Capitulo 14

1.6K 92 4
                                    

Cuando abro los ojos, la luz del sol entra por la ventana obligándome a cerrarlos de nuevo hasta acostumbrerme a ella.
Unos fuertes brazos rodean mi cintura y cuando levanto la cabeza me encuentro con Peeta que me mira regalándome una de sus hermosas sonrisas.

Me besa la coronilla y luego dice:
-No has tenido pesadillas.

-No he tenido pesadillas-confirmo-. ¿Y tu?

-Tampoco. Se me había olvidado lo que es dormir de verdad.

Nos quedamos tumbados un rato sin prisa por empezar el día. Mañana por la noche será la entrevista televisada, Peeta y yo creíamos que Haymitch y Effie nos prepararían, es por eso que nos sorprende recibir una nota de la mujer diciendo que creen que sabremos manejarnos solos en público. Las sesiones de entrenamiento se han cancelado para nosotros.

-¿De verdad?-pregunta Peeta, quitándome la nota de las manos para examinarla-. ¿Sabes lo que significa? Tenemos todo el día para nosotros.

-Que pena que no podamos ir a ninguna parte-comento, melancólica.

-¿Quien dice que no?

El tejado. Pedimos un montón de comida, nos llevamos mantas y subimos al tejado a hacer un picnic. Comemos, nos tumbamos al sol, práctico nudos, tejo redes, jugamos e incluso Peeta me dibuja.

Nadie nos molesta. A ultima hora de la tarde, tumbada con la cabeza en el regazo de Peeta, hago una corona de flores mientras el acaricia mi vientre, en la que nuestro bebe se ha movido un par de veces por el contacto de su padre.
De repente Peeta se queda quieto.

-¿Que?-pregunto.

-Ojala pudiera congelar este momento, ahora mismo aquí mismo y vivir en el para siempre.

Poco a poco comienzo a cerrar los párpados hasta caer en un profundo sueño. Al rato Peeta me despierta para ver la puesta del sol.

-Me pareció que no querrías perdertela-dice.

-Gracias-respondo, porque puedo contar con los dedos de la mano el número de puestas de sol que me quedan, y no quiero perderme ninguna. De repente siento que mi bebe me patea muy fuerte tanto que provoca que de pequeños retorcijones de dolor.

-¿Que te sucede?-. Me pregunta Peeta al ver cierta expresión de dolor en mi rostro.

-Nada, es solo que el bebe esta pateando muy fuerte.

-Creó que no quiere perderse la puesta del sol-me contesta sonriendo. Se inclina y posa su mano en mi vientre como siempre lo hace, me lavanta la camiseta y frota mi vientre. Sonrió porque estoy muy feliz en este instante, podría decirse que es uno de los mejores momentos de toda mi vida.

Nos quedamos en el tejado hasta la hora de dormir y después bajamos en silencio a mi cuarto sin encontrarnos con nadie. A la mañana siguiente nos despierta mi equipo de preparación. Vernos a Peeta y a mi durmiendo juntos es demasiado para Octavia, porque rompe a llorar de inmediato.

Peeta tiene que volver a su cuarto para la preparación y yo me quedo sola con Venia y Flavius. Paso toda la mañana y la noche preparando para las entrevistas, mi equipo de preparación no dice nada están muy callados y puedo notar la tristeza de sus miradas. Tanto silencio no me favorece. Me hace pensar en muchas cosas, en mi familia, mi madre, Prim de la que no pude despedirme y a quien jamas volveré a ver en persona, Gale y cada momento que viví con el tanto bueno como malo desde que nos conocimos hasta cuando el me beso por primera vez...recuerdo a Madge quien fue prácticamente mi única amiga...y también recuerdo a mi bebe cuando me entere que estaba embarazada, el terror y el pánico de ver crecer mi vientre, cuando se lo dije a Peeta...Peeta cuanto lo extrañare tambien, ni siquiera puedo decirle lo que pienso porque creo que se moriría de tan solo saber que pienso acabar con mi vida y la de nuestro bebe para salvarlo, cuanto lo siento.

Embarazada En El VasallajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora