Capítulo I; Bisexualidad.

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¿Saben lo difícil que es tener al dueño de tus fantasías en frente? ¿Ese que te provoca los más sucios y perversos pensamientos? Si lo han vivido, probablemente me entenderán, sino, déjenme decirles que no es un sentimiento muy agradable. Pero no creo que esta sea la mejor manera para iniciar esta historia, tal vez debería iniciar de otra manera, me estoy adelantando en los sucesos. De acuerdo, iniciemos de nuevo.

Era un día cualquiera entre semana, la fecha no importaba mucho, menos que el clima era tan nublado que hacía pensar que llovería en cualquier momento y hacía un frío que calaba hasta los huesos. Lo que realmente importaban eran mis sentimientos. Estaba muy confundido, acababa de salir de una reunión que tuve con un amigo mío del cual no pude sacar más que una buena tarde a su lado. Y no, esto no tiene nada que ver con confesiones ni nada de eso como seguramente estaban pensando. Y si no lo estaban pensando... ¡Ni se les ocurra pensarlo!

Todo comenzó en cuanto puse un pie en la universidad, en este momento tenía una preocupación que para mí en ese entonces era muy importante, pero ahora que lo recuerdo, era algo que rozaba totalmente el borde de la estupidez. Pero en ese entonces era algo que me agobiaba infinitamente, y debía lidiar con ello sin más. Tal vez ahora se preguntarán sobre qué era eso que me tenía en esas noches continuas de insomnio, o tal vez no, pero de cualquier manera lo diré, todo indicaba que estaba enamorado... de un hombre.

Pero me estoy volviendo a acelerar, tengo ganas de ir paso a paso y hacerme entender, porque ni yo mismo puedo entender mi dilema. Como decía anteriormente, todo inició apenas puse un pie en el campus, era grande, lleno de árboles verdes tal cual sólo Marzo podría hacer. El aire era fresco y me sentía una persona feliz. ¡Al fin había entrado! Había llegado con muchas expectativas, y también, con las ganas más pasivas y homosexuales.

Pero antes de seguirles contando mi primer día, creo que he de hacerme entender desde hace un tiempo más atrás.

Desde que era niño, era un niño poco agraciado. Mis facciones no eran tan lindas como las de un niño promedio y era tan escuálido como sólo un esqueleto podía serlo. Mi cabello siempre permanecía despeinado, (pero afortunadamente lacio) y por si fuera poco... tenía ciertos comportamientos afeminados que lograban que los demás me hicieran lo que ahora llamamos "bullying". Si me lo preguntan ahora, diré que nací siendo bisexual, pero seguramente otras personas pensarán que me hice uno, y es un punto que trataré más adelante, por ahora, creo que es necesario seguir con el orden.

Sufrí mucho cuando era un infante, diario los golpes eran frecuentes, y los mayores alegaban un: Son niños, sólo juegan. Pues no señores, ellos no jugaban. Pasé por varios cambios de escuela, y en ninguno me salvé de las bromas. Pero todo estaba decente, debí saber lo que sucedería en unos grados más adelante. Era otra nueva escuela y todos éramos adolecentes. Intenté jugar futbol con los chicos, pero siempre me dejaban de lado, tenía una amiga que también molestaban por ser lesbiana, y por juntarme con ella me daban fama de homosexual. A ella no la golpeaban, porque era mujer, o al menos eso pienso, en realidad no sabía. Pero yo, yo estuve a nada de parar en un hospital por las agresiones.

Jamás cambié de escuela durante ese tiempo, pensaba que era un castigo del infierno y no me libraría de ello ni saliendo de ese lugar, quise matarme pero ninguna cosa funcionó, y para colmo, comenzaba a tener sueños bastante extraños, pero esos también son cosas que contaré más adelante. Mi madre había muerto cuando iba apenas a unos años de estudiar los grados básicos, y de nada, entré al siguiente nivel. Ahí mi vida mejoró un poco, pero no demasiado. Si había algo peor para mí que ser odiado, era ser ignorado, y era que mis mejores amigos eran físicamente preciosos, todos habían conservado la belleza con que habían sido dotados desde niños o en la adolescencia. Luego, luego estaba yo que no había cambiado ni un poco. Mi boca parecía haber sido atacada por una abeja y seguían molestándome con que tenía cara de simio, aclaro, sólo mis amigos.

En busca del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora