Alicia
Abrí los ojos sobresaltada cuando escuché los gritos de Alexander en mi puerta.
¡Porque tiene que gritar tan temprano!.
Me quejo mientras me acomodo en mi cama tapándome con la almohada.
Puedo escuchar los gritos de Alex exigiendo que me levanté. Ruedo los ojos, como si fuera yo la que tardara mucho en arreglarme, cuando claramente es al revés. Me quito la almohada al no escuchar su grito de vieja loca.
Pero bufo cuando escucho unos suaves golpes en la puerta.
¡Mi cama esta calientita, no quiero moverme!
—Alice levántate dormilona—El grito de Alexander me hace rodar los ojos de nuevo. Hago un puchero pues pensaba que se había ido.
—Joven Alex, no se preocupe, yo despierto a la señorita Alice— Escucho la delicada voz de la chica de ayer. Gruño y me levanto de la cama para ir a la puerta.
—Gracias encantadora Mía, ¡Alice apúrate!—Abro la puerta de golpe haciendo que se lleve una mano al pecho por el susto
—Alex, ya basta—Le gruño irritada— Puedes dejar de gritar, es horrible tener que escucharte tan temprano idiota —Me quejo cruzada de brazos
—¡No estoy gritando! —La chica que ahora sé se llama Mía salta en su lugar. Ruedo los ojos
—Lo acabas de hacer, idiota, mira por favor lárgate para que pueda cambiarme e ir a desayunar.
El bufa y se da la vuelta refunfuñando. Suelto un suspiro cuando noto que ya se adentro a su cuarto.
—Alista un vestuario para mi, cada uno tiene un conjunto completo no será difícil, de la lencería me encargo yo.—Le digo a la chica mientras me adentro en el baño.
¡Necesito una ducha!
***
Los pantalones de cuero blanco me quedan algo apretados a mis curvas, no soy tan delgada pero tampoco tan gorda, una blusa de tirantes blanca acompaña al conjunto, una chaqueta de cuero negra encima, mis tacones negro.
La lencería que traigo puesta hace que queden un poco apretado en la parte del bra, soy de busto un poco grande, tengo caderas anchas, un cintura que no es muy delgada pero va bien conmigo.Termine de vestirme, me maquille y peine mi cabello en una coleta alta. La chica llamada Mia me hablaba de cosas de la casa y quiénes eran los chicos que acompañaban a mis hermanos. Sus primos.
Baje las escaleras con ella, la cual se desvío hacia la cocina, entre al comedor encontrando a mis hermanos y a mi papá.
—Buenos días —Saludo con un beso en la mejilla a mi padre y a mis hermanos les revolví su cabello, Andrew se rio y volvio acomodarlo.
—Hola cariño—Me sonrió mientras se llevaba una cucharada a su boca.—¿Listos para conocer el colegio?—Pregunto mientras masticaba.
Andrew se encogió de hombros.—Aquí nadie nos conoce ¿O sí?— Miró a papá y luego se desvío para tomar un poco de su jugo
—Eramos muy famosos en España, no creo que nadie no nos conozca—Mencionó Alex encogiéndose de hombros.
— En España, no aquí Alexander — Le digo
—Los hermanos Muller tienden a darse a conocer por el mundo sin hacer nada—Papá nos miró y se rió.
—Creo que todos piensan que somos de la realeza—Suelto una risa, le doy una sonrisa a Mía cuando trae mi desayuno.
—Bueno—Alex se encoge de hombros —La abuela lo era—Menciona
—¿Se irán en moto o en auto?—Papá se limpia la boca con una servilleta cambiando de tema.
La situación con la familia de papá era algo incómoda. La abuela adoraba a mamá, por lo que papá jamás le contó la verdadera historia, por lo que ella pensó que papá la engaño con su actual novia y por eso mamá se fue.
—En auto— Digo mientras mastico despacio mi comida —Mañana podríamos ir en moto, primero debemos de conocer el camino—Mis hermanos asienten dándome la razón.
—De acuerdo, disfruten el recorrido, procuren no meterse en problemas, no hay que darle más trabajo a Angélica — Nos reímos.
—Sabes que nos pides algo imposible, seremos los más populares una vez lleguemos ahi— Niego con mi cabeza, tengo una sonrisa en mi rostro al ver qué papá asiente y se ríe .
—Solo traten de no hacer un desastre —Se despide de cada uno y sale del comedor.
—¿Creen que debamos mostrar nuestros tatuajes?, así tal vez les den una idea a todos que tienen prohibido acercarse a nosotros.
—No vamos hacer lo mismo que en España Alexander, madura de una vez —bufé
—Pero me gusta causar miedo —Hizo un puchero y batió sus pestañas mientras me miraba, rode los ojos.
De los tres Andrew era el menos peligroso, era un cerebrito y era demasiado elegante, Alexander era un desastre, era el alma de la fiesta y terrible con las bromas, ¿yo? Yo era el verdadero peligro y con solo verme la gente lo sabía, no hablaba mucho, no miraba a nadie y me reconocerían por mi temperamento algo dura.
En España, en nuestro antiguo instinto, todos nos tenían miedo, si no se metían con nosotros, nosotros no lo hacíamos , así era la ley. La gente se asustaba al ver nuestros tatuajes porque penaban que éramos algún tipo de mafia.
Nuestro tatuaje es como una marca de la familia, cada uno tiene un infinito con una M en mayúscula de nuestro apellido en la mano izquierda a la altura de la muñeca.
Eramos conocidos como los Inalcanzables.No eramos tan amigables y mis hermanos se la pasaban haciendo bromas y bromas a todo tipo de chicos.
Nos tenían miedo y eso nos gusto.
Nos gusto sentirnos tan superiores que de pronto la gente sabia que debía tener cuidado, decían que teníamos un aura tan intimidante y nuestra mirada era tan fría que causaba pavor. Que no teníamos sentimientos.—Ya veremos qué tan rebeldes se pondrán — Andrew dejo su servilleta en la mesa y se retiró de la mesa
Me río al recordar que nadie me hablaba por tenerme tanto miedo y algunos chicos hasta se orinaban encima cuando los miraba. Era ridículo pero quienes somos nosotros para contradecir a toda esa gente.
Termino mi desayuno y subo a lavarme los dientes. Me miró una vez más al espejo, mis ojos me devuelven la mirada y me guiño un ojo.
Bajo las escaleras y salgo de la casa para subirme al auto que nos llevará al colegio.El recorrido es totalmente aburrido, excepto por el par de locos que tengo de hermanos que no dejan de pelear, me quejo y chillo cuando me pellizcan sin querer. A cada uno les doy manotazos para que se queden quietos.
Mi celular vibra y eso me detiene de seguir pegando a mis hermanos. Los cuales me ignoran y siguen en lo suyo.
Número no registrado
Te estoy vigilando niña, sé en dónde estas.
Un escalofrío sube por mi columna, mi piel se eriza y miró hacia la ventana buscado, el miedo me llega y mis pensamientos son tantos que noM me doy cuenta que llegamos al colegio.
Mi vista cae hacia la entrada del instituto en dónde un chico parece gritándole a una mujer algo mayor que el.Siento una incomodidad en mi ser al pensar que pude haber sido yo haciéndole eso a mi mamá.
Si tan solo supiera en dónde está.
El miedo me recorre día a día al pensar que ella aparecerá y dirá toda la verdad o hará algo encontra de mi familia, logré salirme de España, necesito saber que es lo que quiere antes de que ocurra algo peor.
Necesito encontrar a la maldita de mi tía.
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El Secreto De Alicia
RandomNada es lo que parece. Alicia sabía que no todo era color de rosa. Ella lo sabía. La maldad pura abundaba en todo su cuerpo aunque ella no lo demostraba, estaba rota, nadie podría arreglarla. O eso creía ella. Alicia había vivido una verdadera histo...