En Guerra Con Mi Mejor Amiga

El mejor vestido

Cuando tenía 6 años iba a actuar de una nube en una obra de teatro, Tracy estaba disfrazada de princesa junto a otras dos niñas de nuestro grado. Con mi mamá pasanos muchos días creando el traje de nube perfecto. Cuando estaba por salir al escenario ella rompió mi traje, y yo lloré porque no iba a actuar. Pero Tracy le dijo a la maestra que había traído otro vestido y otra corona por las dudas. Ese día hubieron cuatro princesas en el escenario, no tres. Yo era una de ellas

Cuando cumplí 9 años pedí una muñeca de blanca nieves, pero me regalaron una barbie rubia y con el pelo largo como el de rapunzel, amaba su pelo, sobre todo peinarla. Cuando Tracy la vio tomó una tijera y antes de que yo pudiera darme cuenta le corto el pelo por los hombros. Grité e hice el peor berrinche del mundo, pero al otro día ella apareció en mi casa con mi muñeca en las manos. Le había pintado el pelo de negro y ahora llevaba otro vestido. Era la barbie de blanca nieves que yo quería.

A los 12 años hicieron un concurso de dibujos en la escuela, el ganador tenía de premio una caja llena de lapices de colores, acuarelas, temperas, pinceles y fibras. Sólo quedaban dos finalistas, yo y un chico un año más grande que yo llamado Thomas. Pase una semana creando el dibujo más hermoso que pude hacer en mi vida. Pero el día en el que teníamos que exponer los dibujos para que definan al ganador , Tracy tiro pintura sobre el mío, arruinándolo completamente, le dijo a los jueces que el que había arruinado mi dibujo había sido el otro concursante. Descalificaron a Thomas y la ganadora fui yo, pero nunca supe si mi dibujo era realmente bueno como para merecer el premio.

Cuando teníamos 14 estábamos jugando en su patio a pesar del frío y las escasas gotas de lluvia que caían del cielo, le dije a Tracy que no quería ir a la escuela en toda la semana porque no quería hacer ni el examen de biología que teníamos el martes ni el de matemáticas que teníamos el miércoles, ella me dijo que sabía como solucionar mis problemas y me pidió que cierre los ojos por unos segundos porque tenía una sorpresa. Un minuto después sentí como el agua helada recorría cada parte de mi cuerpo, me había tirado un balde lleno de agua fría en pleno invierno. Me enfermé y tuve que faltar toda la semana a la escuela, incluyendo martes y miércoles, pero terminé por reprobar ambas materias debido a que no me presenté a los exámenes.

Cuando teníamos 16.... Bueno, esa es una historia un poco más larga.

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-Ya estas lista?- me preguntó Tracy.

-No. - le contesté de la peor manera.
Me miró furiosa, y yo la miré de la misma manera, o incluso peor.

No quería ir a esa fiesta, no iba a ir a esa fiesta. Yo había organizado una noche con mi mejor amiga para ver películas y ella creía que me podía obligar a engañar a mis papás y escaparnos a la casa de Brad, donde se juntaban la mayoría de los chicos de la escuela a festejar todos los fines de semana. Menos nosotras, obvio, porque los lugares en los que habían muchas personas me ponían nerviosa, y ya que Tracy no tenía a nadie más con quien ir simplemente no iba.

-Alex, por favor. Dentro de dos meses se terminan las clases y en todo el maldito año no fuimos a ninguna fiesta de Brad, todo porque tu no tienes ganas.

Y esta vez Tracy tenía razón, así que iba a hacer un esfuerzo por ella.

-Esta bien- le dije de la peor manera- pero ni siquiera tengo que ponerme.

Y de verdad, no tenía nada para ponerme, todo me iba a quedar horrible a comparación de ella que tenía el cuerpo y la cara que toda chica en el mundo tiene, en especial por la piel blanca, el pelo negro y los impresionantes ojos celestes. En cambio yo tenía el pelo castaño claro, los ojos marrones y nunca me había sentido cómoda con mi cuerpo, así que algo estaba muy claro: Yo siempre iba a ser la amiga fea.

-No seas tan dramática- Me decía mientras sacaba un pantalón negro y un top azul brilloso de mi ropero y me lo daba. Claro, como no lo había pensado antes, ella siempre se las iba a ingeniar para que yo nunca me ponga nada que pueda distraer a los chicos de su vestido rojo al cuerpo y su cara llena de maquillaje. Pero esta vez no iba a ser así, esta vez iba a ser yo la que sobresaliera más de las dos, por primera vez en la vida los chicos se iban a fijar en mi y no en ella, así que agarre un vestido blanco, mis zapatos de rojos de tocón y pinté mis labios del mismo color que mi calzado, arregle mi pelo y tomé mi cartera.
Noté su cara de disgusto al darse cuenta de que ella no podía ser la única que podía sobresalir, y la verdad es que me gustó y me sentí superior a ella, era mi mejor amiga pero bueno, yo también necesitaba un poco de protagonismo de vez en cuando. Pero deje de pensar en eso, porque ahora se venía lo difícil: salir de la casa sin que mis papás se den cuenta.

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Holaa, es mi primera historia y seguramente ya se dieron cuenta de que el principio de este capítulo es distinto al que había escrito antes, pero lo modifiqué porque pensé que así iba a quedar mejor, espero que les guste.