- ¡Aaahhh!.- cada grito que salía por mi garganta, causaba un fuerte ardor.
- Número siguiente. 5.- ordenó Araya a unos metros de mí, juntó a la torre de control.
Trataba de controlarme pero, con el aumento de electricidad no pude retenerme más, así que deje la transformación fluyera por si sola.
Sentir como pasaba cada onda por mí cuerpo era muy duro.
Comenzaba a hacer daño con los colmillos, ya que los apretaba fuertemente en busca de disminuir aunque fuera un poco el dolor, mis manos y pies encadenados me impedían mucho el movimiento.
Las gotas de sudor se deslizaban por mi cara hasta llegar al suelo.
Una vez que el dolor disminuyó, afloje mi quijada para poder abrir mi boca y jalar bocanadas más grandes de aire, dejando escapar algunas gotas de sangre para así mezclarse con el sudor que se encontraba en el piso.
- ¡Suficiente! ¡A 10! ¡Ahora!.- esas fueron las últimas palabras que escuche antes de dejar salir un brutal rugido, acompañado de la fuerza suficiente para romper las cadenas que me mantenían quieta, pero al instante de mi vista desapareció la imagen de la aquella habitación para comenzar a verme a mi meses atrás.
- Pero mira Lea, es hermosa, se parece tanto a ti.- decía mi madre con aquella sonrisa que contenía felicidad y cariño puro.
- Definitivamente es una mini Lea.- agregó Will quien acababa de llegar, a la bienvenida de su sobrina.
- O que mala soy, toma hija.- sonrió entregandomela - Conoce a tu pequeña.
Era tan hermosa, su piel rosita, cabello castaño, una nariz respingada, grandes pestañas, una mejillas dignas para apretujar a toda hora.
- ¿Ya haz pensado un nombre?, Nancy es hermoso, recuerda.- pregunto will.
- N-no le pondré e-se feo nombre, Will.- regañe - Se lla-mara Adeline
- ¡Que hermoso nombre!- agregó mi madre con emoción pura.- El parto te dejo muy cansada mi pequeña, nos encargaremos de tu hija en lo que tu descansas.
_***_
Un llanto provenía de lo lejos, era casi inaudible, pero hizo que me levantara de golpe, aquella noche, pero fui obligada a volver a dormir después de ser calmada por las palabras de una integrante de la manada, diciendo que todo estaba bien, que mí hija permanecía en el cunero justo en la habitación.
_***_
-¡Nooo! ¡Nooo! ¡Mi hija! ¡Regresenla! ¡Como pudiste dejarla sola!- gruñía desesperada, mi niña no estaba, mi bebé.
Nadie me informaba que había pasado, solo decía que de un momento desapareció y que lo más seguro es que la hubieran llevado.
Fueron semanas de búsqueda sin resultado.
La desesperación de que alejen un pequeño ser que comienza a vivir de tu lado.
Tuve que soportar la perdida de mi hija, y la inconformidad de quien la había alejado de mi lado estuviera suelto.
A mi vista regreso la imagen de aquella habitación, desesperaba tomaba aire y dejaba que las lágrimas brotarán. No podía creerlo, no podía ser verdad.
- ¿¡Quién la tenía!? .- gritó La calavera.
- Da-Daniel.
(...)
- Scott, ¿No podemos adelantar el plan?
- No podemos suspender esta materia, Stiles.- respondió el moreno - Sé que te preocupa, pero debemos tener algo de fe.
-¿Y si ya está muerta? ¿Si llegamos tardé?
- ¡Stiles!- gritó - Deja de pensar eso, y estudia o suspenderás la clase.
Las pisadas de un tacones se acercaban a la biblioteca, a continuación las puertas de abrieron mostrando a una cansada Lydia.
- Chicos algo no va bien.- informó la pelirroja con total cara de preocupación.
- ¿A qué te refieres? ¿Sientes la necesidad de gritar?- interrogó el humano.
- No. Esto es distinto. Es, es como si algo malo está por venir. Pero es tan complicado.- respondió la pelirroja algo confusa.
- Esta bien, Lyds. Tranquilízate, todo estar bien.- intento tranquilizar el castaño.
-Andando o se nos hará tarde para la siguiente prueba.- hablo el verdadero alfa.
Caminaron por los pasillos, en busca del salón indicado, ingresaron y presentaron la famosa prueba final, dejando por fin terminados aquellos exámenes, para por fin comenzar la búsqueda de Lea.
Al salir de aquel lugar con olor a estrés y desesperación por todas partes, llamados instituto.
-¿Lydia? ¿A dónde vas? El jeep esta por acá.- pero lo mencionado fue ignorado, pues la pelirroja seguía caminando, dirigiéndose hacia bosque, con la vista perdida.
Ambos amigos intercambiaron miradas preguntándose qué era lo que le pasaba a la pelirroja, pero al notar que esta se alejaba más y más adentrándose en el bosque, corrieron tras ella siguiéndola unos pasos atrás.
- Oh, no.-soltó el hombre lobo quien consiguió captar el olor a sangre.
Al levantar la vista, sus ojos examinaron la escena que se les presentaba. Un cuerpo sin señales de vida a causa del desangrado por profundos cortés en abdomen, cuello y brazos.
Lydia quien recobró el sentido, vio asustada aquel cuerpo y soltó un grito, tan característicos de la banshee.
- ¡AAAHHHHHHHHH!
Scott y Stiles cubrieron sus oídos, al instante.
- Es-esto es-ta por comenzar.- susurró la pelirroja derramando lágrimas, al terminar el grito.
(...)
Día tras día se presentaba un cuerpo, de los cuales 3 fueron encontrados por Lydia, los sobrantes por Liam y Isaac. El total ya era de 6, todos con las mismas marcas de garras, muriendo de la misma forma.
No encontraron ni rastro, ni aroma, que proporcionara algunas pistas del causante.
En cuanto la búsqueda de Lea, por el momento fue puesta de lado, a partir del hallazgo del tercer cuerpo.
Sin embargo Scott y Stiles fueron a buscarla a Nuevo México, donde pensaron que tenían grandes expectativas de encontrar a los calaveras, pero se llevaron una gran sorpresa al no encontrar rastro de ellos, ni un olor resiente.
- Tenemos que encontrar a Lea.- insistió Stiles - Entiendo que debamos cuidar Beacon Hills, pero tal vez su ayuda sea mejor. Puede que lo que se nos presenta sea una gran bestia y ....
- ¡STILES!.- gruño Scott - Necesitamos cuidarnos, cuidar a nuestros padres, a cada persona inocente y evitar muertes. Lea puede esperar.
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Manada
WerewolfA la manada no se la habían presentado problemas, parecía que al fin se había creado un equilibrio algo pacífico para estos amigos sobrenaturales, dándoles así un momento de relajación para disfrutar momentos juntos. Pero estamos hablando de Beacon...