Era un día de verano, el sol se asomaba a través del horizonte, hacía mucho calor en aquella zona donde vivía. El joven heredero de la familia Rousseau llamado Nathaniel, quien no sabía que este iba a ser el día más lindo en toda su vida, pero con un futuro más triste.
Iba caminando por la calle cuando se encontró con una joven rubia de unos 16 años, media alrededor de 1,70 cm y ojos grises llenos de lágrimas.
- ¿Que la a sucedió madame? - dijo el entregándole un pañuelo.
-No es nada, muchas gracias - utilizo el pañuelo para secar sus lágrimas.
- Discúlpeme señorita pero no parece que le pasara nada, estaba llorando y uso mi pañuelo para secar sus lágrimas.
- Perdone caballero pero usted no es quien para pedirme explicaciones.
- Me preocupo por usted y, ¿así me da las gracias? - se dio media vuelta y se fue. La joven se quedó observando el pañuelo y se dispuso a tomar al joven por atrás.
- Perdóneme, es que no he tenido un buen día, muchas gracias joven Rousseau.
- ¿Cómo sabe mi apellido?
- Estaba escrito en el pañuelo, me despido - la muchacha saludo con la mano, se dio media vuelta y se fue luego de darle el pañuelo a Nathaniel.
- Dígame Nathaniel.
- Lucy, pero puede decirme Lu - la joven le regalo una sonrisa tan hermosa y cálida que logro dejar al muchacho tan colorado como un solsticio de verano.
- Bueno Lu - dijo con tono burlón - ¿Quisiera usted tomar un café conmigo?
- Por supuesto Nathaniel.
Fueron juntos hacia un bar que estaba cerca, Lucy explico con detalla todo lo sucedido aquel día tan duro de su vida.
- Entonces llegaron y se quedaron con todo lo que tenía, como vivo sola no puede defenderme y solo hui.
- Señorita, ¿no quiere que valla para recuperar su casa y sus cosas?
- ¡No!, no lo podría aceptar.
- Entonces déjeme que la invite a vivir conmigo hasta que pueda mantenerse.
- Es mucho pedir.
- Bueno puede trabajar a cambio de techo y comida, necesitamos una cocinera.
- Esta bien, trato echo - la propuesta de aquel joven era peligrosa pero ella por alguna razón sabía que en él podía confiar ciegamente.
Se dirigieron al hogar del muchacho y vivieron juntos 3 meses, los cuales inundaron aquella casa solitaria y oscura de sonrisas, de recuerdos, de secretos y de cariño.
- Nathaniel, tu nombre es muy largo, ¿te puedo poner un apodo?
- Depende cual
- Mmmm... ¿Nat?, es mucho más corto y fácil de pronunciar.
- Si, me gusta, eres la única persona que permití que me ponga un apodo pero es un secreto - dijo con una pequeña sonrisa pícara.
- Entonces será nuestro secreto Nat.
Esa noche juraron bajo la luna con el menique aquella promesa. Dos meses más tarde Nat intento entrar en la antigua casa de Lucy para buscar sus objetos. Pero al ingresar solo logro sacar un pañuelo, un perfume y una gran paliza de los hombres que allí vivían ahora, a cambio de este valiente acto. Cuando llego a la casa Lu lo vio y pego un grito.
- ¿Qué te paso Nat? - dijo algo agitada
- Nada, estoy bien.
- No me mientas, casi ni puedes caminar, ven acuéstate en tu cama así puedo curarte.
Ella lo ayudo a recostarse en su cama y lo empezó a sanar sus heridas.
- Lucy, ¿me haces un favor?
- Si, dime
- Me traes mi mochila.
La joven se levantó del piso, tomo la mochila y se la dio a Nat, quien saco el pañuelo y el perfume.
- Nat, eso estaba en mi casa.
- Si, lo fui a buscar
- ¿Estás loco?, esos hombres te pudieron haber matado.
- No me importa, no podía permitir que se queden con tus cosas
- Eres un idiota - y una lágrima resbalo por la mejilla de la muchacha.
- Lucy - dijo tomando su suave rostro - ¿sabes por qué hice todo esto?
- ¿Porque estás loco?
- Si, loco por ti, durante estos meses me di cuenta de que te amo y que no puedo vivir sin ti a mi lado Lucy.
- Nat, yo... - el joven le coloco un dedo en los labios.
- Espera, déjame terminar, y como no puedo vivir sin ti - se paró y se arrodillo delante la joven con un poco de dificultad sacando una cajita - Lucy Alliet, ¿me harías el hombre más feliz del mundo casándote conmigo?
Los ojos de aquella chica se llenaron de lágrimas y una gran sonrisa se dibujó en su cara.
- Si Nat, me encantaría ser tu esposa - la muchacha abrazo a su amado y se dieron un beso para sellar aquel compromiso.
Un año después ya casados tuvieron un hijo al cual llamaron Dash, esa época fue la más linda de sus vidas. Aunque todo tiempo hermoso se transforma en tormenta, 5 años después Lucy enfermó muy gravemente.
- Nat, ¿podemos hablar?
- Si mi amor, ¿qué sucede?
- Amor, no me queda mucho tiempo.
- No me digas eso que se rompe el corazón.
- Nat, te amo, aquí le escribí una carta Dash para cuando llegue a la edad de casarse, quiero que me cumplas la promesa de que él se va a casar con una persona que ame como hicimos tú y yo.
- Dalo por hacho, Lucy - tomo el rostro de su amada y la miro fijo a los ojos - te amo y ya sé que te lo dije mil veces pero es lo que siento, juro que no va a haber alguien más que me haga sentir lo mismo que tú. Provocas que quiera dar mi vida por verte sonreír, te voy a extrañar todo los días de mi vida hasta que muera pero cuidare de Dash, también hare de este lugar mi oficina para estar aquí todo el tiempo. Todas las noches desde esa ventana te diré lo mucho que te amo y que te extraño hasta que pueda volver a verte. Lo prometo
Se miraron a los ojos y se dieron su último beso, fue el más lindo y triste que se dieron. Nat se quedó toda la noche tomando su mano hasta que dio su último exhalo, al despertar y verla muerta le dio un pequeño beso en su frente y le dijo.
- Descansa mi amor.
Quince años después Nathaniel nunca rompió su promesa, todas las noches, va hacia la ventana y le habla a su esposa ya difunta deseando volver a verla.
............................................
Hola, perdon por no subir cap. Este es uno especial, donde se ve el amor de los padres de Dash.
Espero que les guste.
Se lo dedico a mis padres, no por el hecho de que sea una historia triste, sino porque cada palabra esta impregnada de amor y eso es lo que quiero transmitirles.
Voten, comenten y kisses para ustedes.