Los hermanos llegaron al castillo, se les acerco el Capitán al mando hacia ellos.
- Hola jóvenes.
- Hola Capitán Pierre - dijeron ambos al unísono.
- Escarlet usted pasará el día conmigo, así la pondré a prueba con distintos ejercicios.
- Sí, señor.
- Y usted subgeneral Dash, pasará el día con sus compañeros haciendo sus actividades cotidianas. ¿Entendido?
-Sí, señor- respondieron.
En ese instante, Dash se dirigió donde estaban sus compañeros, mientras que Escarlet escuchaba las indicaciones de Pierre.
- Señorita, le voy a explicar cómo la voy a evaluar - La pelirroja escuchaba con mucha atención.
- Van a ser un total de 5 o 7 pruebas dependiendo como sea su desempeño, estas se dividirán por día, es decir, el primer día será una prueba y el segundo será otra y así sucesivamente, ¿comprende?
La muchacha asintió con su cabeza.
- Bien, como decía, las pruebas no van a ser un ejercicio sino una serie de estos, los cuales serán los que realizan sus compañeros.
- Entonces, ¿cada día tendré el mismo entrenamiento que un cadete?
- Exacto, y si realizas de manera correcta el entrenamiento, subirás un puesto, pero luego de cada día tendrás que pelear con 5 compañeros para saber si estas capacitada para obtener dicho ascenso, ¿Entendiste?
- Sí, señor.
- Entonces empecemos, ve allá con aquel grupo y yo te veré a la distancia.
La joven afirmó con la cabeza y se dirigió muy decidida hacia su nuevo grupo de compañeros. Todos la miraban con asombro, ya que era la primera mujer que veían en el ejército.
- Hola linda, ¿cómo llegaste hasta aquí? -se le acercó un cadete intentando coquetearle, pero ella lo asesino con la mirada y con un tono serio le respondió.
- No es de tu incumbencia.
La muchacha le dio la espalda golpeándolo en el rostro con su cabello, Pierre que miraba desde lo lejos, le causo gracia la situación pero a Dash, que también estaba observando, sintió algo de preocupación ya que su hermana se estaba metiendo en un aprieto y no estaban en el bar de siempre, esto ya era el ejército y podía salir lastimada. La miro con un poco de tristeza porque si algo sucedía, él no podría protegerla.
-Subgeneral Dash - grito un oficial - Es su turno.
El joven se vio distraído de sus pensamientos y continuó con su entrenamiento de combate. La pelea fue corta pero dura aunque terminó con un empate, el muchacho se dirigió a la fila esperando el próximo combate. Mientras tanto, Escarlet aprendió distintos tipos de técnicas, las cuales, ya había practicado a lo largo de su vida en la calle y no le resultó difícil sorprender a Pierre.
El día fue agotador para ambos pero superaron las pruebas del día. Cuando se dirigían a la puerta para volver a casa, el capitán llamo a la joven para hablar. La felicitó por tener un gran desempeño durante el día. Cuando la conversación cesó, Dash ya había empezado su camino para volver.
Escarlet pensaba volver rápido para alcanzar a su hermano pero, justo en ese momento, el mismo chico con el que se había tropezado el día anterior se le acercó.
- Buenas tardes, señorita, ¿qué hace una joven como usted aquí a estas horas de la noche?
- Perdone, pero no hablo con extraños.
- Pero usted y yo ya nos conocimos.
- Mire, le agradezco que me haya ayudado ayer, pero el simple hecho de que no sepa su nombre lo hace un desconocido para mí.
- Bueno entonces se lo diré, mi nombre es Paris.
El joven se le quedó mirando esperando que aquella hermosa chica le respondiera con su nombre pero ella no habló.
- ¿Cuál es el suyo señorita?
- No tengo intención de responder a su pregunta caballero, y si no le importa, me retiro - Dijo Escarlet dando la vuelta para retirarse, pero el muchacho no tenía intención de dejarla marchar, no de nuevo, y le tomó el brazo.
-Si, me importa que se vaya señorita, creo que es algo descortés que yo me presente y usted no.
- Perdone, pero nunca lo obligue a que me diga su nombre y se está haciendo tarde, me tengo que ir.
- Esta bien, pero seguiremos la charla otro día. Perdone mi atrevimiento pero, ¿me permitiría un beso de despedida?
Escarlet atónita por la pregunta no sabía cómo reaccionar, Paris no dudo un minuto para utilizar aquel shock de la muchacha para tomar su brazo nuevamente, acercar a aquella chica de cabello rojizos a su cuerpo y darle un tierno beso sobre la piel de porcelana de su mano. Luego de ese beso, Escarlet enrojeció de golpe, cosa de la que Paris rió, entonces después de haber cumplido su objetivo, se dió media vuelta y se alejó por el camino casi desdibujado dejando a la joven parada sin saber qué hacer ante tal escena.
Cuando volvía a casa Escarlet revivió una y otra vez aquel recuerdo sin entender muy bien que le sucedía, ¿sería amor?
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Hola!!! Gracias por leer, ya vamos por las 87 lecturas en dos días, encerio muchisimas gracias!!
Bueno este cap. es un poco más interesante.
Voten, comenten y Kisses para ustedes