiento. Porque dio su vida por mí. Porque me siento culpable.

- Si, estoy bien. ¿y tu?
- La obra está retrasada, un obrero se lastimó en un andamio.
- ¡Oh dios mío! ¿No es demasiado grave? ¿Está bien?

Al percibir mi preocupación, puedo sentir que mi padre sonríe por primera vez desde el inicio de la conversación. Lo imagino con una chaqueta ligera, pasándose su mano por su espesa cabellera con algunas canas y su piel bronceada por el sol del desierto. Siempre he estado orgullosa de él, orgullosa de su carrera como promotor inmobiliario y de los edificios de lujo que construye alrededor del mundo.

- Siempre te preocupas por los demás, hija. No has cambiado. Es increíble cuánto te pareces a...

Se detiene, consiente de su error. Ambos sabíamos que iba a decir "Es increíble cuánto te pareces a tu madre." Tiene razón: soy su vivo retrato con mi piel diáfana, mi baja estatura y mi cabellera rubia. Un largo silencio se instala.

- El cristalero está bien, no te preocupes. - concluye finalmente mi padre con una voz tensa - Se rompió la pierna. Tuvo suerte, después de caer de esa altura.
- Qué bueno.

Mi padre se aclara la garganta, como si no supiera qué decir ¿Por qué todas nuestras pláticas son así de cortantes? A veces siento como si me dirigiera a un extraño - un extraño al que amo profundamente.

- Estoy muy ocupado, Brittany. Tengo que...
- ¡No, espera!

Rápido, un pretexto. El que sea, con tal de que no cuelge

- ¿Vendrás a la exposición, papá?
- ¿Cuál exposición?

Mi corazón cae como una piedra al fondo de mi pecho. ¡No puede haber olvidado ese evento tan importante para mí! Rio nerviosamente acomodando diez veces un mechón detrás de mi oreja.

- La exposición Jóvenes Talentos organizada por mi escuela. Te he hablado de ella varias veces, será en dos semanas. Tienes que estar ahí: todas las familias están invitadas. Voy a exponer mis primeros trabajos.
- Ah sí, ya lo recuerdo.

Silencio

- Veré como le hago para estar allí, no te preocupes.
- ¿Lo prometes?
- Lo prometo.

***

Una hora más tarde, me siento feliz y...nerviosa. Feliz porque mi padre va a dejar su obra para apoyarme. Es inesperado después de seis meses de separación. Seis meses, tres semanas y dos días para ser más exactos. Y nerviosa por que me estoy preparando para cenar con Santana Lopez, mi misteriosa desconocida. Estoy a punto de transformarme en una pila eléctrica. O en una central nuclear.

Mis Deseos, Mi Multimillonaria Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora