CAPITULO 4

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-¡Ashley! –saluda mi madrastra al verme. Me dio un beso en la mejilla, dejándome marca de pintalabios.

Aguanté mis ganas de hacer una mueca de asco y sonreí forzadamente.

-¿Querías algo? –pregunté, evitando mirar al chico rubio.

Ella sonrió aún más, dejando a la vista su brillante dentadura blanca.

-¡Oh, claro! Como eres nueva en la ciudad y no conoces a nadie, quería presentarte a Axel. Es un amigo de la familia desde hace años.

Me giré hacia él y sonreí, como si no nos conociéramos de nada.

-Encantada de conocerte, Axel –saludé, dándole dos besos.

-Lo mismo digo, Ashley.

Mi padre le agarró la mano a Liana y sonrió.

-Axel, ¿por qué no le enseñas el lugar a mi hija? –preguntó.

No tenia ni la mas minima intencion de ir a dar una vuelta con el por un lugar que no conocia y esperaba.

-Claro, señor –aceptó él-. Nos vemos luego, ha sido un placer.

-Lo mismo digo.

No podía reclamarle nada delante de mi madrastra, así que simplemente asentí y esperé a que nos alejáramos un poco de ellos.

Lo miré de reojo.

-¿Axel? ¿Es enserio? Tienes nombre de desodorante –contesté divertida.

Él puso los ojos en blanco, aun así sonrió.

-Como digas, chica borde –dijo restándole importancia-. Supongo que no  conoces este sitio, ¿quieres ir a algún sitio en especial?

-¿Estar lejos de ti cuenta como sitio especial?-le miré con burla 

-¿Puedes dejar de ser tan borde por un momento?

Sonreí de lado. No era tan idiota como yo creía. Además, no tenía nada mejor que hacer.

-En ese caso, sorpréndeme, chico con nombre de desodorante. 

¡Mi vida es un caos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora