Capitulo 8.- Desesperación

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~Normal~

La habitación apestaba a azufre fuertemente, el aroma penetraba hasta las fosas nasales de Gerard que estaba en el umbral de la puerta asombrado, preocupado y completamente pasmado ante la escena. En el teléfono la voz potente del dirigente Hellsing que pedía a gritos una explicación completa a cerca del porque el temblor y la interferencia... del porque el presentimiento de haber sentido que perdía a dos de sus principales soldados.

Gerard no supo cómo reaccionar ante la escena, donde la pared estaba quemada y el techo parecía que se iba a caer, y en el piso estaba el tetragramaton tatuado y quemado en la madera del suelo y en esta todavía se podía ver que el fuego seguía dentro de las grietas que había dejado en su más alto momento.

— ¡¡Maldita sea!! ¡¡¿Qué ha pasado?!! ¡¡Contesta!!

— Atacaron la base, la habitación donde estaban Ian y Serás está calcinada y apesta  a azufre.

¡¿Dónde están ellos?!

— No están, todo está quemado pero no veo sus cuerpos, está escrito Samael en el suelo, así que supongo los secuestraron.

¡¡¡¿QUÉ?!!! grito haciendo que saliera dañado el oído de su subordinado pero provocando que saliera del shock— ¡No sé cómo carajos lo harás pero quiero que tengas a William resguardo en la base en menos de cinco minutos, llamaré a Alucard para que venga por mí porque iré en estos momentos a partirle el culo a ese maldito de Jean!

La adrenalina salió de su estómago y afirmó las órdenes antes de colgar. Camino hacia afuera solicitando soldados e investigadores para que revisaran el lugar, llego al centro de comando y dio alerta roja haciendo que los subordinados y eruditos que atendían los satélites aparecieran o dejaran sus labores.

— ¡Atención! —Hablo completamente alterado— ¡Tuvimos un ataque nivel 6! ¡Código 000-0667!

Y todos al instante entendieron el peligro en el que estaban, se juntó todo el personal en el mismo lugar para escuchar las palabras de quien les había llamado con tanta urgencia, pronto todos se hicieron presentes. William corrió a toda prisa hasta llegar a lado de su principal compañero por 7 años con un rostro igual de asustado y pasmado como el de él.

— ¿Qué paso? —dijo apenas la proximidad le permitió.

— Nos atacaron y se llevaron a los dracules —dijo completamente seco mientras pensaba que hacer, pronto reacciono— Vlad me dió órdenes de resguardarte y llamar a Alucard para que vaya por él, por alguna razón tu también debes ser protegido.

— ¿Los... secuestraron? —empezó su shock.

— Si, ahora enfócate en aullar hasta que Alucard te escuché —dijo comenzando a caminar— ahora estamos en estado rojo, necesitamos toda su ayuda.

— ¿Cómo carajo atacaron la base?

— Con un puto demonio.

— ¡¿Cómo es que un demonio nos atacó como si nada?!, ¿Qué no tenemos las protecciones de sellos y varios sacerdotes así como magos?

— ¡Maldita sea, William!, No lo sé todo, estoy tratando de acomodar todo y protegernos porque van a venir por ti —dijo con un deje de desesperación.

— Tranquilo, Gerard, tienes que mantener la calma porque eres el único que podrá dirigir a todos hasta que llegue Vlad y no creo que este feliz de que aparte de ese estúpido demonio también tenga un neurótico del cual deshacerse.

— Busca a Alucard, supongo sabrás cómo sin salir del territorio de la base y por favor protégete —saco algo del bolsillo y se lo dio— no podemos fallar.

Hellsing: La Condesa y su Rey...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora