ASÍ EMPIEZA LA HISTORIA

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Rodrigo Díaz de Vivar era un valiente caballero, fiel servidor del rey Alfonso de Castilla. Éste confiaba tanto en él que le mandó ir a cobrar los impuestos que les pagaba el rey moro de Sevilla. Así lo hizo el buen caballero, al que los moros llamaban《Mio Cid》, que quiere decir 'mi señor', porque lo respetaban y lo tenían. Pero otros caballeros castellanos, envidiosos de que el rey confiara tanto en él, dijeron que se había quedado parte del dinero cobrado al rey moro.
El rey Alfonso creyó que era verdad lo que le decían los malos servidores y mandó salir al Cid de sus tierras antes de que pasaran nueve días.
Cuenta la historia que el Cid llamó a todos sus amigos, parientes y vasallos y les dijo que, como el rey le habia desterrado, tenía que irse inmediatamente de sus tierras. Si querian acompañarle, debian dejarlo todo. Pero si preferían quedarse, a él le parecería bien.
Entonces su sobrino Álvar Fáñez le dijo:
-Todos iremos con vos, Cid a todas partes. Siempre os serviremos como fieles amigos y sería.
Y los demás dijeron que así sería.
¡Cuánto se lo agradeció el buen Cid!
Enseguida fue a recoger sus cosas y salió de Vivar con sus amigos, camino de Burgos.

El CidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora