Empezó a enseñarme todos los lugares de ese hermoso campo. Si os digo la verdad, no sabía de que lo conocían mis padres ni como era posible que se supiera tan bien este lugar, así que decidí preguntarle.
-¿Cómo es te conoces este lugar tan bien?
Me miró de reojo, sorprendido de que le estuviera sacando tema de conversación, supongo.
-Mi hermano y mi padre se casaron aquí, así que cada vez que me aburría o necesitaba pensar daba una vuelta por estos sitios, son preciosos.
Nunca habría imaginado que Axel fuera de esos chicos que necesitan pasar un rato a solas y pensar. Bueno, nos conocemos de hace una hora, supongo que hay miles de cosas que no sé de él.
-¿Y cómo es que conoces a mis padres?
-En realidad los he concoido hoy, mi padre es socio de el tuyo ¿sabes? -me miró, esperando que le diera la razón.
Papá me dijo algo sobre un socio suyo y su hijo, pero, a parte de que no presté demasiada atención, nunca habría imaginado que aquel niño responsable y elegante que habría descrito papá fuera Axel.
-¿Cuantos años tienes? -pregunté, casi sin pensar. Luego añadí:- Digo... porque si vamos a pasar tiempo juntos quiero saber con quien estoy -encogí mis hombros, restandole importancia a la pregunta.
-Bueno, pues mal acompañada no estas -sonrió-. Tengo dieciocho.
-Oh, entonces supongo que ya conocerás a mi hermano...
No me dejó acabar la frase. De repente nos paramos y se me queda mirando fijamente.
-¿Tu hermano es Leo Hunderson? -me miró con el ceño fruncido. Su mirada reflejaba intriga y a la vez rabia.
-Sí... bueno, es mi hermanastro -le miré un poco asustada, su reacción me estaba asustando-. ¿Ocurre algo?
-La verdad es que sí, aunque solo espero que tú no seas como él.
Y comenzó a caminar, dejándome atrás. Me vi obligada a correr para alcanzarlo, ya que me había quedao inmóbil ante tal respuesta.
-Créeme que no soy como él -dije, un poco molesta por aquella comparación. Al ver su expresión supe que algo no iba bien-. ¿Pasa algo?
Él me ignoró, comezando a ir cada vez más rapido hasta el punto donde tuve que correr para alcanzarlo. Me puse delante suyo, cortándole el paso.
-Mira, Ashley -comenzó, soltando un suspiro-, han pasado muchas cosas que tú no sabes debido que por aquel entonces no lo conocías. En verdad, han pasado cosas incluso cuando vivíais juntos... -me miro con rabia y dolor, como si yo tuviera la culpa.
-¿Pero porque no me lo cuentas? No diré nada, si es eso lo que te preocupa. Además, no creo tan grave. ¡Sólo tiene diecisiete años!
-Yo no soy quien para contarte la historia... si hay alguien que pueda explicártela ese es Leo.
Seguido, se fue perdió en medio de un bosque que había a la derecha.
Lo miré como tonta. No sabía si seguirle o quedarme y regresar, pero el hecho de que no conocía este lugar en absoluto y que él era el único que podía llevarme de vuelta me obligó a seguirlo.
Empezé a correr pero con los tacones era un poco difícil, además de que no era especialmente fácil moverse por la hierba.
Oí el ruido de unos pasos. Por un momento creí que era Axel, pero no. ¡El asqueroso me había dejado sola sin siquiera saber como volver! Unos segundos después se escucha el mismo ruido, pero antes de darme la vuelta alguien me agarra de la cintura. Me giro asustada. No se si era por el susto o por ver la cara de Leo a centimetros de la mía. Rápidamente me separo.
-¿¡Se puede saber que quieres!? -le mire con asco, por su culpa Axel me había dejado aquí tirada.
-Nada, solo paseaba y te vi. Como estabas sola quise saber que hacías o a quien buscabas -sus ojos azules me miraron con curiosidad.
-No te importa. Y ahora, si me permites, quiero seguir disfrutando de mi bonito y tranquilo paseo.
"O más bien buscando a Axel" -pensé, pero obviamete eso no se lo dije, ya que no le importaba.
-Sería una pena que papá mandara a tu asqueroso, pero sexy, hermanito a buscarte, ¿no?
Puse los ojos en blanco. Si me pagaran por cada vez que Leo me suelta ironías ahora mismo sería millonaria.
-Hermanastro -le corregí por milésima vez.
Esta vez no hizo ningún comentario estúpido, simplemente me informó de que papá quería bailar conmigo el día de su boda.
-Ahora voy -dije de mala gana.
No tenía ganas de bailar, ya que me dolían los pies de tanto caminar.
Tardamos unos cuantos minutos en llegar a la carpa donde mi padre me estaba esperando para bailar. El viaje fue tranquilo, él no dejaba de toquetear su telefono móvil, y yo, bueno, no dejaba de pensar en Axel. Me acerqué a mi padre con una sonrisa, pero una señora se me adelantó. Ella y papá comenzarón a bailar, así que me senté en la silla de plástico más cercana, esperando que nadie me sacara.
De repente alguien me toca el hombro, me giro y veo a Axel obsevándome con una sonrisa tímida, tal vez temiendo mi respuesta.
¿Qué hacía aquí, no estaba en el bosque? Ah, no. No habrá sido capaz de dejarme allí sola y volver esperando una disculpa, ¿no?
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¡Mi vida es un caos!
Teen FictionMañana es el día en que mi vida cambiará radicalmente; mi padre se casa, otra vez. Desde que ocurrió lo de mamá nunca lo he visto así de feliz. Y todo gracias a esa mujer, Liana. Pero el problema no es ella, es su hijo, mi futuro hermanastro, Leo. ...