Cinta 4: cara A
Continúo caminando.
Es extraño imaginarme a Harry con el pelo corto, aunque ya lo haya visto. Siempre pienso en Harry como el chico de los rulos rebeldes y la sonrisa pícara, al menos el Harry que yo imaginaba.
Saco la cinta y la cambio cuando la voz de Harry vuelve nuevamente a la historia de Zayn. Una vez ya fue suficiente -no quiero escucharla nunca más. Paro el walkman y lo meto en mi bolsillo. Hay una cafetería abierta en frente mío, milagrosamente abierta. Entro y me ordeno un café.
La chica del cajero no me reconoce -ni si quiera me mira. Tiene el cabello teñido de negro y muchos piercings, tatuajes y cicatrices, definitivamente no parece alguien que conociese a una banda juvenil.
—Café negro simple, por favor. —me encuentro pidiendo lo que Harry pediría, no lo que yo mismo haría.
—¿Descafeinado o normal?
—Normal. —pago rápidamente y voy a recibir el café. A diferencia de Harry, yo no puedo -y no quiero- beberlo negro, así que le echo algunas -muchas- cucharadas de azúcar y un chorrito de leche.
—¿Eres Louis Tomlinson? —dice la chica de pronto, apareciendo a mi lado para llenar la taza de leche. Mi garganta se seca -no puedo lidiar con una fan ahora— No te preocupes, no soy una fan, mi hermana pequeña tiene ocho años, y sinceramente estoy aburrida de escuchar las mismas canciones una y otra vez —ella sonríe, mostrándome un piercing en el labio— Harry solía venir aquí muy seguido. Buen chico, todos lo extrañamos bastante. Se entretenía mucho con las grabadoras y todo eso.
—¿Grabadoras… de cintas? —digo, luchando para encontrar mi voz. Espero que esto no sea lo que estoy pensando y que no sea ella la que tenga las cintas.
—Mhm. —ella apunta un estante al lado de la ventana— Al dueño le gusta incitar el uso de antiguas tecnologías. —rodea los ojos— Presta los grabadores de cintas para que ese tipo de tecnología no quede obsoleta. Harry solía venir muy seguido y escuchaba las cintas de otras personas. No creo que haya grabado una el mismo, de todos modos. Por cierto, soy Janet.
En ese momento, entra otro cliente y tose débilmente. Janet roda los ojos y deja el tazón con leche, que ahora esta lleno, en la mesita.
—Puedes ir a ver las cintas si quieres. No cerramos temprano, universitarios, ¿sabes?
Asiento y voy hacia las grabadoras, hay cinco diferentes. Cajas de zapatos llenas de cintas una al lado de la otra. La mitad de las cintas tienen etiquetas. La otra mitad, tienen iniciales y descripciones garabateadas al lado.
Escojo una cinta al azar y la meto al walkman. Luego presiono play.
Una voz de mujer, cantando una canción de cuna para un niño llorando, llega a mis oídos. Escucho hasta que el niño se calla, y escojo otra cinta.
Esta es sobre dos chicos discutiendo en la cafetería acerca de tareas de cálculo y hablando de Doctor Who -al de la voz grave parece no gustarle mucho Twelve. Escucho más o menos una docena de cintas, antes de toparme con una gran sorpresa -la voz de Harry, más ligera y despreocupada que en mis cintas.
“¡Hey! Es Harry Styles, no tengo idea de por qué estoy hablando esto, alguien va a encontrarlo y lo venderá por E-Bay o algo así. Pero quería decirles algo antes de que toda la prensa se entere: ¡Ganamos un Brit! Se supone que no debemos saber hasta la ceremonia, pero el tío Simon lo supo antes y nos dijo que preparáramos un discurso. Es raro, ¿cierto? Jamás creí que llegaríamos tan lejos…”
Su voz se desvanece y la cinta gira en silencio. La saco con mis temblorosas manos. Es un irritante recordatorio -no estoy aquí para escuchar cintas, estoy aquí para escuchar a Harry.
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Por trece razones (Larry Stylinson)
FanfictionNo puedes detener el futuro. No puedes retroceder el tiempo. El único truco para saber por qué, es apretando play... Louis Tomlinson no quiere nada con las cintas que ha grabado Harry Styles. Sus secretos deberían haber sido enterrados junto a él. P...