— ¡Maestro! — gritaron todos en el gremio al ver a su querido Maestro caer desamayado súbitamente. Algunos corrieron a auxiliar al anciano mientras el resto formaban un corro a su alrededor.
— Vamos, muevanse. Déjenme pasar... — Laxus se acercó abriéndose paso entre la muchedumbre que rodeaba al Maestro y lo cargó en sus brazos para llevarlo al segundo piso, hasta la enfermería. Mira, Lucy y Wendy siguieron a Laxus.
— Muy bien, escuchen todos, no hay nada más que hacer que limpiar éste desorden — dijo Erza dirigiéndose a todos, tomando el liderazgo momentáneamente — Todos... ¡AHORA!
Temerosos y preocupados, el resto de miembros del gremio se pusieron a limpiar el desorden por orden de Erza. La pelirroja se quedo unos segundos al pie de la escalera, verificado que todos trabajarán para después subir ella también a la enfermería.
Al llegar a la enfermedad, Erza se encontró con Mira colocándo toallas mojadas sobre la frente al Maestro y las chicas y Laxus observando en silencio. Estaba tendido en una de las camillas de la enfermería bañado en sudor.
— ¿Como está? — preguntó Erza en voz baja.
— Esta muy mal...necesitamos traer a Porlyushka. Wendy, ¿Podrias ir a buscarla, porfavor? Y de paso dile a Gray que suba...necesitamos bajar esta fiebre... — Respondió Mira muy preocupada.
— Haii, Mira-san, enseguida. — Respondió la niña con seriedad y salió rápidamente de la enfermería.
— Tsssk... Anciano descuidado, no pudo decirle a nadie que estaba sintiéndose mal... — Se quejó Laxus con la espalda apoyada en la pared y los brazos cruzados sobre el pecho.
— Ya sabes como es... Fallamos también por no notarlo antes... — susurro Erza.
Un minuto después entró Gray a la enfermería, pegado a Natsu por la cabeza, haciendo gran estrépito. Parecía que en la guerra de comida, alguna sustancia se había vuelto pegajosa y ahora estaban unidos por el cabello.
— Tendrán que darse un baño para que eso salga — les dijo Erza luego de tocar con sus dedos y olfatear la cosa pegajosa que tenían en el pelo.
— Gray, necesitamos que bajes la temperatura del Maestro, tiene mucha fiebre.
— Aaah, eehh...claro Mira-chan... — El muchacho intentó caminar pero encontró resistencia al estar pegado s Natsu — Camina, cerebro de brasa...
— Te llamaban a ti, cubito de hielo...
— ¡Podrían callarse! — los amenazó Erza antes que empezarán a pelear. Un escalofrío recorrió la espalda de ambos y con algo de dificultad lograron colaborar entre ellos para que Gray pudiera acercar su mano a la frente del Maestro y soltar un poco de escarcha sobre los paños húmedos para enfriarlos más.
El Maestro se veía realmente muy mal.
Unos momentos después llegó Porlyushka, e hizo salir a todos de la enfermería, exceptuando a Mira. Estuvo examinando al Maestro por largo rato mientras todos esperaban afuera y luego de un largo rato, salió al pasillo. Le había dado unos jarabes para bajar la fiebre, le cambió los paños de la frente y le colocó otros sobre el cuerpo.
— El Maestro tiene gripe — dijo la anciana con tono serio al grupo que esperaba fuera de la y enfermería — pero no es una gripe cualquiera, es una gripe mágica.
— ¿Gripe mágica? — preguntaron todos al unísono.
— ¿Qué es eso Porlyushka-san? — preguntó Erza.
— Es un virus de la gripe que sólo afecta a magos ya que se alimenta de su poder mágico. Mientras más poder mágico tenga el mago, más fuertes serán las manifestaciones, porque el virus también se vuelve más fuerte y por tanto más magia será drenada.
— ¿El viejo está en peligro? — preguntó Natsu aún pegado a Gray.
— No lo sé, la gripe mágica al igual que la gripe común y corriente no es mortal o grave ya que casi siempre ocurre en niños magos que aún no tienen magia bien desarrollada — explicó la anciana — sin embargo cuando ocurre en adultos puede ser peligrosa ya que debilita mucho al mago que la padece. Me preocupa porque Makarov es muy viejo y con todo el trabajo que tiene aquí con ustedes... — Porlyushka guardó silencio observando con desdén las fachas en las que se encontraban los jóvenes. Sucios, pegajosos, golpeados y con las ropas rasgadas — ...Se irá poniendo peor cada día, necesitamos una medicina especial para combatir el virus.
— ¿Qué podemos hacer por él? — preguntó Lucy preocupada.
— Yo sé hacer un remedio para esto, sin embargo necesito una flor muy especial y rara y resulta que ya no tengo muestras de ella en mi bodega de especias. Alguien debe conseguirla rápido y traerla...
— Esto suena como una misión para el Equipo Natsu — dijo Natsu levantando un puño con emoción, pero en el moviento había jalado también a Gray y terminaron por darse un cabezazo — Ittee...
— ¡Haiiiii! — exclamaron Happy y Lucy con decisión.
— Adelante — dijo Gray en su tono serio habitual mientras se sobaba el lugar donde había chocado cabezas con Natsu.
— Vamos por esa flor — dijo Erza.
— Bien, entonces escuchen con atención — dijo la anciana amargada — La flor esta en la cumbre de una isla llamada Isla del Paraíso. Es una isla deshabitada, y sólo se hacen visitas y excursiones del día, por lo que estarán solos. No habrá gente en el lugar para ayudarles a encontrarla y quién sabe que tipo de bestias salvajes encuentren ahí. Deben ir preparados...Además, ésta flor llamada Floripundia, tiene curiosos efectos en las personas, efectos que varían con el mago que se expone a su polen. Es una flor grande, blanca con rayas rosadas. Deben traerla junto con el tallo o se secará antes de que regresen y perderíamos sus propiedades.
Porlyushka les dio las indicaciones pero parecia que sólo Erza y Lucy habían captado bien la información.
— ... que Mira les dé un mapa, deben salir cuanto antes, por el bien de Makarov.
— Sí, señora — exclamaron los jóvenes al mismo tiempo. Entonces bajaron todos, corriendo en tropel por el estrecho pasillo.
— ¡Natsu no empujes!
— ¡Estorbas, calzones de hielo!¡Muevete¡
— Estamos pegados, idiota escupe fuego, no es fácil avanzar contigo de equipaje...
— ¿Quieren callarse?
— Ara, ara...Cuando los chicos se retiraron, Porlyushka entró de nuevo a la enfermería y se sentó junto a la cama de Makarov.
— Tienes unos buenos hijos, viejo loco.
— Lo sé, anciana cascarrabias...lo sé — susurró Makarov débilmente. Sin abrir los ojos, esbozó una leve sonrisa y siguió durmiendo.
..............................
Temprano a la mañana siguiente y para disgusto de Natsu, los muchachos tomaron un tren y luego un barco para ir a la Isla Paraíso.
La brisa marina soplaba y hacia ondular sus cabellos mientras el grupo tomaba el sol en la cubierta del barco. Erza y Lucy se pusieron sus trajes de baño y aprovecharon a broncearse mientras Gray tomaba ventaja de la debilidad de Natsu al movimiento para meterse con él.
— Gray — le dijo Erza acomodando sus gafas de sol, recostada tranquilamente sobre una silla plegable — No molestes al pobre Natsu, ya la esta pasando bastante mal con el vaivén del barco.
— Pero Erza — decía Happy tapándose la boca con las patitas, luchando por contener la risa – Es muy divertido, ¡Tienes que verlo!
Gray y Happy se desternillaban de risa al ver que Natsu se deslizaba de un lado a otro sobre la cubierta del barco. Gray había creado una pista de hielo por toda la cubierta, sobre la cuál Natsu se deslizaba impulsado por el movimiento del barco, aumentando sus náuseas al movimiento y haciéndole que fuera imposible siquiera ponerse en pie.
— Me...l-las...v-vas...a...pagar...BUAAAAAHHH — Happy y Gray se tiraron al suelo del barco mientras reían a carcajadas cuando el pelirrosa trepó por un lado del borde del barco para vomitar fuera de éste.
— Mientras no interrumpan nuestro descanso — decía Lucy dando un sorbo a un vaso con una bebida helada — no importa lo que hagan con él, tan solo que se quede tranquilo.
— Aye — coincidió Erza, girando su cabeza hacia la rubia y chocando su bebida con la de Lucy.
ESTÁS LEYENDO
Atrapados en Paraiso
FanfictionEl Maestro ha caído enfermo y el equipo Natsu se van en búsqueda de una flor milagrosa que cure a su querido viejo. Pero todo se complica cuando se quedan varados en una isla y se ven obligados a convivir todos juntos por un fin de semana entero. Di...