WASTED

Capítulo 24

— Listo — dije a Jos
  — Bien — se paró de su silla — toma mi mano — tendió su mano hacia mí — huyamos  de este mundo hostil
  — Este... Jos este... — mis mejillas comenzaban a ruborizarse
  — ¿Quieres morir de Cancer de oídos? – dijo Jos con su mano aún tendida hacia mí
  — No
  — Entonces toma mi mano — tomé su mano y me paré de mi asiento — y se te ve muy bien el rojo
¿Cómo que el rojo?, no llevaba nada rojo... Ohhh, ya, mis mejillas, pero bueno, creo que después de que Jos dijo esto se pusieron aún más rojas.

     Caminamos un rato por el jardín de la tía de Jos, ¡era gigantesco! Casi podría entrar en la categoría de "bosque pequeño". No sabía a dónde me llevaba Jos, pero con tal de no escuchar cantar a todos los miembros de su familia y de que no me pusieran a cantar a mí, prefería irme de ahí.

  — Jos, exactamente ¿a dónde vamos? — dije detrás de Jos
  — Ya te dije "huimos del mundo hostil"
  — Pero ¿a dónde huimos?
  — Lo verás cuando lleguemos
  Caminamos otro rato y llegamos a una especie de área de juegos infantiles
  — Listo — dijo soltando mi mano cuando llegamos
  — Ok, tengo varias preguntas sobre esto
  — Adelante – dijo Jos sentándose en un caballito
  — Primera — me senté en el caballito que estaba frente a Jos — ¿qué hacemos aquí? Aparte de alejarnos del mundo hostil
  — Bueno pues, es el lugar más tranquilo de aquí supongo, bueno, está el baño pero temo que ir allá los dos sería algo incómodo
Reí
  — Bien, segunda, si esto es un área de juegos infantiles ¿por qué no hay niños?, quiero decir, ¿es uno de esos parques de juegos abandonados y malditos o algo así?
  — No, en realidad, no hay niños, verás, Matt y yo somos los más pequeños de la familia, aunque suene extraño, hace años él y yo jugábamos aquí, después él creció y sólo yo jugaba y ahora, me gusta venir cada convivencia familiar, todo esto me trae — comenzó a mirar su alrededor — buenos recuerdo
  — Osea que... ¿Éste es tu lugar especial?
  — Digamos que sí, ¿cuál es el tuyo?
  — Mmm, no tengo ninguno en específico, digamos que casi no salía de casa cuando era pequeña
  — No se necesita ser pequeño para encontrar tu lugar especial, puedes encontrarlo en cualquier momento, es ese lugar que te transmite paz, calidez, que cuando pienses en él sientas que estás en casa
  — Pues... Ahora, gracias a tus consejos encontraré
Jos me miraba a los ojos, esos claros ojos color avellana rodeados de esa inmensas pestañas penetraban en lo más adentro de mi mente, eran hipnóticos aquellos ojos debajo de esos lentes muy bien limpiados.
Sin darme cuenta cada vez me acercaba más a él, hasta que finalmente reaccioné ante la situación.
  — Jos — me alejé de él y me paré de el caballito — creo que Harper debe de estar buscándome así que, creo que será mejor que regrese
— Ok, te acompaño — se paró de su caballito de igual manera
  — No, no es necesario, estoy bien puedo regresar sola
  —  Sé que puedes hacerlo pero yo no tengo a que quedarme aquí así que también, me marcho
  — Bien, vamos