Alicia
La mañana en este instituto paso tan rápido que me sorprendió, mis hermanos caminaban sin rumbo por este, estábamos conociendo absolutamente todo el lugar.
Varios estudiantes ya se nos habían acercado y mis hermanos solo los miraban para luego empujarlos a un lado.
Traía puesto mis lentes negros mientras estaba detrás de ellos cruzada de brazos.
Todos susurraban cuando pasábamos por las aulas, sus miradas se desviaban hacia nosotros.Sabía que era inevitable, las personas tienden a buscar problemas solos cuando algo o alguien es misterioso o prohibido.
Muchos chicos habían intentado ligarme en mi anterior instituto, aunque en un principio aceptaba, luego me aburría, no encontraba esa chispa que necesitaba. No me había enamorado aun por lo que desconocía totalmente esas sensaciones de las que todo el mundo hablaba.
Tampoco es que creyera mucho en el amor, o no lo creería hasta que lo sintiese o en su caso me doliera.
Tengo un duro carácter por lo que muy pocos se animaban a invitarme a salir y a veces eso me hacía pensar en si debía cambiar un poco o bajarle a mi intensidad.
—Vaya, yaya, vaya pero si tenemos a los hermanitos Muller, "no se metan con nosotros o los mataremos"—Una burla de un chico rubio, de ojos verdes se hizo presente. Entrecerre los ojos mientras lo miraba pararse enfrente de mis hermanos.
—Deberian volver de donde vinieron, aquí nadie los quiere.— Dijo otro chico con desagrado, sus ojos cafés nos miraban con repugnancia
Alexander soltó un resoplido en forma de risa.—Al parecer hay un chico que se siente amenazado ante nuestra belleza.— Se burló Andrew, mirando de pies a cabeza al chico rubio.
Rode los ojos, eran tan arrogantes.
Me acerque a una de las columnas y me apoye para poder ver el espectáculo.Daba gracia, como si fuera está una película, en la que los chicos enfrentan a los nuevos porque apartir de ahora se robaran la atención de las chicas, solté un bufido, es patético.
—Mira niño, no te metas con nosotros, creo que aún no sabes el significado de nuestro apellido, así que te aconsejo que te vayas por las buenas, no quieres meterte con nosotros.—Alexander se cruzó de brazos
Era ridículo, mis hermanos son más altos que ellos y cuando tiene esa aura intimidante. Ellos realmente daban miedo.
Igual, eso es lo que queremos dar a entender.
—Mira niños de papi. Este instituto estaba mejor hasta que ustedes llegaron con sus estupidas reglas, aquí nadie los quiere.—Un chico castaño alejo al rubio y se metio en la conversación.
—Esto es tan patético — Alargue la palabra "tan" con aburrimiento
Mi voz lo hizo mirarme, el alzo una ceja y me miro con una sonrisa.—Mira preciosura, esto es entre tus hermanos y yo, mejor vete antes de se ponga feo .
— En serio esto parece sacado de una película mala— Solté una risa ante lo que dijo Alexander
Camine hacia mis hermanos deteniendo me enfrente de ellos, quite mis lentes y mire a todos con desprecio.
— Puedo correrlos a todos de este instituto si se me da la gana, así que más te vale que te vayas y no me molesten.— Mi voz salió tan ruda, sus amigos me miraban algo incrédulos.—Es genial que a nadie le agrade, porque lo que nos interesa es que nos teman. No te metas conmigo niño, no somos iguales. Hay niveles.
Cómo una chica tan guapa y chiquita podría causar tal miedo.
—No estoy aquí para estúpidos disfrazados de chicos que se creen superiores a nosotros así que apártate de mi camino, lindura. No querrás salir lastimada —Susurro lo último cerca de mi cara, alce una ceja.
—Ultima advertencia, vete de aquí.
—¿O si no qué, lindura? ¿Me golpearas?— Se giro riéndose con los otros chicos.
Rode los ojos, en un movimiento rápido lo tomé por los hombros y le metí un rodillazo en su entrepierna, el chico grito y cayo de rodillas al suelo. Su rostro estába rojo y empezó a sudar muy rápido mientras chillaba y se cubria sus partes.
Alexander y Andrew soltaron carcajadas llamando la atención de los que estaban afuera de sus aulas.
La situación era así, un chico arrodillado gritando de dolor y la chica nueva con expresión aburrida cruzada de brazos frente a este.
Bufé por segunda vez y le di un empujón con mi zapato para que cayera acostado mientras se retorcía en el piso, lo rodeé para seguír caminando.
Tenía tanta hambre, así que fui directo a la cafetería.Tal vez la comida cambie mi humor.
(...)
Mire pensativa alrededor, el comedor no me gustaba, era demasiado pequeño.
—No hay espacio — Camine hacia el centro para mirar todo, lo genial era que todos los alumnos estaban almorzando aquí por lo que se escuchaba susurros en todos lados sobre nosotros
Angelica estaba aquí, ya que al terminar de comer no me sentía cómoda, hacia falta algo .
Cuando el instituto se construyó, yo tenía once años, actualmente tengo diecisiete, me había ganado un premio en mi actual instituto y con el dinero compre un lugar para hacer un colegio, mi papá me ayudo en ello, Angelica ya habia aparecido en nuestras vidas y le pareció genial poner uno aqui.
Tengo otros proyectos que realicé con el dinero como mi boutique de ropa.
—Alicia está enorme— Alexander me miró raro. Chasquee la lengua.
—No lo está, quiero remodelar el comedor, checa todo, ¿está claro?— Le pregunté a Angélica, ella solo asintió.
Ahora que llegué ,todo debía ser supervisado por mi, tengo poca edad pero soy muy inteligente.
—Genial, ya nos vamos, encárgate de nuestros libros y horarios, mañana iniciamos las clases y luego pasaré por la oficina, comunicale a los maestros que nos tocaran sobre nosotros, ¿De acuerdo?— Angélica asintió, mire a mis hermanos y con un sutil movimiento de cabeza les ordene que nos fuéramos.
Era todo , ya era tarde y quería organizar mi habitación, mañana empezaríamos el curso.
(...)
Me sentía extraña.
Tenía un presentimiento.
Cuando llegamos a casa, empecé a sentirme mareada y me encontraba sudando, Alexander y Andrew se dieron cuenta, me ordenaron subir a mi habitación.
Hace algún tiempo, sufrí de neumonía, estaba muy mal y mis defensas se deterioraron con el paso de los días, recuerdo lo angustiante que fue para mi ver a mi familia llorar, mis pulmones se llenaban de agua y tenian que entubarme, era una sensación horrible. La tos me fatigaba y me faltaba la respiración.
Fueron cinco meses en los que estuve enferma pero pude salir de ello. Pero los doctores me dijeron que era propensa a qué regresara y esperaba que no.
Mire en mi tocador izquierda cuando escuché a mi celular vibrar.
Lo tome y mire el mensaje del número desconocido.
*Encontré a tu mamá*
Mi corazón empezó latir muy rápido, sentí mis ojos arde y esa sensación de dolor en la nariz cuando vas a llorar.
Sentí una desesperación horrible y solté un sollozo.
Mi mamá
—Te encontré, dije que lo iba hacer.
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El Secreto De Alicia
RandomNada es lo que parece. Alicia sabía que no todo era color de rosa. Ella lo sabía. La maldad pura abundaba en todo su cuerpo aunque ella no lo demostraba, estaba rota, nadie podría arreglarla. O eso creía ella. Alicia había vivido una verdadera histo...