Huyendo

211 34 4
                                    


Sus ojos violetas se posaron en el pelinegro que caminaba por uno de los pasillos de la gran casa, en seguida le tomó del brazo obligándolo a girarse, Haruka frunció el entrecejo mirando al de cabellos rosáceos, el cual solo se limitó a reírse de manera cínica mientras acercaba su afilado rostro al de cabellos negros.

-¿Por qué no te vas, qué planeas consiguiendo aquí?-. Le cuestionó, sin embargo el de cabellos negros solo se zafó de aquel rudo agarre y decidió seguir su camino sin intercambiar ninguna palabra.

Makoto que caminaba con Nagisa miró aquella escena mas no dijo nada, cuando el par llegó junto a Kisumi, Makoto siguió con la mirada la ruta del de ojos azules, después miró a su amigo de ojos violetas y sonrió:

-¿De qué has hablado con Haruka, Kisumi?-preguntó algo extrañado, pues él había visto que ambos estaban cerca, pero no había escuchado lo que había preguntado Kisumi.

Este se limitó a reír divertido y le dio un golpecito en la espalda y después miró a dirección de Haruka y dijo:

-Nada malo, me he dado cuenta que Nanase Haruka es un muchacho bastante extraño, quisiera saber más de él ¿no has considerado que podría ser algo malo para nosotros? Digo, encontrarse con semejante lindura por ahí, a mitad de la noche es de por sí bastante extraño.-se excusó divertido.

Nagisa se abrazó a sus dos compañeros y soltó una risilla de alegría.

-Pues vayan a descansar mientras puedan, los espías me han informado que hoy será una noche tranquila, así que, mientras todo está tranquilo, aléjense de la sangre-.

Ambos asintieron y el rubio se soltó de ambos comenzando a caminar después se giró un poco para mirar al de ojos verdes y le hizo un suave guiño

-He pensado que podrías invitar a "Haru-chan" a beber sake...-habló Nagisa con una pícara sonrisa. Desde la noche anterior, cuando Makoto llegó con él, sintió que el aura de Makoto había dejado de ser tan sombría, y eso indudablemente lo ponía feliz.

Dicho esto volvió a caminar alejándose de ambos tranquilamente. Makoto negó con la cabeza y se alejó junto con Kisumi en dirección contraria.

Al atardecer, Makoto se encontraba sentado en el tatami mirando aquel escenario pintado de rojo, sin saber porque, recordó a aquel joven de cabellos rojos que había matado noches atrás, pensó, que hubiese deseado orar por su alma, pero lamentablemente no sabía su nombre.

-El atardecer es rojo, como mi color favorito-habló Haruka con voz suave y melodiosa.

Makoto volteó para encarar a aquel joven que acababa de llegar y se sentaba a su lado observando el panorama, Makoto le sonrió y volvió su vista en dirección a aquel cielo de fuego.

-¿Te gusta el rojo?-.

El de cabellos color ébano asintió y después miró al cielo.

-Me gusta cuando no es sangre...- Susurró.

Makoto agachó la cabeza, a él también le gustaba el rojo, aunque claro, no en sangre, después tocó su hombro y le regaló una de sus más bonitas sonrisas.

-¿Quieres ir a beber sake?-.

De camino al bar, ambos miraban el panorama, la gente reía y los niños corrían de un lado a otro, al parecer habría un carnaval o algo por el estilo. Al llegar, ambos se sentaron uno frente al otro a un lado de la ventana, Makoto pidió una botella de sake caliente la cual fue traída casi de inmediato, miró a Haruka que estaba en frente de él que se mantenía con su rostro sereno e inmutable, Makoto le sonrió y preguntó:

Lirio JaponésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora