Escarlet miraba a su hermano algo atónita e intrigada.
- Con papá estuvimos hablando y cree que ya es hora de que busque una esposa pero quiero saber que piensa mi pequeña hermana sobre el tema.
- Dash yo creo que te tenes que casar pero no con cualquiera, con la persona que ames y que te merezca sino no la voy a aceptar como tu esposa.
- Voy a buscar bien, no te preocupes.
Siguieron hablando alrededor de una hora, luego se dirigieron cada uno a su habitación, Escarlet aprovecho la ocasión para dedicarse a escribir su diario, mientras tanto Dash solo ser recostó en su cómoda cama para dormir. Más tarde cuando la joven terminó su tarea, se quedó profundamente dormida.
Ese día transcurrió como cualquier otro, la única diferencia fue que Escarlet entreno con un grupo diferente al de los días anteriores, el cual tenía técnicas de combate muy distintas a las conocidas por la joven.
- Por favor Rouge enséñame a usar dos espadas a la perfección - dijo la muchacha a su nuevo compañero.
- Yo no tengo problema de hacerlo pero vas a tener que quedarte 3 días al menos en este grupo para que pueda enseñártela.
- Esta bien esta tarde hablare con Pierre pero mientras tanto, ¿me puedes enseñar un poco?
- Okey, okey, muéstrame lo que sabes hacer.
Escarlet se colocó en posición, empuño sus dos espadas y demostró de lo que era capaz.
- Lo cierto es Escarlet, tenes la fuerza y el impulso perfecto, solo falla tu técnica. Empuña la espada en tu mano izquierda con más fuerza sino se te caerá.
- ¿Así?
- No, así.
Rouge era un muchacho casi de la misma estatura que Escarlet, fornido, con brazos absolutamente marcados a causa de su entrenamiento, debería tener alrededor de unos 18 años, cabello rubio y ojos completamente verdes. Él se acercó a la joven y se colocó detrás de ella marcándole su posición, la joven no se alteró, aunque pensó en que pasaría si en vez de ser Rouge fuera Paris aquel muchacho.
- ¿En qué estás pensando?
- Nada importante
- No estarás pensando en que soy atractivo o ¿si?
- Sí, justamente me estaba deleitando con su figura messie Rouge - dijo en un tono burlón, iba a responderle de forma grosera pero la estaba ayudando.
- Ya lo creo pero déjeme decir que usted me resulta más atractiva joven Escarlet - y le guiño un ojo, ella se sonrojo y dirigió su mirada hacia otro lado.
- ¿Podemos seguir con el entrenamiento?
- Si, si, bueno usted usa la espada con la mano derecha de una manera espectacular pero con la izquierda solo puede generar un solo golpe. Hagamos esto, no pelee con ambas solo con la de la izquierda y no pararemos hasta que me gane.
- Pero... no creo que pueda.
- Basta de charla y que empiece la pelea.
Rouge peleo con su espada en la mano izquierda y le fue sencillo pero para Escarlet fue lo más difícil del mundo. Después de 6 horas de combate logro sacarle su espada de la mano lo cual fue un gran avance.
El día termino y a la joven le dolía muchísimo su brazo, lo bueno fue que los oficiales les daban dos días de descanso por su buen rendimiento. Como siempre Dash se fue primero a casa mientras que la muchacha se quedó hablando con Pierre.
- Señor, quisiera pedirle un favor - dijo la joven haciendo una reverencia.
- La escucho -dijo con tono serio.
- Quería saber si puedo quedarme en el grupo que estoy por tres días más.
- Tres días es mucho, le permitiré uno y no hay más discusión.
-Gracias capitán- dijo con una sonrisa pícara, aunque no logro lo que quería al 100% era bueno que la dejara un día más.
- La veré en dos días señorita.
- Adiós oficial.
Escarlet se estaba por ir pero quiso esperar por si aparecía Paris. Estuvo parada por unos minutos pero el no llego, con un poco de tristeza se marchó a su casa y cuando entro Dash la esperaba con la misma sonrisa que el día anterior.
- ¿Y?, ¿lo viste?
- Hoy tampoco vino - respondió cabizbaja.
- Bueno ya va a venir pero si te ve tan cerca como estuviste hoy con Rouge se va a poner celoso.
- Jaja, tonto, Rouge no es nada mío. Me voy a mi cuarto.
- Si me necesitas voy a estar en el despacho de papá, quiere discutir unos asuntos sobre mi futura esposa.
- Suerte con eso.
- Gracias.
Escarlet se recostó en su cama un instante pero después fue hacia al patio para entrenar con su brazo izquierdo. Mientras tanto Dash estaba hablando con su padre.
- Permiso.
-Pasa - El muchacho algo temeroso entro en el cuarto - Ah, eres tú Dash, ¿pensaste lo del compromiso?
- Si, padre perdón pero no estoy listo para casarme - dijo muy nervioso y con la vos temblorosa
- Está bien, supongo que no tuviste la misma suerte que yo - respondió con una sonrisa en su rostro mientras observaba un foto de la madre de Dash.
- La extrañas, ¿verdad?
- Si, cada día sin ella ya no es igual de brillante, ya la extrañaba cuando se iba de viaje por dos días, imagínate ahora, las horas parecen siglos. Muchas veces busque el amor en otro lugar pero nadie logro hacerme sentir lo mismo que ella, nadie me pudo entender como ella, a nadie voy a poder amar como a ella. Sé que si pudiera volver a verla al menos unos segundos daría mi vida, porque ella fue, es y siempre será mi mundo - y así comenzó a llorar.
- Nos tiene a mí y a Escarlet para que no te sientas tan solo.
- Lo sé, pero pronto tú y ella crecerán y ya no necesitaran de mí.
- Siempre te vamos a necesitar - dijo Dash dándole un abrazo a su padre - pero admito que yo también la extraño fue la mejor madre que pudo existir, su único error fue irse mucho antes que nosotros.
- ¿Recuerdas cuando eras un niño y ella por las noches te cantaba su canción?
- Si, nunca escuche una vos tan linda como la de ella. Perdona papá ya es tarde me tengo que ir a dormir.
- Adiós hijo - dijo dándole un beso en la cabeza como cuando era niño.
- Adiós, te quiero.
- Yo también.
Cuando salió de aquel despacho, su padre se asomó por la ventana que esteba en su oficina y dijo mirando al cielo.
- Amor, te extraño como no tienes idea, no sabes lo que me encantaría tenerte aquí y darte un beso por última vez. Sé que han pasado ya 15 años pero nunca voy a dejar de amarte.
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Vamos conociendo un poco más del pasado de los personajes. Espero que les esté gustando.
Voten, comenten y kisses para ustedes.
