Cinta 6; cara A

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Cinta 6: cara A

Hay que llorar mucho para que se te lleguen a acabar las lágrimas. He llegado a ese punto.

Una mujer en un traje de oficina sale corriendo desde un edificio, su cabello desordenado en su moño. No nos da -o al memorial- una segunda mirada. Es Hannah Asher, se ve pálida y cansada. Ahora que lo pienso, así es como ha lucido los últimos cuatro o cinco días, probablemente desde que recibió las cintas.

¿Quién más está en estas cintas? ¿Qué tan malo puede llegar a ser?

Liam nota la pulsera y la gira para leer la descripción -no es una pulsera femenina, pero no es muy masculina exactamente- y resopla mientras lo lee.

—Excepto que no se tomó el tiempo para crear buenos recuerdos. —Liam dice con ironía— Dejó unos dolorosos.

—Sin embargo, le herimos. Bastante mal.

Liam levanta la vista para mirar a la señorita Asher abrir su auto.

—Al parecer, Zayn atravesó su vidrio con una piedra. —dice inexpresivamente. Cierra los ojos e inclina la cabeza hacia atrás, su piel se ve amarilla por la iluminación en la calle— Me di cuenta cuando encontré las cintas. Él se quedó conmigo. -Niall se quedó con él. Ahora yo estoy contigo. Es curioso que los secretos que Harry pensó que nos separarían, nos unieron.

No tengo que responder, pero entiendo lo que dice.

—Lo que no nos separa, nos hace más fuertes. —murmuro. La cabeza de Liam se endereza cuando mueve una pierna hacia adelante. Yo lo sigo— ¿Hacia dónde ahora?

—Unos departamentos a unos veinte minutos desde aquí. —se muerde los labios— Es una dura cinta.

Me río sin humor.

—¿No lo son todas?

Sorprendentemente, Liam sonríe.

—Sí, supongo.

No escucho la cinta mientras estoy en el auto. En vez de eso, Liam y yo discutimos el por qué, cómo, cuándo no nos dimos cuenta y cómo todo empezó desde The X Factor. Nos estacionamos frente a unos edificios. Liam hace una mueca hacia el McDonald's que está al final de la manzana, atrás de un hotel.

—Voy por comida. —dice.

No dice nada más, solo se detiene a mitad de camino hacia la puerta y me mira con cuidado.

—Me quedaré aquí, escuchando la cinta.

Liam asiente y me deja solo, en un auto, con un walkman amarillo, un libro de poesía y las últimas voces de mi mejor amigo muerto.

"Solo faltan tres más. No se den por vencidos conmigo ahora.

Lo siento, creo que eso es algo raro de escuchar. Porque... ¿No es eso lo que estoy haciendo? ¿Dándome por vencido?

Sí. De hecho, lo estoy. Y eso, más que nada, es lo que me lleva a hacer lo que estoy haciendo. No importa nada de lo que he dicho, no importa a quien le he hablado, todo se reduce a -todo termina en- mi. Bueno. Yo y otra persona. Pero no es su turno ahora, y cuando lo sea... Vas a entender mucho mejor esto qué te estoy diciendo."

Cierro mis ojos y me inclino hacia atrás. ¿Quién es la otra persona? ¿Está mal que espere que no sea yo?

Solo quedan tres cintas, incluyendo esta, y después de todo lo que ha dicho, esta parece ser finalmente la mía.

Si no lo es... ¿Cuándo voy a aparecer? ¿Cuándo voy a saber qué hice?

"Cosas malas les pasan a todas las personas. A veces, cosas buenas se transforman en cosas malas. Y cuando este tipo de cosas se quiebran, no hay nada que hacer que pueda curarlas.

Por trece razones (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora